jueves, 24 de febrero de 2011

LA LEYENDA DE HIRAM. parte 2.

Con autorización de propos maconniques (Over-Blog.com)
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Salomón, Hiram, Zorobabel ni edificaron ni reconstruyeron el Templo. Ellos nos legaron el modelo, conservado bajo una imágen. Nos indican el camino hacia la Ciudad Ideal donde será elevado en armonía.

El Grado del Real Arco.

Uno de los motivos que provocaron, en 1750, la célebre querella masónica entre los “Antiguos” y los “Modernos”, reside en la actitud que unos y otros tenían hacia el grado de Real Arco o el Santo Arco Real de Jerusalen.
Los Antiguos admitian el pleno valor de ese grado del que hicieron una pieza maestra del edificio masónico y que practicaban realmente.
Los Modernos, en cambio, oficialmente se negaban a reconocerlo, aunque muchos lo tomaron y se hicieron recibir.
 La Triple Tau, símbolo del Real Arco

El cisma terminó en 1823 con la creación de la Gran Logia Unida de Inglaterra, donde en el artículo 2 de la declaración preliminar se precisaba que: “la pura y antigua masonería consiste de tres grados, no más, a saber: Aprendiz, Compañero y Maestro masón, incluyendo la Orden Suprema del Santo Arco Real”
Ese grado, ¿era de orígen operativo?. Muy probablemente que nó. ¿Fue tomado de los grados hirámicos para constituir la segunda parte del grado de Maestro?. Nada nos prueba que las dos leyendas ,la del tercer grado y la del Real Arco hayan estado jamás asociadas a un mismo ceremonial.
De todos modos, los “Antiguos” acusaban a los “Modernos” de haber mutilado el grado de Maestro amputándole la segunda parte. Eso lleva la idea de una masonería en tres grados, el tercero recibido en el curso de dos ceremonias distintas.

Los rituales del grado de Real Arco.

Los orígenes de los rituales del grado de Real Arco son múltiples y complejos.
El ritual mas antiguo conocido de ese grado, data de 1760. Después de la primera tenida del Gran Capítulo del Real Arco en 1766, el desarrollo del ritual se caracteriza, aparentemente bajo la influencia jesuítica, por la sustitución de la antigua leyenda salomónica e hirámica, por una nueva leyenda relatantdo la reconstrucción del Templo por Zorobabel.
La enseñanza histórica del grado presenta similitudes con la del Caballero de Oriente del Rito Francés al recordad que: “durante la reconstrucción del templo, tres peregrinos desconocidos se ofrecen para retirar los escombros del edificio antiguo. Y como corría el rumor de que había alguna cosa escondida entre los escombros, se les recomendó tomar los mas grandes cuidados para realizar su trabajo.
Al cabo de unos dias, descubrieron detras de un muro que sonaba a hueco, una bóveda donde se encontraban, unas tablas abiertas que contenían una parte de las leyes divinas y un pequeño altar recubierto con un velo. Levantar el velo les permitió leer no solo los nombres de los Maestros que habían construído el primer templo, sino también el nombre del Eterno, no el que se conoce ordinariamente sino otro que era manifiestamente la palabra perdida.
Todos los Maestros presentes tomaron el compromiso de jamás revelar a los demás hermanos la palabra reencontrada y de jamás pronunciarla a no ser en presencia de dos de los otros Maestros”.

El grado del Real Arco se consolidó en Inglaterra a partir de 1766 mostrando una marca cristiana que se encuentra en el ritual del Maestro Perfecto del Rito Escocés Rectificado
Eso supone que en las logias que practicaban el grado del Real Arco, la leyenda del Antiguo Testamento seria interpretada desde un punto de vista cristiano: es el anuncio de la reconstrucción simbólica del tercer templo.

En el ritual de 1765 los actores son los Maestros Sublimes: Salomón, Hiram rey de Tiro e Hiram el arquitecto asesinado.
Los maestros Sublimes solicitaron a Salomón que les confiriera el grado de Real Arco. Salomón responde negativamente, sabiendo que ha cegado una puerta trampa en el santuario. Esa trampa conduce a un subterráneo que da acceso a una bóveda de nueve arcos. Mucho tiempo antes Salomón había enviado a tres intendentes, Sublimes Escoceses para buscar las cosas mas preciosas en las ruinas del Templo (lo que constituye una incoherencia pues el Templo de Salomón fue destruído cuatrocientos años después de su construcción).
Uno de los intendentes enganchó su piqueta a un gran anillo fijado a una losa. Esa imágen se encuentra en el collarín del grado 14 del Rito Escocés Antiguo y Aceptado. Al levantarla se descubrió el subterráneo.
 Rito Escocés Antiguo y Aceptado

Ató una cuerda alrededor de su cintura, descendiendo y dijo a sus compañeros que tiraría de la cuerda para que lo eleven. Pasó tres arcos y tiró tres veces de la cuerda. En el curso de una nueva tentativa, pasó seis arcos y tiró seis veces la cuerda.
Descendió una vez mas con una antorcha y pasó nueve arcos.
Un muro se destaca y se vé una piedra triangular sobre la cual estaba escrita la palabra sagrada del grado del Real Arco. Hace el mismo signo que Salomón, que había rehusado conferirle el grado de Real Arco (Signo de admiración). Pone una rodilla en tierra, una mano en la espalda y la otra para protegerse de la luz( Signo de protección) y tira de la cuerda para que lo remonten.
Al reencontrarse con los otros intendentes, dice: “Jabulum es un buen masón” y decide con ellos que la nueva palabra de pase sería “ Yo soy el que soy”.

El simbolismo del grado del Real Arco.

