miércoles, 31 de agosto de 2011

FRANCMASONERÍA Y RELIGIÓN Confusiones y Contradicciones en el siglo 18.

El autor explora las aparentes contradicciones entre las declaradas acciones de “descristianizar” la masonería, en 1723 y de nuevo en 1813, con la supervivencia de elementos cristianos en los usos, costumbres y rituales de la francmasonería actual, como asimismo la influencia que las ideas del Iluminismo o Ilustración pudieron haber tenido sobre la masonería inglesa de ese siglo 18.
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Este artículo se publica con la autorización de su autor, Jay Kinney 33.
y de la logia Mill-Valley Lodge 356, Mill Valley, California,
http://mill-valley.freemasonry.biz/freemasonry_religion.htm
  
Título original: Freemasonry and Religión: Confusions and Contradictions
by Jay Kinney
Un trabajo de investigación presentado por el H. Kinney al Tercer Simposio Anual de California: “La era de Franklin: Francmasonería, Declaración de Independencia e Iluminismo en América”, del 1 al 3 de agosto de 2003, en la UCLA,como parte de la presentación al  Congreso Internacional del Siglo 18 Global.
[A Research Paper delivered by Bro. Kinney at the Third Annual California Masonic Symposium on "The Age of Franklin: Freemasonry, The Declaration of Independence, and the American Enlightenment," held August 1-3, 2003 at UCLA as the lead-in event for the International Congress on Global 18th Century.]
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Cuando escuché por primera vez el tema de este Simposio Anual, esperaba asistir sentado entre la audiencia descansadamente, dejando que los oradores me curaran de mi ignorancia en los tópicos bajo discusión.
Desafortunadamente mis planes se alteraron seriamente cuando descubrí que yo sería uno de los oradores!
Mis deseos de relax se evaporaron de inmediato y me tuve que enfrentar con la difícil tarea de curarme de mi propia ignorancia antes de que el Simposio se iniciara.
¿Tuve éxito?. Bien esta por verse. Invertí los últimos dos meses diligentemente leyendo acerca de la historia masónica, que es como abrir la Caja de Pandora. Siempre hay mas para leer que el tiempo que uno dispone y además no hay dos historiadores que coincidan en todo.
Así, me presento ante vosotros hoy, con mas preguntas que respuestas. Como ustedes, tengo mucho que aprender.
Lo que puedo ofreceros, sin embargo, es mi intento de clarificar en algo la confusión que he sentido yo mismo acerca de la Francmasonería y la Religión del siglo 18.
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Al igual que muchos masones, tengo impresiones vagas y contradictorias de las relaciones históricas entre nuestro Oficio, la Religión y el Iluminismo.
Por ejemplo, hace dos años en el primer Simposio masónico, el H. John Cooper presentó como muy buena la idea de que en la francmasonería hay algo de teología implícita aunque la masonería no sea en si misma una religión.
El argumentaba que, hablando con propiedad, un deísta no podría llegar a ser un masón, porque ya al comienzo del ritual de primer grado, se le pregunta al candidato: “en quién ponéis vuestra confianza? Y la respuesta apropiada es “en Dios” o palabras semejantes.
Y puesto que estas preguntas y respuestas implican la creencia en un Dios activo y atento, eso dejaría fuera a los deístas quienes admiten un Dios Creador, pero niegan que tenga alguna participación activa en los asuntos de la vida diaria. (1)

Pero.. sabemos que Benjamín Franklin y otros Padres Fundadores eran a la vez deístas y masones.

Hay quien ha sugerido que el famoso nombre de Gran Arquitecto del Universo, para Dios, implica un concepto deísta del Ser Supremo.
¿Confundidos?. Bien, yo también.

Con el propósito de darle sentido a tales contradicciones, decidí retroceder y buscar en las raíces de la francmasonería moderna, cuando se organizó la primera Gran Logia Moderna en Londres, 1717. (2).
En Gran Bretaña, el siglo anterior a ese estuvo plagado de conflictos entre católicos y protestantes, y entre varias sectas y denominaciones protestantes- en efecto, los que obligaron a que muchos de ellos emigraran al Nuevo Mundo..
En ese mismo período tan volátil, los inicios de lo que ahora llamamos ciencia moderna  comenzaba a transformar algunos aspectos de la visión del mundo religioso: la era del Iluminismo (o Edad de la Razón) había nacido.(3)
La Masonería moderna emergió de ese fermento intelectual, pero no está para nada claro- al menos para mí- qué relación tuvo la masonería con esas fuerzas en conflicto.
La masonería de Inglaterra, ¿fue una expresión del Iluminismo?.¿tenía un enfoque coherente acerca de los aspectos religiosos?.
Sabemos que muchos masones eran deístas, pero ¿qué influencia tuvieron realmente en el Oficio?.
Esas son algunas de las cuestiones para las cuales buscaremos  respuestas.

Comenzaré revisando las primeras Constituciones que fueron escritas para la Gran Logia en 1722 y publicadas en 1723- justamente a pocos años de la fundación.
Como sabéis, se le encomendó al Rev. James Anderson la tarea de componer los documentos que incluían las reglas y reglamentos de la Francmasonería, su historia tradicional y una actualización del los Antiguos Cargos que definían lo que se esperaba de un masón.
El primero de esos Cargos se titula “Concerniente a Dios y la Religión” y puede leerse en cierta parte:

“Un masón está obligado por su compromiso (tenure) a obedecer la ley moral, y si comprende rectamente el Arte, jamás será un ateo estúpido ni un libertino irreligioso. Pero aunque en los antiguos tiempos los masones debían en cada país profesar la religión de ese país o nación, cualquiera fuera esa, ahora se considera mas eficaz solamente obligarlo a la Religión en la que todos los hombres están de acuerdo, dejando sus opiniones particulares para sí mismos, esto es, ser hombres buenos y veraces, u hombres de Honor y Probidad, por cualquier Persuasión o Denominación que les pudiera distinguir”.(4)
Esa noción de que los masones podían pertenecer a cualquier fe y solo debían adherir a la “Religión en la cual coinciden todos los Hombres” es Iluminista desde el comienzo.
Se trata de un concepto muy cercano al de la Religión natural- favorito del Iluminismo.

Una de mis fuentes, describía la idea de Religión natural así:
…. “ las ideas para ser válidas deben basarse en la razón innata del hombre. En el caso de la religión eso significa que debe existir una religión natural, por ejemplo un grupo de ideas religiosas emanando de la naturaleza humana- ideas innatas en el mismo sentido que las ideas científicas de lógica y matemática.
Debe por lo tanto tener una validez general en el sentido de que todas las personas de todos las épocas independientemente de su situación cultural, deben poseerla .. (5)

Pero, Anderson no llegó tan lejos en el primer Cargo, aunque puede verse el meollo de ese concepto en su noción de “la religión en que todos los hombres coinciden”. Puesto que Anderson era un ministro presbiteriano, obviamente que no deseaba quitar valor al cristianismo (6). En lugar de eso, codificó el deseo de muchos líderes masónicos de la época al eliminar los potenciales conflictos religiosos dentro del oficio, recortando los requisitos de la creencia religiosa por aquellos de “esa religión en que todos los hombres coinciden”.(7)
Hasta ahora, todo bien.

