Próxima
entrada de la Imprenta de Benjamín: el domingo 20 de enero
...........................................
Reseña del libro de Pierre-Yves Beaurepaire,
publicada por Annie Crepin en
Annales
historiques de la Révolution française , 322 . octobre-décembre
2000.
Título original: La République universelle des francs-maçons. De Newton à Metternich.
…………………………………………………………
Siguiendo con
los trabajos del investigador francés Pierre-Yves Beaurepaire relacionados con
lo que llama “ el hecho masónico, un hecho social”, traemos esta reseña de uno
de sus trabajos que contiene varias reflexiones acerca del sueño de los
fundadores de la masonería especulativa, la difusión en el continente europeo y
América y el cosmopolitismo de la relaciones fraternales.
………………………………………………………
Pierre-Yves Beaurepaire, del cual los lectores de
AHRF han podido conocer otros trabajos en el número 137, trae su obra
innovadora acerca de la francmasonería con un estilo caluroso y el enfoque
pleno de empatía a la vista de las realidades que analiza, no excluyendo lucidamente
relacionarlas con ideas comúnmente aceptadas y comprendidas por los
propios francmasones.
De
partida, el autor con gran delicadeza distingue en el prólogo a una sociedad
que tiene secretos como es la francmasonería, de una sociedad secreta con la
cual con gran frecuencia se la identifica, creando entre aquellos que no son
miembros una verdadera fascinación-repulsión que les hacen confundir mitos con
realidades.
Un
poco mas adelante, el historiador consagra páginas esclarecedoras de su enfoque, de las fuentes tradicionales de
la historia masónica de la que él mismo ha contribuido a mostrar su riqueza
para que pudieran leerse sin limitarse a un solo ángulo de visión: archivos
particulares de hermanos, correspondencia, periódicos.
Pretende incitar la comunidad de investigadores a
sentar las bases de una estrategia colectiva de exploración en red del “ hecho masónico” que según el autor es
por completo un “ hecho social”
relevante de la historia política, social, cultural y de la historia de las
representaciones.
Y en efecto, el libro está consagrado a la utopía
que los francmasones elaborarían desde su fundación y que fue su razón de ser:
el “ sueño” de una comunicación
feliz, pacífica e inmediata entre los hombres, de la cual Pierre-Yves
Beaurepaire no deja de mostrar las resonancias actuales en la era de Internet.
Esa utopía entre los francmasones del siglo XVIII se
declina desde la ciudad cristiana ecuménica a la Republica universal, en la
cual algunos creen vislumbrar los preludios de la Revolución Francesa. Será la
Revolución la que en cambio, sacudirá los fundamentos de la utopía.
El autor sigue los avatares del sueño masónico
durante el período de transición entre los sucesos de 1789 y el surgimiento de
los primeros movimientos liberales y nacionales a comienzos del siglo XIX cuando algunos- amigos y enemigos de la
francmasonería, temerán o desearán que el cosmopolitismo mundano no se
transforme en universalismo militante.
Para estudiar el mito, las realidades en las cuales
se encarna y la brecha que existe entre
los segundos y el primero, Pierre-Yves Beaurepaire propone al lector “ un viaje a la utopía” o mejor aún el
descubrimiento en cuatro capítulos de un triple horizonte: el de la memoria
ante todo, porque no existe utopía sin creación o recreación “ de un relato de los orígenes” de la
virtud fundatriz, después el del espacio, el microcosmos que representa una
logia masónica en el universo, donde los hermanos sueñan imponer su orden en el
caos y en fin el de los tiempos históricos que confronta el proyecto francmasón
con la Luces radicales y las corrientes de emancipación política de pueblos y
naciones.
El primer capítulo ilustra el método del autor que
trata de ligar intrínsecamente la historia de las representaciones con la
historia de la sociabilidad, develando los propósitos de los francmasones
británicos en su intento de volver al pasado.
En las primeras décadas del siglo XVIII nacía un
orden que mostraba su diferencia irreductible con el mundo profano para
reivindicar su reconocimiento por parte de las elites: la nueva sociabilidad
que induce esa creación encuentra su legitimidad en una búsqueda de los
orígenes, que es la búsqueda por una identidad.
Al
asignar a sus miembros, de los cuales no
deja ser interesante notar que en su mayoría, como el propio Newton eran al
mismo tiempo “ anticuarios” de la
Royal Society, el trabajo de elaborar una historia en su mayor parte reconstruida
que remonta a la masonería al Génesis y muestra que los soberanos,
especialmente aquellos que reinaron en Inglaterra desde 1714 siempre habrían
sostenido a la masonería, la Gran Logia de Londres pudo apelar a su
reconocimiento por el Estado y aún esperar ser el sustituto de una religión de
Estado.