Las noches privilegiadas vividas por los francmasones no pueden producirse en otro sitio que las logias que, por medio de un ritual, practican el arte de abrir una puerta a un mundo mas allá del tiempo y sobre un universo sin límites.
Ese mundo, en el interior de un Templo orientado, cubierto de su bóveda estrellada, se vuelve mas real que imaginario. Así, por medio del Rito, el francmasón puede pasar del tiempo ordinario al tiempo sagrado.
El francmasón vive así dos tiempos distintos: el tiempo profano y el tiempo sagrado, que se presentan bajo el aspecto paradojal de un eterno presente mítico al que es posible reintegrarse por el Rito.
El tema de la búsqueda de la palabra perdida se inscribe naturalmente en ese enfoque.

Después de su aprendizaje y de su compañonaje, el francmason medita sobre la muerte de Hiram.
Y comprende que la palabra que los maestros utilizan para reconocerse es una palabra sustituta, de la que portan las iniciales en su mandil y que la finalidad del recorrido es la búsqueda de la palabra perdida.
Provisto de la palabra sustituta, a fin de recobrar esa palabra, el Maestro Masón explora los paisajes propuestos por los ritos.
El proceso de la iniciación nos hace atravesar esos paisajes, mas precisamente las estructuras que jalonan la vida iniciatica, que en sí misma no es mas que una experiencia total de la vida.
En el grado doce del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, se redescubre que el Templo que cada masón debe construir en sí mismo, representa el edificio ideal que cada uno de nosotros esta llamado a realizar y que el Templo de Jerusalen es una imágen del universo destinado a satisfacer nuestra razón, una concepción filosófica para traducir que es posible una aproximación a la Verdad.

En el siglo XVIII, antes de la estructuración definitiva de la francmasonería especulativa, la pronunciación de la palabra del Maestro era JHVH ( Jehovah).
Todo sucede luego como si el mito de Hiram consistiera, en uno de sus aspectos, en suprimir esa invocación para reemplazarla por una palabra sustituta que será la primer palabra que se escuche y con los significados de Mach Banach, Marrow in the Bone, Moabon, en fin, que llegará a ser la palabra sustituta del Rito Escocés Antiguo y Aceptado.

El sentido profundo del Rito Escocés Antiguo y Aceptado es el pasaje fundamental desde el Antiguo al Nuevo Testamento, donde el tetragrama cristiano INRI sustituye al hebraico IHVH.
Y todo el accionar posterior se centrará en el descubrimiento de la complementariedad del Antiguo y Nuevo Testamento, uno simbolizado por los grados vero- testamentarios por la fórmula :Amor a la Verdad y el otro simbolizado por la referencia al Nuevo Testamento: Amor a la Humanidad, simbolismo que volverá a encontrarse en la escala misteriosa del ritual del grado treinta del Rito Escocés Antiguo y Aceptado.

Algunos dirán: lo que importa es la especulación y el retorno al pasado, hacia la época de la ciencia, la técnica, la eficiencia y la razón.
Los escépticos y los agnósticos dirán que la masonería nada tiene que hacer con Dios y las religiones.
Los creyentes objetarán que con su fé alcanza y se apoyarán en su iglesia, con mas o menos confianza, para ocuparse de su dios y de la salud de su alma.
La iglesia, por su parte, hablará cada vez menos para no asustar a sus clientes, importándole mantener en lo posible una influencia fundada sobre algunos principios de orden moral.

En cuanto a los francmasones, se presentan bajo dos aspectos bien diferentes, sin unidad de doctrina ni de acción.
Existe, es verdad, para los tres primeros grados, un criterio simple: aquel de la regularidad, que garantiza en el conjunto, el reconocimiento de principios tradicionales comunes.
Y las cosas se presentan aún mas claras cuando se considera que la regularidad debe apreciarse bajos sus dos aspectos complementarios: la regularidad obedencial y la regularidad iniciática.
Pero esa relativa simplicidad, que concierne a la francmasonería de los grados simbólicos, cede paso a una verdadera confusión al considerar los “altos” grados.

La historia de esos grados es muy compleja y se puede hallar la mejor y sin duda la peor.
Hay que darse cuenta, además, que no existe para los “altos“ grados, ningún criterio de regularidad ni tampoco algún poder regulador calificado, aunque el Rito Escocés Antiguo y Aceptado pueda haber reagrupado a nivel mundial al 90 por ciento de los masones que trabajan en los Talleres mas allá del tercer grado.
¿Puede hablarse “de” Rito Escocés Antiguo y Aceptado, cuando las prácticas son a veces diferentes y las fórmulas constitutivas dejadas “ ad libitum” de cada taller?
Parecería razonable aceptar una declaración preliminar tan simple como evidente.

La francmasonería es, en su origen, una iniciación de Oficio y el esoterismo que se pone en obra es de esencia judeo cristiana.
Partiendo de eso, conviene determinar y comprender la expresión de tal esencia judeo cristiana, a fin de seguir la transición de la masonería operativa del pasado, a la masonería especulativa moderna, y de su evolución hacia la práctica actual.

Salomón, Hiram. Zorobabel ni construyeron ni reconstruyeron el Templo.Nos legaron su modelo conservado bajo una imágen. Nos indica el camino hacia la Ciudad Ideal donde será elevado en armonía.

Es importante entonces, que los masones de buena fe, rechazando los ídolos, lleven a buen término la práctica de los “altos” grados que solo tiene una justificación: ayudar, servir y honrar a la francmasonería simbólica, que es la única poseedora de toda la iniciación.