Sin embargo en mis lecturas acerca de la historia masónica me encuentro con referencias a la “descristianización del Oficio”, cosa que aparece como desconcertante.
Este término se usó inicialmente para describir el impacto de las Constituciones de Anderson y el primer Cargo que hemos citado (8)
La implicación de esa llamada “descristianización” era que la francmasonería anterior a 1717 conservaba un carácter marcadamente cristiano, antes que Anderson estipulara unas bases mas universales.
En otros términos, la francmasonería especulativa, como la definía Anderson, se apartaba de los presupuestos sectarios cristianos de la masonería operativa, acercándose a una inclusión mucho mas amplia y de influencia iluminista.

Con todo, la segunda referencia de la masonería “descristianizada” que hallé, se refería a otra descristianización de unos cien años mas tarde
Eso sucedió en el principio del siglo 19 en la época en que las dos Grandes Logias rivales, la de los “Modernos” y la de los “Antiguos” finalmente dieron lugar a la Gran Logia Unida de Inglaterra.
El Duque de Sussex, Gran Maestre de esa nueva Gran Logia Unida que se formó en 1813, usualmente se lleva el crédito por la descristianización que se llevó a cabo en su época.(9)
Este asunto de dos “Descristianizaciones”separadas parece un acertijo:

Si Anderson y la primera Gran Logia habían descristianizado la francmasonería en 1723, ¿de que se trataba esa otra descristianización de 1813?
Si la francmasonería especulativa de principios de los 1700s era un proyecto del Iluminismo universalista, ¿qué ocurrió en los siguientes cien años para requerir que su naturaleza no sectaria fuera renovada y reimplantada a principios de los 1800s?

La respuesta que surgió de mis lecturas tiene varias facetas. Primero, que a pesar de los ideales propugnados en la versión de Anderson del Primer Cargo, la evidencia histórica indica que tales ideales no sectarios estuvieron lejos de ser aceptados universalmente.(10)
La masonería de los 1700s no era una entidad monolítica. No tenía una uniformidad especial o consistente, al menos no en la forma en que la pensamos hoy día.

Por ejemplo, sucedió en el siglo 18, hubo dos Grandes Logias rivales en Inglaterra compitiendo entre sí; la llamada de los “Modernos” y la de los “Antiguos”, donde esos Antiguos estaban mas inclinados a incluir referencias cristianas en sus trabajos masónicos (11). Las logias que formaban la Gran Logia Antigua sostenían que se atenían a los rituales tradicionales y landmarks, a diferencia de las innovaciones de los así llamados “Modernos”(12).
Esas tradiciones supuestamente “Antiguas” incluían sobretodo referencias cristianas e interpretaciones de símbolos, presumiblemente de los días de la masonería operativa cuando la sociedad era mayoritariamente cristiana (13).
Los Modernos por otra parte aparecían como seguidores de los valores del Iluminismo en pos de una hermandad mas allá de lo meramente cristiano (14).
Otro factor de complicación fue que los rituales y catecismos de las logias masónicas de los 1700s eran de comunicación puramente verbal, lo que provocaba considerables variaciones- aún de logia a logia-  y algunos ellos tenían un obvio sesgo a un cristianismo sectario ( 15).
Mientras que algunos de los líderes  más cosmopolitas durante el siglo 18 de Gran Bretaña podrían haber visto a la francmasonería  como un medio de extender los valores del Iluminismo, averiguar como expandió su influencia en las filas masónicas, es un tema de mucho debate (16)
No sucedió sino hasta la fusión de los “Antiguos” y los “Modernos” de 1813 (precedidos por varias décadas de negociación) que se pudo afirmar que los valores  del Iluminismo por una fraternidad universal no sectaria, realmente influyeron en la francmasonería.
Y aun así hay mucha evidencia que varios símbolos cristianos residuales y referencias en la francmasonería Anglo Americana, permanecen hasta el presente (17)
Necesitamos solo pensar en la que se halla en el ritual de muchas jurisdicciones americanas, dedicando la logia a San Juan( a los dos), para citar un ejemplo obvio (18).

Con lo que pude leer después, se me hizo aparente porqué tuve originalmente una confusión acerca de la actitud de la francmasonería para con la religión.
Yo me sentía confundido porque…. ¡Estaba confundido!

En su intento de crear una zona de armonioso amor fraternal, la masonería decidió evitar la discusión de religión y política dentro de la logia, con los Cargos exigiendo mínimos requisitos de creencia religiosa no sectaria a sus miembros.
En la misma época, cuando todo lo dicho ya había sido hecho, sus miembros eran abrumadoramente cristianos, las tradiciones fueron remontadas a los constructores de catedrales y muchos de sus símbolos se abrieron a una interpretación cristiana.
Para complicar más aún el asunto, algunos de tales símbolos también estaban abiertos a lo esotérico,- interpretaciones pitagóricas, cabalistas y herméticas- como también aspectos de los rituales y relatos tradicionales.
Brevemente: la Francmasonería del mundo inglés del siglo 18, parece ser el reflejo de varias- y a veces contradictorias- corrientes intelectuales y culturales de esa era.
Tan lejos como pude determinar en mi búsqueda, ninguna creencia filosófica o sectaria dominó el Oficio a un punto que se pueda generalizar que la masonería sea deísta o no deísta, cristiana o no cristiana.
Sus miembros, cualesquiera fueran sus Denominaciones o Persuasiones, como decía Anderson, parecieron hallar suficiente espacio dentro de sus ideales y simbolismo como para interpretarlos a la luz de sus propias creencias.
Hoy día es fácil dar por sentada a semejante tolerancia en el siglo 18.