Al
hacerlo se produjo una protestantización
que a la vez fue aculturación ( por un proceso que la francmasonería francesa consumó
y le llamá con el galicanismo laicización)
Con
una rara penetración, Pierre-Yves Beaurepaire nos deja ver todos los matices y
los límites en que se basaba el proyecto de los francmasones. El
latitudinarismo, que impregna las Constituciones de 1723 y asimismo a la Royal
Society no era “la indiferencia religiosa” como muestran las reservas que tenía
Newton por el catolicismo pero defendiendo una religión universal que
identifica con el cristianismo.
La
República universal de los francmasones no se aparta aún de las utopías
cristianas que pretendía recrear la concordia entre cristianos, la francmasonería
británica oscila frente “ al otro”
entre una semi neutralidad y la tolerancia, en el sentido restrictivo del
término.
En
los dos capítulos que siguen, el autor muestra como esa república universal
intenta encarnar en una sociabilidad que tomando prestadas formas tradicionales
y quizás modificándose hasta el punto de
confundirse con ellas, no por eso es menos innovadora, a condición de no
olvidar que esa sociabilidad francmasona tiene mas de unanimidad que de
democracia.
Una
vez mas, la obra no oculta los límites de realización de la francmasonería
situadas bajo el signo de la igualdad proclamada y de la desigualdad vivida. La
igualdad y la fraternidad reales que cimentaba las relaciones entre masones no
podía existir mas que con un reclutamiento previo selectivo que permitiese
hacer de la logia “ el templo del entre-
sí” donde , por otra parte la igualdad no se establecía mas que por un
tiempo restringido, diferente del tiempo “profano”.
Al
analizar la génesis de un “taller” y
librándose a una tipología de las logias, el historiador prueba precisamente
que la plasticidad de esa “sociabilidad-camaleón”
que fue el éxito de la francmasonería, la condujo a adaptarse perfectamente a
su entorno social, cultural, político y en consecuencia a aceptar los límites
sin molestias.
Se
filtró por los intersticios de la sociedad de órdenes, trascendiendo sus
diferencias y sin atacarlas.
No
está en duda, sin embargo, la sinceridad de los francmasones que llevaron a
multiplicar las logias en el espacio mundial, aunque fuesen solamente las
células de ese “entre- sí” fraternal que admitía con dificultad o excluía a judíos,
musulmanes, mestizos y negros.
La
República universal de los francmasones sostenía estrechas relaciones, a menudo
sinérgicas a veces de rivalidad, con otras utopías planetarias que florecieron
en el mismo momento, la República de las Letras, la de las Ciencia deseada por
Condorcet, la República del Comercio de Adam Smith y también con sus
encarnaciones o sus imitadores, el refugio de los hugonotes, el negocio internacional.
.
.Tomó
cuerpo con realizaciones tales como la correspondencia, el certificado
masónico, pasaporte, la tentativa de definir un derecho y una ciudadanía
masónicas donde ya se percibe la oposición entre una concepción internacional y
un enfoque universal de principios de organización de la humanidad que será uno
de los grandes debates .. en 1945.
De
todas maneras, la francmasonería asegura al siglo XVIII un entramado del
espacio europeo sin equivalente: la única institución que puede comparársele
será la Iglesia Católica.
El
ultimo capítulo muestra como la francmasonería queda atrapada entre el Antiguo
Régimen y la Revolución, su cosmopolitismo era negativamente percibido tanto
por los jacobinos como por la Santa Alianza que tal vez no deseaban captar su
herencia a riesgo de falsearla.
La
República universal de Anacharsis Cloots y la Europa mística y cristiana de Mme.
de Krudener nada tenían que ver los francmasones.
Pero
al mismo tiempo, la francmasonería parece
politizarse y favorecer el despertar de las nacionalidades ofreciendo a sus
dirigentes un marco privilegiado donde pudiesen articular su proyecto nacional
con el proyecto universalista de una confederación de amigos de la Libertad.
Con un destacable sentido de los matices, el autor estudia las aparentes
semejanzas y las diferencias reales entre las logias y las sociedades secretas
que propagan las Luces radicales y reciben a los jacobinos europeos, los
carbonarios y los campeones de la emancipación nacional en Europa y América
latina, puesto que hay pasaje entre ellos gracias a dus formas de organización
y sobre todo a causa de una minoría de hombres que fueron- además- francmasones
liberales. Es incontestable con todo, que globalmente la francmasonería ingresa
por su parte al campo de la política y abandona el dogma de la no intervención.
La
laicización de la caridad masónica y su mutación en filantropía entraña un
compromiso creciente de los masones por la ciudad y su voluntad de transformar
la economía, la sociedad, el Estado.
Esta
obra es acompañada de un índice muy útil para la lectura de esta nueva “ piedra” aportada al Arte Real por Pierre-Yves Beaurepaire.
…………………………………………………………………..
Referencias:
Pierre-Yves
Beaurepaire: La République universelle
des francs-maçons. De Newton à Metternich, Rennes, ediciones Ouest-France,
1999. Colección “ De memoire d´homme:
l´histoire”.
……………………
No hay comentarios:
Publicar un comentario