domingo, 30 de diciembre de 2012

Sociabilidad masónica en el siglo XVIII: los nobles juegos de arco y arcabuz.



Próxima entrada de La Imprenta de Benjamín, el jueves 10 de enero.
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Artículo publicado en el blog Les Amis Provençaux de Renaissance Traditionnelle y reproducido aquí con su autorización.
Título original: Un encuentro insólito: los nobles juegos de arco y las logias masónicas en el siglo XVIII. ( Une rencontre insolite: nobles jeux de l´Arc  et loges maçonniques  au XVIII e.
Autor: Pierre-Yves Beaurepaire
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En el siglo XVII y principios del XVIII, las clases sociales acomodadas se entretenían en juegos de tiro con arco y arcabuz, que en general se conocían como juegos de papegai o papegant ( juegos del papagayo).
En la edad media se practicaba, generalmente en primavera, “el tiro al pichón”, disparando flechas o tiros de arcabuz a una silueta de pájaro sostenida por una larga pértiga en lo alto de un campanario o de una torre.
El juego se realizaba bajo estrictas reglas controladas por las Cofradías de Arqueros o las Cofradías de arcabuceros, disparando en orden de antigüedad sus miembros, a los que se daba el titulo de “emperador o rey” del juego anterior, capitanes, oficiales y caballeros. El nuevo vencedor debía representar a la cofradía durante todo el año y recibía una copa o tazón con su nombre grabado, además de estar exceptuado del pago de impuestos sobre el vino: ese era “ el derecho del papagayo”.
El origen del juego se rastrea en las milicias burguesas organizadas para protección de los burgos medievales de las incursiones de los señores vecinos.
Esas asociaciones desaparecieron como tales para la época de la Revolución Francesa.
El autor de este estudio, que se encuentra completo publicado en la Revista Renaissance Traditionnelle num.107-108 de julio de 1996, analiza las dobles pertenencias a esas cofradías de juegos y a la masonería y sobretodo el papel que jugaron en la fundación de nuevas logias.
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Ante todo comenzaré por decir que debido a la riqueza de las fuentes presentadas a todo lo largo de este artículo, me parece que no tiene sentido comentar nada acerca del autor. Antes de llegar a la parte medular de su tema, comienza por presentarnos las dos visiones de la sociabilidad en la Francia del Antiguo Régimen, según R. Halévi (Orígenes de la sociabilidad democrática): las de las antiguas élites y la de las mas recientes, el rechazo de aquellas a favor de las mas modernas; y donde la logia masónica sería el lugar de creación tanto como prototipo.
Terreno de sociabilización, los Nobles Juegos de Arco, de Ballesta y Arcabuz, representaban el estandarte de esas antiguas elites que los historiadores a menudo han relegado al rango de simple folklore. Con todo en una segunda mirada se hallan numerosas y muy notables dobles pertenencias a los Juegos de Arco y a la Francmasonería, pero también la fundación de logias por los Nobles Juegos, etc. Será interesante estudiar la aculturación que se produjo en el Antiguo Régimen al nivel de sociabilización de las elites.

A.    Un informe inédito.
En prueba de esa horizontalidad, el 15 de noviembre de 1784, tuvo lugar la fusión de una de las mas importantes logias de Clermont, la Loge de Saint Maurice, con los Caballeros del Juego de Arco. Pero es probable que esa unión se hubiera formado mucho antes. Se han identificado muchas dobles pertenencias de 1763 (42 miembros sobre 52).
Esos locales efectivamente compartidos, probablemente en 1762, muestran la voluntad de los miembros de la burguesía de relanzar el Juego del Arco, lo que habría creado un terreno favorable al interés que la logia “chic” manifestaba  hacia esa estructura de sociabilidad tradicional. De todas formas, el autor refuta la teoría adelantada por D. Ligou quien proponía que en Clermont-Ferrand y en Dunkerke “las sociedades de Arcabuz fueron el origen de los  talleres”

Para P.Y. Beaurepaire, se debe, por una mejor comprensión, trazar un paralelo entre la práctica caballeresca del tiro al arco en el seno de los Nobles Juegos y el Golf Escocés.
Latentes en el siglo XVIII, había francmasones que los relanzaron, así el primer club  digno de tal nombre”, sería la Honorable  Compañía  de Golfers de Edimburgo, fundada en 1744 en presencia del Gran Maestre hereditario de los Francmasones de Escocia. Sin embargo, hay quien ha notado la existencia de otros tales como el Royal Burgess Golfing Society de Edimburgo y el del St. Andrews Club, con un modo masónico de recepción de los nuevos miembros, rudo e iniciático ( incluso portando un mandil).
Tales relaciones desconocidas de interpenetración aparecen como de gran interés para el autor en tanto que pueden ser las primicias de la aparición de la clase ociosa del siglo XIX. Hace notar
así la solicitud de patente efectuada por la Confederación de Caballeros de la Ballesta, bajo el  nombre de St. Georges de esta ciudad de Dunkerke, ante la Cámara de Provincias del Gran Oriente, (Chambre de Provinces) y en la cual claramente hay que reconocer que ya existía un trabajo masónico anterior!
Muchos de sus miembros ya pertenecían a una logia, bajo el nombre de Amitie et Fraternité, y mostraron un cuidado especial en los eventos que organizaban. Se erigian en “conservadores  de la memoria de las valientes ciudades flamencas”.
Esa aspiración a la legitimidad es también la voluntad de reconocimiento de un antiguo origen común. Y más aún, aunque ese reclamo quedó en letra muerta, se puede constatar una actitudsimilar en la relación entre los Nobles Juegos de París y la Francmasonería representada por el administrador General del Gran Oriente, el Duque de Montmorency.
La doble pertenencia se encuentra en numerosos documentos. Cita entre otras fuentes al Directorio de los Francmasones parisinos de A. le Bihan, quien nos muestra una doble pertenencia a la logia de St. Julien de la Tranquilité, y también a los Juegos de Arco. 