Como una de mis fuentes dice:
…….La Tolerancia era un ideal al cual los filósofos del Iluminismo pagaban tributo, y
lucharon para difundirlo y establecerlo….
Locke, en su Carta de Tolerancia (Letter of Toleration) de 1689 adelantó los primeros argumentos serios a favor de la tolerancia como asunto de importancia pública, aunque solo discutía en esa publicación su aspecto religioso (19).
Así que allí lo tenemos.  Circunscribiéndonos de nuevo a mis preguntas del comienzo, es posible que la francmasonería- en su relación a la religión haya sido un proyecto Iluminista.
No en el sentido de que intentaba defender la ciencia frente a la religión o la razón sobre la fe- sino simplemente en su visión de animar la tolerancia y la hermandad entre sus diversos miembros..
Las actuales Grandes Logias masónicas- ya sea británicas o americanas, unánimemente insisten en que los hombres de distintas religiones pueden reunirse en una hermandad masónica- sin darle precedencia a ninguna religión o concepto del Ser Supremo.
Esa sigue siendo una de las virtudes mas atractivas de la masonería: provee una plantilla para la armonía entre culturas. Un ideal semejante de tolerancia y comprensión universal- a pesar de algunas aplicaciones inconsistentes- es sin duda testimonio de la continuada influencia de los valores de la Ilustración, aún hoy día
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NOTAS

1. John L. Cooper III, “Is freemasonry a Religión?( La Francmasonería , ¿es una religión?) .Proceedings California Masonic Symposium, 2001, p7.
2.  He limitado mi discusión de la francmasonería y la religión del siglo 18 a ejemplos anglo americanos, en parte porque hay una relación histórica que ha afectado mucho a la masonería de California y en parte por el escaso tiempo para preparar este artículo
El lector puede referirse al trabajo del prof. Jacob “Living the Enlightenment” (Oxford Univ. Press, 1991) para una discusión mucho mas completa y con atención a la francmasonería continental.
3.  Se podrían decir muchas cosas buenas de una “visión del mundo religiosa” que reconoce la realidad de Dios y la importancia de una base espiritual en las comunidades y en los individuos.
Los puntos ciegos de esa visión religiosa del mundo, que la Ilustración desafió y me permito sugerir, incluían la insistencia de la Iglesia en que los resultados de la investigación científica debían conformarse a los dogmas teológicos y a las interpretaciones de las escrituras. No es necesario decir que la fe en la ciencia y la razón sostenida por la Ilustración fueron el resultado de esos puntos ciegos.
4. James Anderson D.D., The Constitution of the Free-Masons ( London: William Hunter, 1723) p. 50 (Edición facsimil 1976, Quatuor Coronati Lodge).
5 .Erik Lunf, Mogens Pihl, Johannes Slok: A history of European ideas, trad. Por Glyn Jones ( Addison Wesley, 1972) p. 203.
6. David Stevenson :” James Anderson:Man and Mason”,Heredom, Vol 10 ( Washington DC, Scottish Rite Research Society, 2002), pp. 96-7.
7. Ibid. pp.117-9. Tal vez valga la pena notar que Anderson parece definir esa “religión en que coinciden todos los hombres”,como”…. Ser hombres buenos y veraces u hombres de honor y probidad, por todas las Denominaciones o Persuasiones por las que pudieran distinguirse”
Hablando estrictamente, esa es una simple prescripción para el comportamiento moral, y no un requerimiento explícito de creencia en una Deidad.  Basándose en ello es que el Gran Oriente de Francia proclama su adhesión a las Constituciones de 1723.
Eric Ward, por otra parte, argumenta que el empleo del término “religión” por parte de Anderson, implicaba “cristianismo”, en tanto que con “Denominaciones y Persuasiones”, se refería simplemente a subdivisiones interiores del mismo.
Ver Eric Ward, “Anderson´s Freemasonry not Deistic”, AQC, Vol 80, p.39.(La francmasonería de Anderson no es deista)
8. Ver, por ejemplo: Rev. N. Barrer Cryer. The De- Christianizing of the Craft” (AQC 97, 1984, pp. 34-60).
9. Ibid, p.55. Michel L. Brodsky en “Why was the Craf De- Christianized? “(Porqué el Oficio fue descristianizado? (AQC 99, 1986, p.158) ofrece la teoría de que las dos Grandes Logias se fusionaron por ser “el único camino para evitar la politización de la Francmasonería”que amenazaba con presentarse con los soldados británicos desconformes ( muchos de los cuales eran “ Antiguos”) retornando a casa después de las guerras coloniales, a una situación en la cual la burguesía y los terratenientes ( muchos de los cuales eran “Modernos”) temían disturbios.
Brodsky sugiere ( p 162) : “ La descristianización fue en apariencia para el exterior,  originada menos en la voluntad  de aquellos que adaptaban las ceremonias  como formas de mitigar lo religioso, que en su determinación de proveer a la nueva Gran Logia Unida de un ritual que fuera aceptable para todos”.
Cualquier alusión obvia a lo cristiano debía ser eliminada, no porque fuera cristiana y tampoco porque no lo fueran quienes adoptaban tales cambios, sino porque la religión era un asunto polémico y al final un asunto político, tal como los apasionados debates en la Cámara de los Comunes acerca del “Common Prayer Book) ( Libro de Oraciones) del siglo anterior.
10. Cryer, pp. 34-60, op cit. 10.
11. Debo dejar muy en claro que no estoy diciendo que la “descristianización” haya sido el motivo central de la división entre Antiguos y Modernos. Sin embargo John Heron Lepper lo incluye entre los nueve temas de disputa entre las dos Grandes Logias (Ver: John Heron Lepper “ The Traditioners”, AQC 56, pp. 140-1). Cryer se adscribe a una inclinación mas explicita hacia los Antiguos en su discusión acerca del Real Arco:
“ Ellos además introdujeron el trabajo del Real Arco como parte esencial de su sistema y esto inevitablemente que dio un fuerte perfume cristiano a sus prácticas.”
Como sostiene Bernard E. Jones: “su peculiar cualidad, su color, su contenido religioso y por cierto cristiano- eran una apelación inmediata a los masones, que en su mayoría eran simples gentes religiosas”( Cryer, p.46, op.cit).

Nota del T: Según Bernard Jones, se les llamaba Traditioners a aquellos masones Modernos que oficialmente no reconocían a los Antiguos pero que a la vez visitaban sus logias para las ceremonias del Real Arco.

