Próxima entrada de La
Imprenta de Benjamín, el jueves 10 de enero.
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Artículo publicado en
el blog Les Amis Provençaux de Renaissance Traditionnelle y reproducido aquí
con su autorización.
Título original: Un
encuentro insólito: los nobles juegos de arco y las logias masónicas en el
siglo XVIII. ( Une rencontre insolite: nobles jeux de l´Arc et loges maçonniques au XVIII e.
Autor: Pierre-Yves
Beaurepaire
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En
el siglo XVII y principios del XVIII, las clases sociales acomodadas se
entretenían en juegos de tiro con arco y arcabuz, que en general se conocían
como juegos de papegai o papegant ( juegos del papagayo).
En
la edad media se practicaba, generalmente en primavera, “el tiro al pichón”,
disparando flechas o tiros de arcabuz a una silueta de pájaro sostenida por una
larga pértiga en lo alto de un campanario o de una torre.
El
juego se realizaba bajo estrictas reglas controladas por las Cofradías de
Arqueros o las Cofradías de arcabuceros, disparando en orden de antigüedad sus
miembros, a los que se daba el titulo de “emperador o rey” del juego anterior,
capitanes, oficiales y caballeros. El nuevo vencedor debía representar a la
cofradía durante todo el año y recibía una copa o tazón con su nombre grabado,
además de estar exceptuado del pago de impuestos sobre el vino: ese era “ el
derecho del papagayo”.
El
origen del juego se rastrea en las milicias burguesas organizadas para
protección de los burgos medievales de las incursiones de los señores vecinos.
Esas
asociaciones desaparecieron como tales para la época de la Revolución Francesa.
El
autor de este estudio, que se encuentra completo publicado en la Revista
Renaissance Traditionnelle num.107-108 de julio de 1996, analiza las dobles
pertenencias a esas cofradías de juegos y a la masonería y sobretodo el papel
que jugaron en la fundación de nuevas logias.
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Ante todo comenzaré por
decir que debido a la riqueza de las fuentes presentadas a todo lo largo de
este artículo, me parece que no tiene sentido comentar nada acerca del autor.
Antes de llegar a la parte medular de su tema, comienza por presentarnos las
dos visiones de la sociabilidad en la Francia del Antiguo Régimen, según R.
Halévi (Orígenes de la sociabilidad democrática): las de las antiguas élites y
la de las mas recientes, el rechazo de aquellas a favor de las mas modernas; y
donde la logia masónica sería el lugar de creación tanto como prototipo.
Terreno de
sociabilización, los Nobles Juegos de Arco, de Ballesta y Arcabuz,
representaban el estandarte de esas antiguas elites que los historiadores a menudo
han relegado al rango de simple folklore. Con todo en una segunda mirada se
hallan numerosas y muy notables dobles pertenencias a los Juegos de Arco y a la
Francmasonería, pero también la fundación de logias por los Nobles Juegos, etc.
Será interesante estudiar la aculturación que se produjo en el Antiguo Régimen
al nivel de sociabilización de las elites.
A. Un informe inédito.
En prueba de esa
horizontalidad, el 15 de noviembre de 1784, tuvo lugar la fusión de una de las
mas importantes logias de Clermont, la Loge de Saint Maurice, con los
Caballeros del Juego de Arco. Pero es probable que esa unión se hubiera formado
mucho antes. Se han identificado muchas dobles pertenencias de 1763 (42
miembros sobre 52).
Esos locales
efectivamente compartidos, probablemente en 1762, muestran la voluntad de los miembros
de la burguesía de relanzar el Juego del Arco, lo que habría creado un terreno favorable
al interés que la logia “chic” manifestaba
hacia esa estructura de sociabilidad tradicional. De todas formas, el
autor refuta la teoría adelantada por D. Ligou quien proponía que en
Clermont-Ferrand y en Dunkerke “las
sociedades de Arcabuz fueron el origen de los
talleres”
Para P.Y. Beaurepaire,
se debe, por una mejor comprensión, trazar un paralelo entre la práctica
caballeresca del tiro al arco en el seno de los Nobles Juegos y el Golf
Escocés.
Latentes en el siglo
XVIII, había francmasones que los relanzaron, así el primer club “digno
de tal nombre”, sería la Honorable
Compañía de Golfers de Edimburgo,
fundada en 1744 en presencia del Gran Maestre hereditario de los Francmasones
de Escocia. Sin embargo, hay quien ha notado la existencia de otros tales como
el Royal Burgess Golfing Society de Edimburgo y el del St. Andrews Club, con un
modo masónico de recepción de los nuevos miembros, rudo e iniciático ( incluso
portando un mandil).
Tales relaciones
desconocidas de interpenetración aparecen como de gran interés para el autor en
tanto que pueden ser las primicias de la aparición de la clase ociosa del siglo
XIX. Hace notar
así la solicitud de
patente efectuada por la Confederación de Caballeros de la Ballesta, bajo
el nombre de St. Georges de esta ciudad
de Dunkerke, ante la Cámara de Provincias del Gran Oriente, (Chambre de
Provinces) y en la cual claramente hay que reconocer que ya existía un trabajo
masónico anterior!
Muchos de sus miembros
ya pertenecían a una logia, bajo el nombre de Amitie et Fraternité, y mostraron un cuidado especial en los
eventos que organizaban. Se erigian en “conservadores de la memoria de las valientes ciudades
flamencas”.
Esa aspiración a la
legitimidad es también la voluntad de reconocimiento de un antiguo origen común.
Y más aún, aunque ese reclamo quedó en letra muerta, se puede constatar una
actitudsimilar en la relación entre los Nobles Juegos de París y la
Francmasonería representada por el administrador General del Gran Oriente, el
Duque de Montmorency.