Para P.Y. Beaurepaire, en el origen se hallan hombres tales como Lafeuille y Julien Coconnier que fueron figuras de la Francmasonería y a la vez de los Juegos de Arco.
Pero el ejemplo parisino no es absolutamente representativo pues su composición burguesa de oficio era muy diferente de aquella de las provincias. Es necesario notar que los informes de policía atestiguan desde 1746 la doble pertenencia de Caballeros/ Francmasones.

B. El Noble Juego: una sociedad iniciática.
El autor cita aquí el Almanaque de las Compañías de Arco de Pelletier a fin de fundamentar su afirmación. Nos explica también que no conviene mezclar ARTE REAL con ARTE DE ARCO, pues sus estructuras son diferentes a pesar de los préstamos constatables.
Cabe señalar que un gran secreto rodeaba y aún rodea hoy los procesos iniciáticos usados. Aunque existen índices manuscritos de los registros ritualísticos no han sido actualizados hasta la fecha. A lo sumo, una vez mas, esos informes dejan entender que los juramentos ritualizados irritaban al escribiente de la prefectura.
Pero después de habernos hecho abandonar toda esperanza de descubrimientos en la materia, el autor nos revela una ceremonia de 1751 de Nicolas-Brice Legros titulado   “la manera en que prestan juramento los que quieren ser recibidos en el noble juego del Arco”. Parece presentarse como un viaje a través del Jardín del Juego.
Ese ritual de recepción es de un orden tal que no pasa sin recordar a la Francmasonería. Se dispone de objetos para la ceremonia y al final un juramento. Previamente un discurso
elogioso precede a la formalización de la recepción por la escritura de un acta. Conviene aquí explicar al impetrante la significación de diversas cosas. Ante todo se le muestran los signos y palabras de reconocimiento al nuevo miembro, y además debe reafirmar su sumisión a su jerarquía y al rey.
A continuación un catecismo muy cristiano con un simbolismo fuertemente inspirado en la Biblia. Así cada cuestión recibe justamente una respuesta muy precisa. Puede verse que todo el léxico del tiro al arco debe ser cristianizado (dardos volando desde el carcaj). Cosa curiosa, ese catecismo termina por la enunciación de un asunto de higiene, en efecto se obliga a lavar sus manos antes de comer, bajo pena de una multa. Se trata de una visión de las Pascuas de Jesús con sus discípulos. De otro modo sería un sacrilegio.

C. Convergencias y complementariedad.
La Caballería del Arco se inscribe en la sacralización cristiana de actos juzgados como profanos por la Iglesia. P.Y. Beaurepaire afirma la evidencia del parentesco de estructura entre los Nobles Juegos y la F.M.: el espíritu de corporativismo buscando construir normas generales y lo significativo de esa voluntad de sacralizar las cosas que permitan el reencuentro de esos dos mundos que comparten puntos comunes ( ejemplo el silencio de 6 meses para los aprendices del Noble Juego):
La similitud es bien fuerte, tanto que en 1786, cuando Jose II prohibe la FM en el País Bajo Austríaco, los hermanos de la Loge  des Freres Reunis, al oriente de Tournai, deciden disimularse cambiando el título de su taller por el de Hermandad de St. Jean Sebastien.
El autor precisa sin embargo que una y otra estructura en la época aportan requisitos complementarios a la necesidad de sociabilidad mediante fiestas, banquetes y manifestaciones anuales suntuosas, ganando así en renombre y legitimidad.
Los Nobles Juegos fueron un medio para que los francmasones pudieran cubrir los campos de sociabilidad posible bajo el Antiguo Régimen, ensayando impedir el doble acceso a las capas inferiores del tercer estado ( como se ve en Pont-de-Vaux en 1763, para el establecimiento del estatus, que “ no se tolerarán mas que oficiales de espada o capa, gentilhombres, abogados,  médicos, notarios, procuradores, comisarios, burgueses y comerciantes notables”.
En conclusión, el autor nos confía que continuará su investigación en Francia y también en Escocia donde la concurrencia entre las dos estructuras había caído casi en el olvido para la FM del siglo XVIII.
Y deja a disposición tres documentos en el Apéndice. De modo ilustrativo presenta lo que parece ser un grabado del 4 de julio de 1771 mostrando los honores casi militares rendidos por
una gran multitud a Charles Stanhope, el director del Noble ejercicio del Arco ( fuente: Museo de Bleráncourt, pieza depositada en el Musee de L´Archerie du Valois, Crepy-en-Valois) Además los estatutos y reglamentos particulares de 9 artículos de la Loge St.Maurice y de la Compagnie des Chevaliers du Jeu de l´Arc reunidos formando un solo cuerpo. Se puede leer la mutualización de fondos para funcionamiento de las dos entidades, así como los rastros concretos de banquetes de obligación comunes. Por fin, un cuadro del cuerpo de Chevaliers de l´Arc de la ciudad de París nos presenta poniendo en perspectiva la doble pertenencia de sus miembros a las logias masonicas.
Escrito por H.H-L- ( Les Amis Provençaux de Renaissance Traditionnelle).
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