12.
Lepper, pp. 140-1, op cit.
Ver también: Lau. Dermott, DGM, The True
Ahiman Rezon, (Las Constituciones de los Antiguos) pp.34-46. (La edición que he consultadó es la primera edición amaricana, reimpresa de la tercera edición de Londres  por Southwick & Hardcastle, new York, 1805 )
13.
F.L. Pick y G. Norman Knight, “The Pocket History of Freemasonry”,Libro de bolsillo de la Francmasonería. 5th Edition (London: Frederick Muller, 1969), p. 88. Pick and Knight
nota: " Los Antiguos Cargos tenían sin excepción un caracter  positivamente cristiano”
14.
Por supuesto, aún aquí, la generalización es riesgosa. John Heron Lepper presenta el caso de algunas logias pertenecientes a la Gran Logia de los Modernos, que el denomina Traditioners, estaban mas cercanass en afinidad y practica a los Antiguos que a las supuestas innovaciones de la Ilustración avanzadas por algunos Modernos. Ver: John Heron Lepper, “The Traditioners”, AQC 56, pp 138-183.  Por el contrario fueron los Antiguos y no los Modernos quienes proveyeron “oraciones alternativas para uso de cristianos y judios “(en el ritual de logia). Comentarios de P.J. Dawson AQC 97, pp 63-
15. Aunque el ritual masónico y el catecismo permanecen en cierto punto transmitidos oralmente aun hoy, existen pocas variantes de logia a logia, dentro de una jurisdicción dada, debido a la institucionalización de los inspectores de distrito, libros cifrados y otros medios de estandardización. Para ejemplos de elementos cristianos en la conducta masónica, ver Cryer op. cit.
16. Eric Ward, sugiere, por ejemplo: “ El primer B of C ( Libro de las Constituciones) no tenía pretensiones de legislar para toda Inglaterra, mucho menos el mundo entero, pero estaba en la concepción de la primera y única G.L. provincial de Londres. De esto puede seguirse que en el comienzo no se podía y no se hizo, pretender que proveían un código universal de ética necesario o deseable para asegurar la pertenencia a la masonería de hombres de credos muy divergentes. Que eso fuera finalmente adoptado por masones mas allá de Londres es irrelevante cuando consideramos su génesis” ( Ward, p.37, op. cit).
17. Cryer, p.35, op cit 17.
18. Una cita impresa corrientemente para esta referencia se puede hallar en Malcolm C. Duncan´s Masonic Ritual and Monitor ( New York, NY: Dick & Fitzgerald, n.d) p.29
19.
Lund, Pihl, y Slok, p. 215, op cit. 19.

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domingo, 28 de agosto de 2011

Una sociedad fraternal paralela a la masonería del siglo 18: La Orden de los Free -Gardeners (o Libres Jardineros). Parte 1.

En la Inglaterra de fines del siglo 17 y principios del 18, existían numerosos clubes y sociedades fraternales que al igual que los masones, se reunían en tabernas, celebraban rituales secretos y finalizaban con banquetes y recitados de poemas que entremezclaban moral y humor, sin olvidar los generosos brindis.
Entre ellos se encontraba la sociedad de los Libres Jardineros, Free Gardeners, o Francs-Jardinieres.
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Emblema de los Freegardeners, la escuadra y el compás junto a la navaja de podar.
Robert Cooper, bibliotecario y Conservador del Museo de la Gran Logia de Escocia ha escrito un libro titulado  “The Free Gardeners”, única obra dedicada a ese tema, donde investiga a esa sociedad que fue desarrollándose en paralelo con la francmasonería de la primera Gran Logia destacando usos, costumbres y aún vestimenta en común, que pueden ayudar a comprender mejor los primeros tiempos de ese nuevo movimiento.
La Orden de los Free-Gardeners, hoy en día casi desaparecida, era una sociedad fraternal fundada en Escocia a mitad del siglo XVII y que se extendió por Inglaterra e Irlanda. Como casi todas, de las numerosas sociedades mutuales (Friendly Societies) de la época, su principal objeto durante el fin del siglo XVII y durante todo el XVIII, fue el de compartir conocimientos- “secretos”- ligados al oficio y a la ayuda mutua.
Para principios del siglo XX, su actividad de socorros mutuos se volvió preponderante, y para finales del XX se consideraba prácticamente desaparecida, aunque hay esfuerzos desde principios de los años 2000 para revivirla, sobre todo en Australia.
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Esta es la reseña del libro:

El primer documento conocido data del 16 de agosto de 1676 y se refiere a los “Jardineros de East Lothians”.(jardineros de Lothians oriental).

Nota del T:  Lothians era una de las divisiones administrativas del territorio de Escocia.

En ese siglo de las Luces, el 17,  el interés por la arquitectura del Renacimiento coincidía con la adopción del paisaje de jardín.

La Antigua Orden de los Free Gardeners contaba entre sus miembros desde terratenientes hasta obreros jardineros, profesionales de la agricultura y simples aficionados. Sus objetivos eran los de controlar el ejercicio profesional, la caridad, mejoramiento moral, practica secreta del oficio y del esoterismo. Las reuniones finalizaban siempre con banquetes donde se cantaba o recitaba poemas que entremezclaban la moral y el humor. Entre los numerosos nobles que integraban su membresía, se contaban en especial aquellos que plantaron los mas grandes forestas del norte del Reino Unido o de otros que se hicieron promotores de la aclimatación  de muchas plantas exóticas y técnicas modernas de cultivo.
 Estandarte de una logia de jardineros

La Orden se organizó poco a poco y desarrolló un ritual basado en la Biblia y en el saber esotérico, especialmente a través de las referencias al Génesis (el Jardín del Edén, Noe plantando la vid y el olivo) y a San Juan.

Fue evolucionando hacia las Sociedades de Socorros Mutuos, ancestros de nuestras mutuales, aunque las dos guerras mundiales y el advenimiento de las “aseguradoras sociales” le asestaron un golpe fatal.

El libro estudia igualmente las similitudes y las diferencias entre Free- Gardeners y Freemasons; los dos movimientos nacieron sobre el mismo suelo escocés, con unos pocos años de diferencia y levanta una punta del velo acerca de una Orden iniciática casi desconocida que evolucionó en el mundo anglo sajón y después desapareció sin llegar a ser famosa como otras instituciones.

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Presentamos el extracto de un artículo basado en ese libro.

“Breve historia del ascenso y caída de la Antigua Orden de los Free Gardeners.”

Título original: “A Brief History of the Rise and Fall of the Ancient Order of Free Gardeners. By Trevor Powell” .

www.mastermason.com/email-masons/Free%20Gardeners.pdf
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Comienza haciendo notar que existe una alusión a esa Orden en “El Señor de los Anillos” de Tolkien  (Parte III, p. 206).

La primer referencia conocida es el acta de una logia de Jardineros de Haddington, 1676, pero la naturaleza de la misma sugiere que debía ser mucho mas antigua. Además hay otra de Dumfermile en 1715.

La formación de esta sociedad coincidía con el interés creciente de la burguesía local por el diseño de jardines y la necesidad de contar con obreros jardineros.

La mayoría de sus reglamentos concierne con aspectos prácticos de la jardinería, siembra y diseminación de especies o distribución de nuevas variedades, en tanto que el dinero se empleaba para auxiliar viudas, huérfanos y desamparados asociados a las logias.

Free Gardeners Operativos

En forma similar a los primitivas logias de masones de Escocia, los primeros Free Gardeners fueron fundamentalmente operativos, con sus jardineros empleados por los terratenientes para trabajar en edificios y obras privadas y estatales.

Los jardines para las mansiones llegaron a ser muy importantes y contribuyeron a  que nuevas variedades y especies de plantas fueron traídas a Escocia desde Europa y el Nuevo Mundo.

Free Gardeners Especulativos

Las primeras logias de jardineros parecen haber existido paralelamente con las logias masónicas. Tanto las logias de freemasons y las de freegardeners permitían ingresar a miembros ajenos al Oficio ( especulativos), que fue mucho mas importante en el caso de los jardineros. Y esa es una de las diferencias más notables entre las dos sociedades.