La doble pertenencia se
encuentra en numerosos documentos. Cita entre otras fuentes al Directorio de
los Francmasones parisinos de A. le Bihan, quien nos muestra una doble pertenencia
a la logia de St. Julien de la
Tranquilité, y también a los Juegos de Arco.
Para P.Y. Beaurepaire,
en el origen se hallan hombres tales como Lafeuille y Julien Coconnier que
fueron figuras de la Francmasonería y a la vez de los Juegos de Arco.
Pero el ejemplo parisino
no es absolutamente representativo pues su composición burguesa de oficio era
muy diferente de aquella de las provincias. Es necesario notar que los informes
de policía atestiguan desde 1746 la doble pertenencia de Caballeros/
Francmasones.
B.
El Noble Juego: una sociedad iniciática.
El autor cita aquí el
Almanaque de las Compañías de Arco de Pelletier a fin de fundamentar su afirmación.
Nos explica también que no conviene mezclar ARTE REAL con ARTE DE ARCO, pues sus
estructuras son diferentes a pesar de los préstamos constatables.
Cabe señalar que un
gran secreto rodeaba y aún rodea hoy los procesos iniciáticos usados. Aunque
existen índices manuscritos de los registros ritualísticos no han sido
actualizados hasta la fecha. A lo sumo, una vez mas, esos informes dejan
entender que los juramentos ritualizados irritaban al escribiente de la
prefectura.
Pero después de
habernos hecho abandonar toda esperanza de descubrimientos en la materia, el
autor nos revela una ceremonia de 1751 de Nicolas-Brice Legros titulado “la manera en que prestan juramento los que
quieren ser recibidos en el noble juego del Arco”. Parece presentarse como un
viaje a través del Jardín del Juego.
Ese ritual de recepción
es de un orden tal que no pasa sin recordar a la Francmasonería. Se dispone de
objetos para la ceremonia y al final un juramento. Previamente un discurso
elogioso precede a la
formalización de la recepción por la escritura de un acta. Conviene aquí explicar
al impetrante la significación de diversas cosas. Ante todo se le muestran los
signos y palabras de reconocimiento al nuevo miembro, y además debe reafirmar
su sumisión a su jerarquía y al rey.
A continuación un
catecismo muy cristiano con un simbolismo fuertemente inspirado en la Biblia.
Así cada cuestión recibe justamente una respuesta muy precisa. Puede verse que
todo el léxico del tiro al arco debe ser cristianizado (dardos volando desde el
carcaj). Cosa curiosa, ese catecismo termina por la enunciación de un asunto de
higiene, en efecto se obliga a lavar sus manos antes de comer, bajo pena de una
multa. Se trata de una visión de las Pascuas de Jesús con sus discípulos. De
otro modo sería un sacrilegio.
C.
Convergencias y complementariedad.
La Caballería del Arco
se inscribe en la sacralización cristiana de actos juzgados como profanos por
la Iglesia. P.Y. Beaurepaire afirma la evidencia del parentesco de estructura
entre los Nobles Juegos y la F.M.: el espíritu de corporativismo buscando
construir normas generales y lo significativo de esa voluntad de sacralizar las
cosas que permitan el reencuentro de esos dos mundos que comparten puntos
comunes ( ejemplo el silencio de 6 meses para los aprendices del Noble Juego):
La similitud es bien
fuerte, tanto que en 1786, cuando Jose II prohibe la FM en el País Bajo
Austríaco, los hermanos de la Loge des Freres Reunis, al oriente de Tournai,
deciden disimularse cambiando el título de su taller por el de Hermandad de St.
Jean Sebastien.
El autor precisa sin
embargo que una y otra estructura en la época aportan requisitos
complementarios a la necesidad de sociabilidad mediante fiestas, banquetes y
manifestaciones anuales suntuosas, ganando así en renombre y legitimidad.
Los Nobles Juegos
fueron un medio para que los francmasones pudieran cubrir los campos de sociabilidad
posible bajo el Antiguo Régimen, ensayando impedir el doble acceso a las capas inferiores
del tercer estado ( como se ve en Pont-de-Vaux en 1763, para el establecimiento
del estatus, que “ no se tolerarán mas
que oficiales de espada o capa, gentilhombres, abogados, médicos, notarios, procuradores, comisarios,
burgueses y comerciantes notables”.
En conclusión, el autor
nos confía que continuará su investigación en Francia y también en Escocia
donde la concurrencia entre las dos estructuras había caído casi en el olvido
para la FM del siglo XVIII.
Y deja a disposición
tres documentos en el Apéndice. De modo ilustrativo presenta lo que parece ser
un grabado del 4 de julio de 1771 mostrando los honores casi militares rendidos
por
una gran multitud a
Charles Stanhope, el director del Noble ejercicio del Arco ( fuente: Museo de
Bleráncourt, pieza depositada en el Musee de L´Archerie du Valois,
Crepy-en-Valois) Además los estatutos y reglamentos particulares de 9 artículos
de la Loge St.Maurice y de la Compagnie
des Chevaliers du Jeu de l´Arc reunidos formando un solo cuerpo. Se puede
leer la mutualización de fondos para funcionamiento de las dos entidades, así
como los rastros concretos de banquetes de obligación comunes. Por fin, un cuadro
del cuerpo de Chevaliers de l´Arc de
la ciudad de París nos presenta poniendo en perspectiva la doble pertenencia de
sus miembros a las logias masonicas.
Escrito por H.H-L- (
Les Amis Provençaux de Renaissance Traditionnelle).
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