Así la masonería del Real Arco podría ser considerada a justo título como la fundación y clave de bóveda del conjunto del edificio masónico.
Liberada de todo dogma, de toda asociación a un culto, considerada no como un grado sinó como un complemento y una explicación de los grados simbólicos dejados a la libre interpretación de la conciencia individual de cada uno, mostraría de esa forma la importancia, no tanto religiosa como sagrada de la iniciación masónica.
Con ella se esclarecería todo el significado atribuido a la leyenda operativa y tradicional del Templo de Jerusalen, asi como su elevada enseñanza iniciática según la cual el cumplimiento del camino del conocimiento coincide con la búsqueda espiritual del Amor.

Conferencia de Roger Dachez.
La cuestión de los orígenes de la francmasonería ocupa un estatus particular dentro del imaginario masónico.
Preocupados por la transmisión, algunos francmasones han dictado reglas y establecido leyes
para dar forma a la Historia de la institución que se describe en las Constituciones de Anderson.
Así es que la francmasonería que se origina en el paraiso Terrenal inmemorial de Adán y Eva y que fue transmitido por los profetas y los reyes, acreditando la tesis según la cual la Gran Logia aparecida en Londres en el siglo XVIII no era una “creación”, sino un “despertar”, un despertar que se inscribía en la continuidad de los constructores de catedrales.
Teoría que conoció una ruptura con el advenimiento de la historia moderna sobre la cual se apoya, entre otras cosas, la francmasonería especulativa que intenta “diseccionar” el mito de la francmasonería operativa.

Este artículo intenta dar una respuesta a dos cuestiones pendientes: ¿la francmasonería especulativa deriva de la francmasonería operativa?
¿La historia podría destruir al mito?
¿Existe un poder capaz de restituirlo dentro de su dimensión fundacional y su verdadero sentido?
Los orígenes de la franc-masonería especulativa.

Por Eusthénes. Marzo de 2008.
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Para consultar el archivo de trabajos (en francés) del blog Propos maconniques, el enlace siguiente:





jueves, 17 de febrero de 2011

NICHOLAS STONE Y EL MISTERIO DE LA ACEPTACIÓN.

Matthew Scanlan descubre evidencia que arroja nueva luz sobre los orígenes masónicos.

Tomado de
FREEMASONRY TODAY - Spring 2000 - Issue 12
Título original:
Nicholas Stone and the Mystery of the Acception
Matthew Scanlan uncovers evidence which casts
fresh light on masonic origins.
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Es bien sabido que los orígenes de la francmasonería moderna permanecen envueltos en el misterio.
Nos encontramos con que hay escasa evidencia del movimiento antes de 1717, con la notable excepción de cuando Elias Ashmole fue “hecho” un francmasón el 16 de octubre de 1646 en Warrington, Cheshire.
Sin embargo en el transcurso de mi investigación para un próximo libro, he hallado nuevo material que puede arrojar alguna luz acerca de los orígenes de nuestro Oficio y que tal vez ayude a exponer algunos errores fatales en el razonamiento aceptado acerca de cómo surgió la francmasonería.

Tradicionalmente, muy poco se sabe de otros miembros de la logia de Ashmole, y corrientemente se supone que era una forma primitiva de logia “especulativa” y por tanto diferente de alguna organización del oficio.
Al seguir esa línea de pensamiento, también se sugiere que Ashmole fue un masón “especulativo”.
 ¿Pero, qué significaba eso exactamente?

Aparentemente el empleo mas antiguo del término se encuentra en una carta escrita por el Dr. Manningham, Diputado Gran Maestre de la primera Gran Logia de Londres, quien escribía a un Hermano Sauer de La Haya, el 12 de julio de 1757.
Desde entonces, este término ha sido tomado sin discusión por generaciones de escritores significando que un masón especulativo no era un verdadero masón de trabajo del Oficio (working mason), pero, en 1703, se publicó un libro cuya quinta sección se relacionaba con el “Freemason´s work” (trabajo del francmason), y bajo el encabezamiento  “Construcción de casas”, dice:
  
“Algunos ingeniosos artesanos comprenden la Parte Especulativa de la Arquitectura o Construcción: pero de esa conocida suerte de artífices no hay muchos, porque pocos artesanos saben mas allá de la parte practica o mecánica de la arquitectura; no conociendo la parte Matemática o Especulativa de la Construcción”
(Richard Neve, The City and Country Purchasers and Builders´s Dictionary: or the Compleat Builders´s Guide. Pub: TN. Philomath, London 1703, p.143.)
Así que yo creo que cuando hablamos de nosotros mismos como especulativos antes que operativos, estamos cometiendo una errónea distinción.
Los Artesanos también podían especular.
Por tanto sugiero que el término original de “Libre y Aceptado” sea mas probablemente una descripción mas apropiada para el Oficio Moderno.

Pero, ¿qué significa Libre y Aceptado?

Libre y Aceptado.