 Fotografia de fines del siglo XIX .

El estatus de los miembros gentilhombres era de importancia entre los miembros Jardineros de Dumferline. Su historia contiene una lista que incluye un Duque, un Marqués, seis Condes, siete Lords, ocho Caballeros y cientos de profesionales (soldados, ministros  y abogados) así como terratenientes.

Sin embargo para finales del siglo 18  tan ilustre compañía ya casi había desaparecido excepto justamente en Dumferline  donde aún incluía algunos profesionales.

Y es posible que tal declinación se haya debido al auge de la francmasonería.

La segunda diferencia que hallamos entre las dos sociedades es el límite de edad para el ingreso, que según los escritos de la logia de Cambuslang , era de 40 años.

En esa época del surgimiento de los free- gardeners, los oficios medievales, tal como masones, panaderos y carpinteros celebraban contratos entre ellos y Consejo del burgo o ciudad como representantes de la comunidad. Estas eran las incorporaciones y asumían  en consecuencia una posición como representantes de la comunidad.

En común con otras profesiones, los jardineros se organizaron al sentir la presión para reglamentar y proteger su profesión,

Pero los jardineros en especial vivían fuera de los Burgos, sobre las tierras cercanas con lo que no estaban en posición de ganar fácilmente la incorporación.

Cada logia fijaba las prerrogativas del Oficio, las calificaciones de los miembros y cómo se organizaban.  Se cree que la Corporación de Jardineros de Glasgow fue el único grupo en Escocia en obtener ese estatus de la ciudad en 1626. En ningún otro sitio existió una Corporación de Jardineros.

Algunas de esas logias se fusionaron en “Ordenes” pero los intentos de formar una Gran Logia tuvieron éxitos parciales. Existieron varias Ordenes con base en Edimburgo, Glasgow e Inglaterra, aunque algunas antiguas logias permanecieron independiente.

La Orden se expandió por Gran Bretaña, Sud Africa y Australia, en tanto que en America se formaron tres logias en New Jersey,New York y Maryland. Y para fines del siglo 19 ya se habían transformado en sociedades mutuales.

El oficial que gobernaba una logia, al principio se denominaba Diacóno y mas adelante Presidente.

En otras existía el Maestro, dos Vigilantes, Capellán y Guardatemplos (Tylers) exterior e interior.

La organización parece haber sido similar a la de los masones, con elecciones democráticas y una caja con documentos y dinero que regularmente se abría ante todos los miembros.

Ritual:

Se basaba en los relatos bíblicos, acerca del Jardín del Edén y la construcción del Templo de Salomón .

Tenían tres grados: Aprendiz (Adán y el Jardín del Edén), Compañero de Oficio ( Noé y su Arca) y Maestro ( Templo del Rey Salomón). Cada ceremonia tenía signos, palabras, toques distintivos y un catecismo de instrucción. 

Continuará………………………………………………………………………..

 

 

 

 

 

 

 

 

miércoles, 24 de agosto de 2011

¿Estaba Anderson en lo cierto? (Parte 2).

Segunda y última parte:

Una revisión de su relato de los primeros seis años de francmasonería organizada.
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Título original:  Was Anderson Right? Who was he?
OSSIAN LANG, Gran Historiador de la Gran Logia de New York, 1932.
Publicado en : http://www.rgle.org.uk/Anderson.htm
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¿Quién fue el Dr. Anderson?

Nuestros hermanos en la Europa continental imaginan a Anderson como una suerte de hierofante quien, bajo la apariencia de una historia fantasiosa, ocultaba misterios que revelarían a los iniciados el sentido de la sabiduría de los cabalistas, alquimistas o muchos otros considerados como los verdaderos ancestros de la francmasonería.

La apelación a las “Constituciones de Anderson” es la apelación a “Sir Oráculo”.
Jamás se les ocurriría referirse a ellas como a las Constituciones de la Primer Gran Logia de Inglaterra; pero por otra parte, existe una tendencia en ver a Anderson como un simple pirata, difuso y nada confiable en la mayoría de las cosas, excepto en los Cargos y Regulaciones, que tampoco le eran propios, sino transcripciones bajo la autoridad de la Gran Logia.

Los Escoceses e Irlandeses toman a las Constituciones “como si” y no tienen problema alguno acerca de la “Historia” ligada al libro.
Quien no conoce a los escoceses podría pensar que el orgullo nacional los habría hecho examinar cuanto archivo antiguo estuviera disponible para fabricar una biografía comprensiva y auténtica.
Sin embargo hasta ahora no han movido una mano. ¿Porqué actuaron así?
Es que Anderson era un escocés y el que había dado a Inglaterra y al mundo entero las Constituciones de la francmasonería. Y eso es todo lo que importa.

Anderson era presbiteriano y pastor de “una congregación compuesta de gentes de la nación escocesa que residían cerca de Westminster”. Las palabras entre comillas aparecen en la primer noticia biográfica satisfactoria, un voluminoso trabajo de:  “Disidentes, Iglesias y Casas de Reunión en Londres, Westminster y Southwark”, publicado por un no masón en 1814.
Disidente- es lo que el “erudito teólogo” Anderson era, por ser un pastor presbiteriano en los primeros días del rey George.
Y no era de buenas maneras el hablar acerca de esas gentes no conformistas.
Esto podría explicar la noche de silencio que envolvió a Anderson por más de un siglo.

Es solamente dentro de los últimos treinta años (Nota del T. Este articulo fue escrito en 1932), que los masones ingleses se han puesto a trabajar con lo que pudieron encontrar para construir una biografía.

En 1910, el H. Alfred Robbins leyó ante la Quatuor Coronati Lodge, un trabajo acerca de “El Dr. Anderson de las Constituciones”( vol xxiii, AQC.)
En ese trabajo se incluía mucha información respecto a Anderson y su extensa obra literaria.
La discusión entre los miembros reveló una profunda falta de interés en que apareciera lo que denominaban el compilador de las Constituciones, como nominado a un nicho en el Hall de la Fama masónico.
El H. Robbins caracterizó al trabajo de Anderson como “imaginativo, fantástico y no histórico”.
Y eso pasó por ser lo justo. Habló de “la terrible industria” de Anderson, que se impugnaba. El título de Anderson de D.D. (Doctor en Divinidad o teología) se cuestionó igualmente, etc.
Sin embargo Anderson fue, como apuntó el H. Robbins, “el constante asociado y ayudante” de Desaguliers, cuya “enorme participación en el origen y desarrollo de la  primera Gran Logia de Inglaterra”,es ampliamente reconocida por todos.

El Duque de Buchan fue su mecenas durante toda su vida.
Mi amigo J. A. Anderson”, escribía Stuckeley en su diario.
La posición y carácter de los hombres que toda su vida fueron admiradores y amigos de Anderson deberían ser suficientes para una crítica prudente.
Es bueno mantener en mente también que una persona debería ser juzgada en el trasfondo del tiempo en el que vivió.
Juzgar a un hombre de hace mas de dos siglos con los patrones actuales de investigación, es antihistórico y anti- transparente.
La vida literaria y las condiciones sociales del Londres del primer tercio del siglo dieciocho tendrían que ser tomadas en cuenta, para hacer justicia a cualquier figura pública de ese período.

James Anderson nació en Aberdeen alrededor de 1680 y se graduó en el Mareschal College, recibiendo posteriormente los grados de M.A y D.D. (Maestro de Artes y Doctor en Teologia).
Entre 1705 y 1710 llegó a Londres donde reunió a un número de sus compatriotas presbiterianos.
La congregación fue bendecida en una iglesia mantenida formalmente por hugonotes franceses, en Swallow Street, donde justamente el padre del Dr. Desaguliers era el Rector.
Veinticuatro años después, una división surgió en su congregación, y Anderson con la suya debió mudarse a Lisle Street en Leicesterfield.
La división parece haber sido producida por su apego al ceremonial lo que le valió ser apodado “Obispo Anderson” por la gente, y por los mas facciosos por “Little Mass John”.(El pequeño Maestro Juan”)

Su producción literaria fue asombrosa, considerando la cantidad de investigación que necesariamente se requirió.
Entre sus sermones publicados, uno fue predicado en el aniversario de la ejecución del rey Carlos I, titulado “No King-Killers” (sin asesinos del rey) que intentaba derribar la falsa suposición actual acerca de los presbiterianos durante la guerra civil, mostrando que la conducta de su gente y de los escoceses en general había sido de completa lealtad a la corona.
El sermón despertó suficiente interés como para solicitarse una segunda edición.
El prefacio revela que personalmente él había estado sujeto a vehementes ataques desde el púlpito y la prensa por principios y practicas antimonárquicas.
La publicación está dedicada al Rev. Daniel Williams, uno de los teólogos más eminentes de su época, por quien Anderson había sido ordenado como ministro.

La esposa de Anderson, Rebecca, le aportó una considerable fortuna, que en su mayor parte se perdió en una orgía de especulación que ocurrió en los finales de 1720, resultando en un desastre para todos los accionistas en el asunto South Sea.

A la par de las “Constituciones”, su obra maestra se tituló “Royal Genealogies” (Genealogías Reales; o las “Tablas genealógicas de emperadores, reyes y príncipes desde Adán a nuestro tiempo”.
Estaba confesadamente basadas en una publicación alemana de Johann Huebnell, pero considerablemente expandida por Anderson e incluía las genealogías y dinastías y “los pares y grandes linajes de las islas británicas”.Ese último trabajo encontró una favorable acogida en Inglaterra. Estaba dedicado a Frederick, Príncipe de Gales. Anderson invirtió siete años de dura labor en el primer trabajo de su clase a tan gran escala, publicado en lengua inglesa.
Aquellos interesados que pueden llegar o viven en la ciudad de Nueva York, hallarán una copia en la Biblioteca Pública .

Para mencionar solo una mas de sus publicaciones, se tiene “Unity in Trinity and Trinity in Unity”(Unidad en la Trinidad y la Trinidad en la Unidad) un tratado teológico por James Anderson  D.D. Capellán, a RT. Honorable David Buchan “.
Fue dedicado a John Mitchell M.D., por razones de “nuestra vieja amistad contraída en la Universidad y que no ha sido interrumpida hasta ahora”.
Sir Richard Ellyes, Baronet, se menciona, pues a partir de la biblioteca de ese renombrado erudito, Anderson obtuvo el uso de muchos libros raros de tradición clásica y oriental, incluyendo varios escritos rabínicos.
No hay necesidad de agrandar la lista. Anderson continuó escribiendo hasta el día de su muerte, en mayo 25 de 1739.
Noticias desde el Eliseo, o Diálogos desde la muerte”, fue publicado después de su fallecimiento.

Los prejuicios parecen haberle seguido hasta la tumba y el The Daily Post del sábado 2 de junio de 1739, contenía una nota concerniente a sus exequias, interesante como información de cómo se  conducían los primeros funerales masónicos:
La última noche fue enterrado en Bullhill-Field, el cadáver del Dr. Anderson, un Maestro Disidente en una tumba muy destacada.
Su Palio era sostenido por cinco maestros disidentes y el Rev. Dr Desaguliers: seguido por una docena de francmasones, que rodearon la tumba; y después que el Dr. Earle, se refirió a la incertidumbre de la vida & sin una palabra acerca del fallecido, los hermanos, en una postura fúnebre muy solemne, elevaron sus manos con el signo y golpearon por tres veces sus mandiles en honor al fallecido”

Su hermano, Adam Anderson (1692-1765) tuvo ventaja sobre él en relación a la exposición a una crítica injusta, por no ser un clérigo y  haber elegido el comercio e industria para su estudios principales.
Fue un experto industrial por su gran trabajo histórico y cronológico en dos volúmenes:  “Trazando el desarrollo social y colonial de los poderes europeos, con referencias particulares a Gran Bretaña e Irlanda
Un apéndice lo dedica a la “Moderna geografía política y comercial de varios países de Europa”.
Interesante para nosotros los americanos es la devoción particular de Adam Anderson
a los asuntos coloniales y uno de los responsables de haber establecido una colonia de ingleses en Georgia.

También contaba con la confianza de la Reina Ana para el establecimiento de bibliotecas parroquiales en casa y en las colonias.
Las actas de la Gran Logia de Inglaterra, bajo la fecha del 13 de diciembre de 1733, registró que “el Diputado Gran Maestre Batson recomendó la Nueva Colonia de Georgia en Norte América a la benevolencia de las logias particulares”
La razón para mencionar a Adam Anderson es para sugerir lo que fue el calibre intelectual de los dos hermanos y qué clase de bagaje educacional deben de haber llevado desde Escocia.
Las críticas, sean constructivas o destructivas, son necesarias para corregir los errores.
El prejuicio jamás benefició a nadie, al menos a todos los que les afectaba.
Eso es porque uno de los objetivos principales de la masonería es emancipar a sus devotos de tales obsesiones y convertirlos en buscadores de mente abierta de la  verdad y  la bondad en todas las cosas.
He caído en la predicación, pero todo lo que buscaba era simplemente tratar de que coincidan conmigo en que tenemos una deuda para con nuestro hermano, el Reverendo James Anderson D.D,  de Aberdeen.
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domingo, 21 de agosto de 2011

¿Estaba Anderson en lo cierto?. (Parte 1).