El término Freemason originalmente surgió al final del siglo 14 en Inglaterra, y era con mucha seguridad, la abreviación de “freestone mason”.
La Freestone (piedra franca) es un tipo especial de piedra arenisca ideal para esculpir, debido a la ausencia de defectos naturales, y tal que el escultor no tenía que seguir algunas líneas propias (del mineral).
Por la naturaleza superior de ese material, los hombres que lo trabajaban eran usualmente los masones mas calificados del oficio y es desde esa categoría de donde provenían la mayoría de los maestros.
El sistema de guildas en Inglaterra, como el término freemason, también surgió durante el siglo 14, y en 1472  la "London Company of Freemasons" fue distinguida con sus Armas.
La habilidad de los freemasons alcanzó su cenit en las etapas finales del único estilo inglés de perpendicular, un estilo de gran complejidad, visible hoy en la Capilla del King´s College de Cambridge, y la Capilla de Enrique VIII en la Abadía de Westminster.
La Capilla de Enrique VIII parece haber puesto un final al estilo gótico en Inglaterra, y con el arribo de la primer ola de artesanos inmigrantes comenzó a dar paso a otras modas arquitectónicas.
Con la disolución de los monasterios, bajo Enrique VIII, se produjeron grandes cambios y muchos artesanos comenzaron a colocarse bajo el patrocinio de ricos mercaderes o de la aristocracia terrateniente, trabajando en sus mansiones y tumbas monumentales.
Sin embargo, a pesar de los cambios, el término freemason sobrevivió y en Londres surgieron los Freemasons  and Marbelers (masones de la piedra y marmoleros) como una sola compañía y por un cierto tiempo.
Al alborear el siglo 17, el término freemason era de uso corriente en muchas partes del país, y la “London Company of ffreemasons”,estaba formada por un Maestro, dos Vigilantes (Wardens), una corte de asistentes (el cuerpo de gobierno), un “livery” y un cuerpo de hombres libres (freemen) o pequeños cuentapropistas.

Fue en medio de ese ambiente cultural que un masón de la parte occidental del país, Nicholas Stone fue contratado y enseñó su arte, antes de surgir como uno de los mas célebres escultores de Inglaterra y cuya historia puede ofrecer una nueva perspectiva acerca de los orígenes del Oficio moderno.

Nicholas Stone

Nicholas Stone nació en 1586 y tradicionalmente se afirma que era el hijo de un cantero de Exeter, Woodbury, Devon.
A una edad relativamente tierna, el jóven Nicholas fue enviado a buscar una carrera en Londres antes de viajar a Holanda como aprendiz del escultor holandés Hendrik de Keyser.
Stone trabajó con la familia holandesa por un número de años y finalmente contrajo matrimonio con una hija de Keyser, María.
Por la ley holandesa se requería el consentimiento paterno para la boda, que parece haber sido atestiguada por John Bury, vicario de Sidbury, y se cree que el padre de Stone vivía allí.
 Nicholas Stone y su hijo Nicholas Stone el jóven


Aunque la iglesia de Sidbury fue trágicamente destruída por el fuego en el siglo 19 junto a todos sus registros, hay una placa en el presbiterio de la iglesia de St. Giles que se supone sea del padre de Stone.
La unión de elementos del Oficio y simbólicos (especulativos) hace interesante y sugestiva la lectura:

Un epitafio sobre la vida y la muerte de
JOHN STONE, FREEMASON, quien
Abandonó esta vida el primero de enero, 1617
&  yace aquí sepultado.
En nuestra Gran Piedra de Angulo, esta Piedra (Stone) descansa,
Bendiciendo sus edificios que mas amó
por edificar templos a Dios, en los que trabajó,
vivió en el Templo del Espíritu Santo, en cuya amada vida
se proveyó de honesta fama, quiera Dios elevar la semilla
de los Stone hacia Abraham.

En 1615 Nicholas Stone volvió a Londres y estableció un Taller situado en West End, Long Acre, cerca de Covent Garden, y registrado como “ciudadano y freemason de Londres”
En el mismo año estuvo activamente dedicado a un inspirados monumento dedicado a Henry, primer Conde de Northampton, incorporando figuras que representan las virtudes cardinales: temperancia, fortaleza, prudencia y justicia. Ante esto, su talento obvio fue recomendado al Rey y enviado a Edimburgo para trabajar en la capilla del antiguo Palacio Stuart de Holyrood.
El 12 de enero de 1619, la Casa de Banquetes de Whitehall, fue destruido por el fuego y se perdieron gran cantidad de documentos de estado que allí se conservaban.
Para junio del mismo año, comenzó una nueva Casa de Banquetes bajo el Supervisor de Obras, Iñigo Jones, pero hubo problemas tanto con los materiales como con la mano de obra, y la piedra Portland necesaria era escasa.
Mientras tanto, muchos de los artesanos, especialmente masones se fugaban a otros trabajos donde la paga era mejor y mas regular.

El Maestro Masón del Rey, que también es descripto como “ciudadano y freemason de Londres”, descuidó los procedimientos y Jones informó no poder asistír a las obras, en consecuencia a los treinta y tres años, Nicholas Stone fue designado Maestro de Obras en su lugar.
La Casa de Banquetes no solo fue la gran obra de Stone, sino también de su jefe de diseño Iñigo Jones.
Carlos I, mas adelante instruyó a Jones para preparar otros diseños de reconstrucción total del Palacio de Whitehall, diseños que se sabe fueron hechos basándose en la arquitectura del palacio del Escorial cerca de Madrid.
Esto es significativo, pues el Escorial se basó en la idea del Templo de Salomón y concebido como un gran cubo.

El Escorial

El Rey Felipe II de España instruyó a su arquitecto Juan de Herrera para crear un plano especial de una biblioteca magnífica, en un esfuerzo de rivalizar con la del Vaticano.
Era un edificio con magníficas colecciones de libros en latín, griego, hebreo y árabe acerca de una variedad de tópicos, especialmente de medicina, geometría, música y astronomía.
De sus 40.000 manuscritos, muchos se refieren al Platonismo, la astrología, hermetismo y alquimia, temas que cautivaron tanto al rey como al maestro de obras.
El techo de la biblioteca fue decorado con pinturas describiendo las siete artes liberales y a la entrada, en el borde de un espacioso cuadrángulo, seis estatuas de tamaño real de los reyes constructores del Antiguo Testamento como guardando el camino hacia el conocimiento.
Salomón lleva los planos del Templo, Manasés una escuadra y compás en tanto que Josías blande un rollo.