Existe una tendencia por parte de los historiadores de la masonería en ver a Anderson como un simple pirata, difuso y nada confiable en la mayoría de las cosas, excepto en los Cargos y Regulaciones, que tampoco le eran propios, sino transcripciones de artículos tomados de los Antiguos Deberes  bajo la autoridad de la Gran Logia.
La cuestión es si las cosas atacadas por los críticos como inventos, son realmente importantes o si el relato de Anderson puede ser aceptado como sustancialmente correcto.
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El autor de este artículo, Ossian Lang, Gran Historiador de la Gran Logia de New York, en 1932, ensayaba una defensa desde la teoría de la descendencia de los masones operativos.
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.Título original:  Was Anderson Right? Who was he?
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Una revisión de su relato de los primeros seis años de francmasonería organizada.

La historia de la formación de la primer Gran Logia de Libres y Aceptados Masones en el mundo se ha relatado innumerables veces.
Las primeras y únicas ediciones oficiales son las que se hallan en la primera y segunda edición de las “Constituciones de los Francmasones”, publicadas por orden de la Gran Logia de Inglaterra.
La primera edición (1723) contiene solo una referencia de pasada a ese evento, pero incluye una lista de las logias registradas existentes en 1722.
La edición de 1738 proporciona un resumen de lo ocurrido entre 1716 y 1723 y aún después.
El relato fue escrito unos veinte años después que sucedieran esos eventos y es posible, por supuesto que el texto tuviera algunos errores.

Este informe, respetuosamente sometido, presenta las conclusiones a que se arribó después de cuidadosas consideraciones de eruditos críticos del texto de Anderson y sus incidencia sobre ciertos hechos respecto al período formativo de la francmasonería organizada desde 1716 al 24 de junio de 1723, fecha en que la Gran Logia instaló su primer Gran Secretario, y desde entonces, en adelante se han registrado sin interrupción y existen aún.

Tedioso como pueda parecer el examen de los cuestionamientos a la veracidad del relato de Anderson, esas críticas han tenido cierta prédica pero solo a partir de los estudiosos que las produjeron y , si no es por alguna otra razón, parece importante que los hechos deben establecerse firmemente tanto como para poner a prueba a los escritores que, si pudieran, mantendrían la historia de los comienzos bajo la incertidumbre y en un ejercicio donde pudieran liberar su imaginación con el pretexto de la historia.
El texto original del primer Libro de las Constituciones fue compilado y completado antes del 24 de junio de 1722, llevado a la imprenta el 17 de enero de 1723 y a la venta en febrero, como se evidencia de un anuncio en el London Post Boy del 26-28 de febrero de 1723:

“Este día se ha publicado la Constitución de los Free-Masons, conteniendo la Historia, Cargos, Regulaciones &, de la mas Antigua y Muy Respetable Fraternidad, para uso de las logias. Dedicado a su Gracia, el Duque de Montagu, último Gran Maestre, por obra de su Gracia, el Duque de Wharton, actual Gran Maestre, autorizado por la Gran Logia de Maestros y Vigilantes en la Comunicación Cuatrimestral. Su publicación fue autorizada y recomendada a los hermanos por el Gran Maestre y su Diputado. Impreso en el Año de la masonería de 5723; de Nuestro Señor 1723. Vendido por J. Senex y J. Hooke, cerca de la Iglesia de S. Dunstan´s en Fleetstreet.”

La primera edición tiene una sola referencia en el principio, y algo vaga:

“ Y ahora los nacidos libres de la nación británica, apartándose de guerras civiles y extranjeras y disfrutando los buenos frutos de la paz y la libertad, que en los últimos tiempos mucho ha debido su feliz genio a la masonería de toda suerte y revivido las decaídas logias de Londres, esta fantástica metrópolis ha florecido, así como en otras partes, con muchas logias particulares, teniendo una Comunicación trimestral y una Gran Asamblea Anual, en las cuales las formas y usos de la mas antigua y honorable fraternidad son ampliamente propagados, el Real Arte debidamente cultivado y el cemento de la hermandad preservado, tal que el cuerpo completo se parece a un Arco bien construido; varios nobles y caballeros del mejor rango, con clérigos y eruditos estudiosos de muchas profesiones y denominaciones, han francamente coincidido en tomar los Cargos y vestir las insignias de un Masón Libre y Aceptado bajo nuestro actual digno Gran Maestre, el muy noble príncipe John, Duque de Montagu”.
 James Anderson, uno de los pocos retratos conocidos

Anderson apareció en la Gran Logia por primera vez en septiembre de 1721 y podría  no haber tenido parte en la formación de la sociedad antes de esa fecha..
Un punto de especial interés en la citada declaración es que “las logias particulares tendrán una Comunicación Trimestral y una Gran Asamblea Anual.”

Nada se dice de una Gran Logia

En una segunda edición del Libro de las Constituciones (1739) (proporciona un detalle considerable, pero casi ninguna referencia se da de los asuntos anteriores a 1723, que no son cuestionados.
Su “descuido” ha sido severamente criticado y no siempre con justicia.
Anderson, debe recordarse, tuvo que atenerse casi exclusivamente a rumores.
Los detalles de lo que tuvo lugar, antes de que el Gran Duque de Montagu llegara a ser el Gran Maestre, probablemente le fueran proporcionados por su amigo Jacob Lambell (o Lamball), un carpintero que asistió a la primera Asamblea el día de Juan Bautista en 1717 y conservó su afiliación al Oficio por muchos años desde entonces.

Habiendo sufrido serias pérdidas financieras en el desastre del South Sea Bubble de 1720, Anderson trató de compensarlo por medio de las compilaciones, que presentaban un mercado rentable.
En su descripción de los eventos, tal vez haya dado rienda suelta a su imaginación allí donde se encontraba con un hiato, pero no hizo mas que otros con el objeto de escribir una Historia masónica.
En defensa de Anderson podemos decir que fue el pionero en ese campo y que no tenía ninguna guía.
Mas aún, no se infligió realmente ningún daño serio a la reputación del Oficio, lo que no puede ser igualmente dicho de algunos escritores no críticos con abundantes oportunidades a mano para acercarse a la verdad.
Es bueno mantener esas cosas en mente al leer por ejemplo al trabajo de Lionel Vibert titulado “Constituciones de Anderson de 1723, originalmente preparado para la Logia Quatuor Coronati de Londres y reimpreso en forma de libro; o el monumental trabajo del H. Dr. Willhem Begemann, “La francmasonería en Inglaterra”, quien primero formuló las estructuras que han sido reiteradamente repetidas por distinguidos historiógrafos.
Sin el relato de Anderson, acerca de lo que ocurrió entre 1716 y el primer nombramiento de un Secretario de la Gran Logia el 24 de junio de 1723, no contaríamos con casi nada que arrojara alguna luz acerca de los comienzos de la francmasonería, excepto algunos artículos de periódicos callejeros y las anotaciones en diarios y cartas.
Si los hombres que habían sido activos participantes en los eventos relatados por Anderson en las Constituciones de 1738 y que aún estaban con vida, no encontraron fallas en su crónica, no parece ser razonable traerlos ahora a la discusión.

Los artículos de periódicos coleccionados por Sir Alfred Robbins y publicados en el volumen XXII de las Transactions de la Logia Quatuor Coronati; el Diario y las Cartas de Stukeley conteniendo referencias a hechos masónicos en Londres desde el 6 de enero de 1721, de las cuales Gould extractó y leyó ante la Logia QC el 23 de julio de 1893, y varias notas encontradas en publicaciones contemporáneas, proporcionan correctivos para alguna cosa que pueda hallarse errónea en Anderson o no incluida en su crónica.

Después de todo lo dicho y hecho, hallaremos que su principal defecto, si es que era uno, es que se inclinaba a presentar todo a una luz demasiado optimista.
De mi parte, siento que la Francmasonería tiene con James Anderson una gran deuda de gratitud mayor que con otros hombres de aquellos días, excepto quizás con Desaguliers y Payne.
La crónica de los eventos masónicos desde la formación de la primer Gran Logia en 1717 hasta el comienzo de la primer acta oficial en 1723, tal como la asienta Anderson en sus Constituciones de 1739, ha sido reimpreso muchas veces como la Historia oficial de la Gran Logia de Inglaterra para ese período.
Aún así, para conveniencia en la revisión crítica, parece deseable repetir algunas cosas. Esas son:

1717.

El Rey George I, entró a Londres muy magnificentemente, el 20 de septiembre de 1714. Y después de la Rebelión ocurrida en 1716, las pocas logias de Londres que se hallaban descuidadas por Sir Christopher Wren, buscando fijar el cemento bajo un Gran Maestre como Centro de Unión y Armonía, que se reunían:

En  Goose and Gridiron Ale-house en St. Paul's Church-Yard.( del ganso y la parrilla)
En Crown Ale-house en Parker's Lane cerca de Drury-Lane.( de la corona)
En Apple-Tree Tavern en Charles-street, Covent-Garden. ( del manzano)
En Rummer and Grapes Tavern en Channel-Row, Westminster( la copa y las uvas)

Ellos y algunos antiguos hermanos reunidos en la dicha Apple-Tree y habiendo ubicado en la Silla al Maestro Masón mas antiguo (ahora maestro de una logia), se constituyeron en una Gran Logia Pro Tempore en la Debida Forma y a continuación revivieron las Comunicaciones Trimestrales de los oficiales de Logia (llamadas  Gran Logia), resolvieron mantener la Asamblea Anual y la Fiesta, eligiendo a continuación a un Gran Maestre de entre ellos en espera de tener el honor de un hermano noble a la cabeza.
Sir Christopher Wren, el renombrado arquitecto, fue adoptado como hermano el 18 de mayo de 1691 en una gran convención en la Iglesia de St. Paul de la Fraternidad de los Free-masons, tal como aparece en la anotación de John Aubrey (1626-97).
La Fraternidad o (o Compañerismo) de los Freemasons era un círculo diferente de la Honorable Compañía de Masones de la Ciudad de Londres.
 Frontispicio de las Constituciones
Es por lo menos una coincidencia que la Logia Fundadora Num. 4 se formó el mismo año en que Sir Christopher Wren fue adoptado en la fraternidad.
Mas aún, hay una tradición tenaz con al menos un soporte, que afirma que Sir Christopher Wren fue electo como cabeza de la fraternidad.
Se supone que en tal caso mantendría un interés activo.
Anderson, obviamente siguió la corriente cuando habla de que las pocas logias de Londres estaban descuidadas por Wren.
El día de San. Juan Bautista, el tercer año del Rey George I, A.D. 1717, la Asamblea y Fiesta de los Libres y Aceptados masones se celebró en la antedicha taberna Goose and Gridiron ( El ganso y la parrilla).
Antes de la cena, el Mas Antiguo Maestro en la Silla (ahora maestro de logia), propuso una lista de candidatos, y los hermanos por aclamación con las manos eligieron a Mr. Anthony Sayer, gentilhombre, Gran Maestre de los masones, que fue a continuación investido con las insignias del Oficio y aprobado por el dicho mas antiguo Maestro, e instalado , debidamente congratulado por la Asamblea que le ofreció su Homenaje.
Mr. Jacob Lamball, Carpintero. Capt. Joseph Elliot, Gran Vigilante, Sayer Gran Maestre, ordenó a los Maestros y Wardens de las Logias reunirse con los Grandes oficiales en todas las Comunicaciones Trimestrales, en el lugar que señalen en su convocatoria enviada por el Tejador.
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Nota: Se llamaba Comunicación Trimestral (Quarterly) porque debía realizarse cuatro veces al año según el Antiguo uso, y cuando el Gran Maestre esta presente, era una logia en forma amplia ( o Gran Logia)
Que las Comunicaciones Trimestrales de los oficiales de las Logia (llamadas Gran Logia), se mantuvieran en 1716, representaban una revivificación, lo que ha sido negado por eruditos escritores con un considerable énfasis.
¿Porqué?

Había sido costumbre de las Corporaciones Inglesas de Construcción o Compañías de Masones desde “tiempo inmemorial” mantener las Comunicaciones Trimestrales usualmente el día de Michaelmas ( 25 de septiembre), la Fiesta de San. Juan Evangelista (27 de diciembre) y día de la Señora) (Lady day) 25 de marzo, manteniendo la Fiesta Anual el día de San. Juan Bautista el 24 de junio.
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Nota del T.  Michaelmas: fiesta de San Miguel Arcángel
                    Lady Day: Día en homenaje a la Virgen María.
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Así es que la restauración de tal práctica por las logias de 1717, descendientes de sus prototipos operativos, realmente significaban una revivificación, aunque la regla no fue observada durante el período inicial de la Gran Logia.
Como hechos de importancia, solo se celebraron Fiestas Anuales en 1717, 1718 y 1719.
La primera Comunicación Trimestral registrada ocurrió el día de San. Juan Evangelista de 1720.

Se ha cuestionado también  que algún tipo de encuentro se podría haber efectuado entre las cuatro logias antes del día de San. Juan Bautista de 1717.

Ciertamente alguna acción se debe de haber tomado entre las partes interesadas para preparar esa Asamblea.
Jacob Lamball, carpintero, fue Senior Warden (Primer Vigilante) de la primer Gran Logia, y se sabe fue un amigo de Anderson y aparece listado entre los suscriptores de las Constituciones de 1738 y ciertamente jamás cuestionó el relato citado, y es muy probable que sea quien proporcionó la información que aparece en el escrito.
 Ante los sucesos anotados en el registro de la Asamblea del día de San. Juan Bautista de 1717, el nacimiento de la masonería, los críticos permanecen sin respuesta.
No puedo encontrar alguna razón convincente para no aceptar las afirmaciones de Anderson, especialmente porque los críticos no han sido capaces de ofrecer pruebas convincentes en su contra.
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