El Rey Carlos I viajó a España en los 1630s acompañado por el Duque de Buckingham y quedó grandemente impresionado por los palacios reales españoles y las colecciones de arte, y aún intentó en un momento contratar al Supervisor de las Obras Reales Españolas.
El embajador español en ese tiempo era el artista Rubens, a quien Carlos encomendo pintar el techo de la Casa de Banquetes de WhiteHall.
En el panel inmediatamente por arriba del trono real, Rubens representó al Rey Carlos en la apariencia de Salomón, sentado mayestáticamente entre los dos pilares del templo.
Hermes también aparece en el panel central, y es también importante en la tradición masónica, y a veces confundido con Euclides.
El greco egipcio Thoth-Hermes también conocido a los romanos como Mercurio, quien como mensajero de los dioses, estaba asociado con la invención de la escritura, las ciencias, la geometría y el diseño de los templos.
Esto puede ser significativo cuando está contemplando hacia abajo a un edificio de proporciones simbólicas: un cubo doble (110 pies de largo, 55 pies de ancho y 55 de altura).
También está en consonancia con las medidas bíblicas respecto al Templo de Salomón y las ideas de Vitruvio quien había estipulado que una basílica debe ser dos veces mas larga que ancho.
Ciertamente la influencia del Escorial popularizó la idea de emular el Templo de Jerusalén.
Su arquitecto, Juan de Herrera, había escrito un tratado matemático acerca de las propiedades mágicas del cubo.
Uno de los estudiosos de Herrera, el jesuita Villalpando, fue responsable de una reconstrucción popular del Templo de Salomón, un trabajo que el Rey Carlos I se sabe había leído durante su encarcelamiento al fin de la Guerra Civil. (J.Prado y JB. Villalpando, en Ezechielem explanacions, ii, 1604).

Equipo de artistas al que pertenecían tanto Jones como Stone estaba consumido por la pasíón por las influencias culturales que barrían el continente, influencias que abrazaban las ideas alquímicas y herméticas que consideraban a la arquitectura como la disciplina suprema, infundida por los ideales Vitruvianos y el simbolismo matemático.
Una de las mascaras de corte de Iñigo Jones hace hincapié en la importancia de la naturaleza dual del arquitecto, tanto como artesano práctico que como filósofo.
En ese juego (Albion Triumph, 1632), Jones usó dos figuras femeninas para ejemplificar la dualidad del arquitecto.
La Teoría mira hacia el cielo y sobre su cabeza hay un par de compases de oro, con sus puntas también hacia arriba, en tanto que la Práctica vestida mas humildemente, mira hacia abajo, a la tierra, llevando en una mano una larga regla y en la otra un par de compases de hierro.
Jones impugnó la visión tradicional del arquitecto como artesano, argumentando que la arquitectura era un arte tan liberal como la mecánica.
El trabajo de la construcción era así la realización de un ideal platónico.

John Dee, el mago isabelino que había estudiado con Alberti y Vitruvio, escribió un prefacio a una traducción de Euclides publicada en 1770.
Dee hace un alegato para la inclusión de la arquitectura entre las “Artes matemáticas”, y la dedicó a los artesanos de Londres. (Stevenson, The origins of freemasonry, CUP, p.114)
En 1625, Carlos I ascendió al trono y Stone se encontró otra vez con el favor real, recibiendo una patente que le designaba Maestro Masón de Windsor.
También se desempeñó como apoderado y Vigilante Superior( Upper Warden) de la Compañía de Londres, y en 1631 esculpió un monumento al poeta, filósofo y decano de St. Paul, John Donne.
Todavía se encuentra en la catedral de St, Paul y se considera una de los mejores de Londres.
Al año siguiente, Stone fue designado como Maestro masón del Rey y ocupó también la presidencia como Maestro de la London Company, permaneciendo en ese puedto por dos años consecutivos (1632-33)
(Véase “Renter Warden accounts of the Mason´s Company” Guidhall Library of the Corporation of London, MS. 5303, folios 43, 72, 92, 99).

Stone, con frecuencia produjo bustos o retratos romanos con figuras mitológicas, tal como la cabeza del dios griego Apolo para Kirby Hall.
En 1638 su segundo hijo, Nicholas Stone el joven, un freemason escultor fue enviado a Roma con el propósito de continuar su educación bqjo numerosos maestros incluyendo al gran GianLorenzo Bernini.
Como registra su diario, su viaje también era para adquirir material para el taller de su padre y una consignación desde Livorno en el verano de 1640, incluía: “dos cabezas de yeso, una de Venus y otra de Ciceron”, “una cabeza en yeso de un sátiro y Baco” y además un “libro de perspectiva de Vignola”, otro de “Las fuentes de Roma” y un tercero de “Arquitectura de Vitruvio”.
También se agregaban 113 pequeñas piezas de varias suertes de mármoles” para el astillero de Londres, a “enviar para Inglaterra de acuerdo a las órdenes de mi padre”
(Diary of Nicholas Stone Junior, Walpole Society, 7, 1979, p.197)
La extensión y profundidad de ese trabajo hace las familiares distinciones entre especulativo y operativo, casi un insulto para esos hombres que “especulaban” con sus manos antes que sus cabezas.

La Aceptación ( The acception).

Fue en ese tiempo que ocurrió un suceso clave, cuyo significado los historiadores han pasado por alto.
En el informe o rendición de cuentas del Renter Warden de la “London Company of ffreemasons”(una suerte de apoderado), aparecen registrados cinco nombres, en 1638, como habiendo sido recibidos en un misterioso cuerpo (Acepción) pagando cada uno diez chelines:

Pd wch the accompt [accountant] layd out wch was more
than he received of them wch were taken into the
Accepcion whereof xs[10 shillings] is to be paid by
Mr.Nicholas Stone, Mr. Edmund Kinsman Mr. John
Smith, Mr. William Millis, Mr John Colles.

(Renter Warden Accounts, London Company, Guildhall Library.

La fecha de ese encuentro no se consigna en el informe pero parece haber tenido lugar entre marzo y el Dia del Lord mayor, que era una fiesta movible, que probablemente ocurriera antes del dia de pleno verano)
Eso significa que en todo el tiempo en que Stone fue masón no había sido un masón aceptado.
Era un calificado Maestro Freemason y ciudadano de Londres, que había servido como Maestro de la London Company, miembro de la Corte de Asistentes y Maestro Masón del Rey, y a pesar de todas esas calificaciones, la “Aceptación” parece haberle sido eludida.
Entonces, ¿qué era exactamente?

John Hamill en su libro “The Craft” ( El Oficio), afirma que :
“La Masonería Aceptada simplemente apareció en Londres como una organización nueva sin conexiones previas con el Oficio operativo
(John Hamill, The Craft, p.19. Wellingborough, 1982).

La evidencia claramente contradice ese punto de vista, pues se sabe que todos los nombres citados eran artesanos y miembros de la London Company of freemasons.
En efecto, Edmud Kinsman había sido empleado en Syon House en 1604. donde es  descripto como un “freemason” que había trabajado con Stone y servido como Maestro de la London Company en 1635. (HM Colvin, Biographical Dictionary of British Architects, 16001840, p.588).
De los escasos registros, parece estar incluída alguna clase de reunión, seguida de una cena pagada por aquellos que fueron “aceptados”.
¿Sería la Aceptación ese lado simbólico y así llamado “especulativo” de la arquitectura?

Ciertamente Stone se relacionaba con los círculos de moda y mas sofisticados, y es evidente de su estilo de escritura en los informes y cuadernos de dibujos que era muy educado.
Sabía mucho de los temas religiosos y mitológicos, estaba versado en matemáticas, las teorías de Vitruvio, la arquitectura renacentista de Palladio y Serlio y por supuesto de su maestro Iñigo Jones.
Lo que es más, una publicación de principios del siglo 17 muestra que los usos metafóricos y alegóricos de las prácticas masónicas no le eran desconocidas:
“A medida que el freemason corta las piedras, así Dios, el Freemason Celestial edifica una Iglesia Cristiana”.(Cadwey, Treasure of Similes, London, 1609, p.342).

Otro ejemplo puede encontrarse en la tumba de un masón en el oeste de Inglaterra, fechada el 4 de mayo de 1639. La tumba misma en la iglesia tiene algunas líneas de poesía grabadas a lo largo:

Christ was thy Cornerstone, Christians the rest,
Hammer the word, Good life thy line all blest,
And yet art gone, t’was honour not thy crime,
With stone hearts to worke much in little time,
Thy Master saws’t and tooke thee off from them,
To the bright stone of New Jerusalem,
Thy worke and labour men may esteem a base one,
Heaven counts it blest, here lies a blest freeMason.

que en una traducción aproximada sería:

Cristo fue tu Piedra Angular, los cristianos el resto,
Martillando la palabra, con una buena vida tu linaje bendecido,
Y el arte fue, tu honor y no tu crimen,
Con corazón de piedra mucho trabajo en poco tiempo,
Tu Maestro te vió y te tomó de allí,
para la piedra brillante de la Nueva Jerusalén,
tu trabajaste y tu labor los hombres estimaron,
Los cielos te bendigan, aquí yace un bendito freemason.

(Devon & Exeter Gazeteer, 8 Oct. 1909, p.7. Ver también W.J.
Williams, AQC.48, 1935; uso del término Freemason antes de
1717, p.256).
La guerra civil provocó un efecto desvastador sobre el trabajo de Nicholas Stone y en la industria de la construcción en general, cuando las fuerzas parlamentarias infligieron un enorme daño a muchas iglesias por todo el país, las bibliotecas de las catedrales saqueadas y destrozadas. Quizás sea una ironía de la historia que la Casa de Banquetes de Stone acabó siendo el sitio de la ejecución de su amado Rey Carlos I.

Virtualmente no se sabe nada del resto de la vida de Stone  hasta su muerte el 24 de agosto en su residencia de Long Acre a los 61 años y sepultado en la iglesia parroquial de St.Martin in the Fields.
Stone dejó un considerable patrimonio que incluía cinco casas cercanas a su taller de Long Acre y en su testamento se le denomina “esquirer”(caballero) después de haber ganado mas de 11.000 libras , una suma que pocos de sus contemporáneos podrían alcanzar.
Su hijo menor, John, también un freemason, se hizo cargo de los asuntos de la familia, habiendo sido originalmente destinado a la iglesia y educado en Wetminster School y la Universidad de Oxford.
Cuando falleció en 1667, su capataz escultor tomó a su cargo los negocios y fue a esculpir el Fénix sobre las puertas de la Catedral de St. Paul.

Quizás sea curioso notar que en 1718, cuando el Gran Maestre George Payne requirió a los hermanos que acercaran a la Gran Logia”todo antiguo escrito referente a los Masones…. para mostrar los usos de los antiguos tiempos”, también se registró que muchos “valiosos manuscritos desaparecieron trágicamente”.
Es muy interesante que el Rev. James Anderson específicamente consigna que “un manuscrito en particular (escrito por Mr. Nicholas Stone, el Warden de Iñigo Jones) , fue apresuradamente quemado por algunos Hermanos escrupulosos, para que esos papeles no cayeran en manos extrañas” ( Constituciones de Anderson, 1738, p.111)

Entonces, ¿podría ser que existiera una forma ritualística de francmasonería aceptada, anterior a 1717, y que fuera inaceptable para quienes deseaban revivir el movimiento en la década de los 1720s?
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Matthew Scanlan, MA: Fue el anterior Curador Asistente en la Biblioteca y Museo del Freemason´s Hall de Londres y está actualmente trabajando en un doctorado de la Universidad de Leyden, Holanda. Es miembro del CEHME, Centro para estudios  históricos masónicos de la Universidad de Zaragoza, y de la Logia de Investigaciones “Duque de Wharton” num. 18, bajo jurisdicción de la Gran Logia de España.
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jueves, 10 de febrero de 2011

1737: intriga y espionaje en Florencia.

 Un trabajo más del investigador inglés Matthew Scanlan, donde revisa una extraña historia de intriga masónica en el siglo XVIII, que culminó con la condena papal a la francmasonería en 1737.
Título original: The Pope and the Spy.
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Hacia el final de enero de 1731 el gobierno de Londres recibió un delirante informe desde Roma. Su autor era un cierto Barón von Stosch, residente en la Ciudad Santa y favorito del Rey George II.
Stosch informaba que alrededor de las 10 del domingo anterior al retornar a su casa se encontró con su carruaje rápidamente rodeado cerca del palacio Príncipe Ruspoli por tres asaltantes enmascarados que blandían mosquetes.
A la luz de la luna pudo claramente ver un número de “hombres de aspecto maligno con sus rostros cubiertos con máscaras”que actuaban como espías.
El asaltante más cercano tomo la brida de los caballos y amenazó con matar al conductor si se movía, en tanto que un segundo hizo lo mismo con el lacayo.
Un tercero procedió a romper las ventanillas del conductor con la culata del mosquete hiriendo a su ocupante sobresaltado antes de apoyar el cañón del arma contra el pecho de Stosch. El aterrorizado barón intentó saltar por el otro lado del conductor hacia la calle, pero su escape fue bloqueado por otro enmascarado armado que le puso el mosquete contra la cabeza.
Lo mantuvo en esa posición por varios minutos hasta que uno, en un rudo acento italiano le advirtió: “si no salís de Roma en ocho días seréis hombre muerto
Dicho eso, las espectrales figuras se perdieron en la noche permitiendo que el conductor y el azorado acompañante continuaran su camino.
En pocos días el aterrorizado barón había escapado de la ciudad santa y estaba rumbo al norte no sabiendo si volvería a ver a su amada Roma otra vez. Después de un duro viaje debido a la nieve caída, Stosch arribó a Florencia desde donde intentó tomar  contacto con Londres.
A la recepción del comunicado, el enfurecido Secretario de Estado Británico, el Duque de Newcastle respondió con una protesta ante la Santa Sede. Pero, ¿porqué el gobierno de Londres se tomó tanto interés en su situación, y quién era exactamente Stosch?
El Barón von Stosch.
El Barón Philip von Stosch nació en Brandenburgo en 1691 y fue un agente de confianza del Rey George II. Siempre trabajó de espía pagado por Holanda cuando, en el inicio de los 1720s, fue enviado por sus nuevos empleadores británicos a espiar en Roma adonde buscó la corte en el exilio del Antiguo pretendiente  al trono británico, James Stuart.(Estuardo)
Actuando bajo el alias de John Walton rápidamente se halló en buenos términos con el Papa entablando una relación de amistad con un sobrino del mismo.
Pero en 1730 el trono papal quedó vacante y fue ocupado por el Papa Clemente XII, quien simpatizaba con la causa Stuart y poco después Stosch era atacado.
Su protesta inmediata al hermano del Papa y gobernador de Roma, Cardenal Corsini, merecieron muy poca respuesta y de mala gana decidió reubicar sus oscuras operaciones en Florencia. Estaba muy conciente de que su carrera como informante favorito de Londres podría terminar, pues mantener una cierta inteligencia en la corte del Pretendiente podría ser problemática a tanta distancia.
Hizo desesperados intentos de mantenerse en boga con sus empleadores londinenses y aún hizo llover obsequios sobre el primer Ministro, Sir Robert Walpole.
Uno podría pensar que la historia había terminado, excepto que Stosch estaba a punto de hacer historia. Habiéndose re –establecido, Stosch y un número de notables británicos  ayudaron a fundar la primera logia masónica de Florencia.Los detalles precisos respecto a su fundación son algo vagos, aunque se sabe que el primer nativo Toscano, el Doctor Antonio Cocchi fue iniciado el 4 de agosto de 1732. Stosch mas adelante consignó:
Mylord, Conde de Middlesex, uno de los mas eruditos nobles británicos, estaba en Florencia y fundó una logia de Francmasones en Florencia y yo fui aceptado con las ceremonias usuales como miembro de esa respetable sociedad…..”
Curiosamente una medalla que se acuñó para conmemorar la fundación de la logia, es hoy la mas antigua joya de pecho masónica conocida y se grabó la inscripción: Maestro fundador, Charles Sackville, Conde de Middlesex, con la fecha de “1733”.
La logia se reunía en la Via Maggio y en una época la frecuentaban florentinos muy distinguidos incluyendo dos frailes Agustinos. Otros notables de la logia son conocidos, incluyendo el futuro Gran Maestre de Inglaterra, Lord Raymond, Henry Fox ( padre del radical Charles James Fox) y el mas famoso maestro de espionaje de Florencia, Sir Horace Mann.
La Francmasonería bajo sospecha.
Irónicamente, tan pronto como Stosch se reestableció en Florencia, la masonería misma quedó bajo una atención no deseada. En noviembre de 1735 el gobierno protestante de Holanda puso al Oficio fuera de la ley y tres meses después la sociedad atrajo la atención del Inquisidor de Boloña. En los primeros meses de 1737 el gobierno francés también prohibió toda reunión masónica y el 12 de junio del mismo año el Ministro de la República italiana de Lucca, entonces residente en Florencia anunciaba que dos enviados papales abrirían una investigación. Cuatro días después el mismo Ministro confirmaba que la logia de Florencia  frecuentada por nobles, eclesiásticos, funcionarios e intelectuales, había sido fundada varios años atrás por “Milord Mildesses”( Middlesex) y un cierto “Baron Stosch”, quien, agregaba, era el verdadero peligro para Florencia.
Los inquisidores se tomaron poco tiempo para deliberar y ya en la reunión del 25 de junio de 1737, en Roma, la Francmasonería era rotundamente condenada.
.El 9 de julio de 1737 las cosas se complicaron cuando falleció el Gran Duque de Toscana sin herederos, y que fue sucedido por Francisco, Duque de Lorena, que además era un francmasón.
El hecho de que hubiera sido hecho maestro masón en la residencia del primer Ministro Británico Sir Robert Walpole, junto al Secretario de Estado Británico el Duque de Newcastle, quienes habían defendido a Stosch después de su ataque, no podría calmar los temores crecientes de las autoridades eclesiásticas.
Una semana después el embajador de la República de Lucca envió un informe en el cual anunciaba “Se corre el rumor de que el Duque de Lorena es un francmasón, perteneciendo junto a otros patricios florentinos, al grupo de francmasones ingleses”.
Agregando que de ordinario, ese “antiguo grupo establecido” no era realmente de preocupar, pero que aparecía envuelto en algunas actividades muy diferentes en Florencia y que podía llegarse a tener que adoptar medidas para detenerlas.
Tales medidas no tardaron pues el 24 de abril de 1738 el Papa Clemente XII emitió su Bula contra la Francmasonería, la cual prohibía la Orden bajo pena de excomunión, y en los Estados Papales la pertenencia sería castigada con la muerte.
La razón principal que se cita para la prohibición era el secreto de las logias. Sin embargo la correspondencia del propio hermano del Papa, el Cardenal Corsini, revela una razón mas importante. En una carta escrita a raíz de la bula, el Cardenal subraya que comprobó que la francmasonería en Inglaterra no era mas que un “inocente entretenimiento”, pero que en Florencia había degenerado en una “escuela de ateísmo” y claramente identificaba a Stosch como el principal responsable de tal degeneración.
Un periódico británico también agregó que el pretendiente Stuart “Tuvo últimamente una audiencia” con el papa durante la cual se había tratado el tema de la masonería.
Ambas partes se referían evidentemente a que Stosch estaba usando a la masonería como una cubierta de espionaje y por tanto con el riesgo de hacerse con algún secreto jacobita; así es que simplemente decidieron prohibir la francmasonería en su totalidad.
El Duque de Lorena, ahora Duque de Toscana, de repente se encontraba en una situación muy precaria. No deseaba ofender a Londres pues la mayor parte de los ingresos del estado Toscano provenían de impuestos pagados por los mercaderes británicos residentes, pero sabía que tampoco podía ofender al papado.
Después de mucha consideración finalmente sucumbió. El 27 de abril de 1739 tuvo que declarar fuera de la ley a la francmasonería y firmó la orden de expulsión del Barón von Stosch, antes de informar al Cardenal Corsini de sus acciones.
De todos modos antes que la orden se cumpliera, el Duque se acercó a Sir Horace Mann,  urgiéndole  escribir a su Hermano masón el Duque de Newcastle.
Lo hizo, e informó a Newcastle que la orden había sido ligeramente suavizada y le habían dado a Stosch una semana de gracia. Al final del mismo día el Duque de Lorena abandonó Florencia para jamás regresar,
Al poco tiempo, Horace Mann había conseguido una suspensión de la pena de Stosch y la semana de gracia se extendió a un periodo indefinido. Stosch continuó residiendo en Florencia hasta su muerte en 1757.
Por más de dos siglos, los sucesivos Pontífices mantuvieron la condena sobre el Oficio. Sin embargo hoy el Vaticano ha adoptado una posición algo mas tolerante hacia la francmasonería “regular” y la edición actual del Código de Derecho Canónico en 1984, ya no hace mención del asunto.
Con todo, a pesar de esa mejora en las relaciones, sigue persistiendo la confusión, en primer lugar de porqué se produjo la condena, y aunque muchos han asumido que fue por razones puramente teológicas, en efecto lo más probable sea que tuviera mucho mas que ver con las maquinaciones secretas de los exiliados Stuarts.
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Matthew Scanlan 2003.
Matthew Scanlan M.A. es  miembro de la Logia de Investigaciones Duque de Wharton Num. 18 de Barcelona y del Centro de Estudios Históricos de la Masonería Española, Zaragoza. Fue editor de los Cannonbury Papers y está completando un libro acerca de los orígenes de la francmasonería.
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jueves, 3 de febrero de 2011

El Templo Masónico del siglo XVIII. Un espacio de paz religiosa y diálogo interconfesional. (I).

Esta publicación cuenta con la expresa autorización de su autor:
Pierre- Yves Beaurepaire.
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Université de Nice Sophia –Antinópolis. Centre de la mediterranée Moderne et Contemporaine.

Título original:
LE TEMPLE MACONNIQUE
Un espace de paix religieuse et de dialogue interconfessionnel
dans l’Europe du XVIIIe siècle.
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 Resúmen: 

En esta contribución, el autor muestra como la Francmasonería de Europa en el siglo 18 participó- aunque solamente hasta cierto punto- de una cierta modernidad, al hacer de sus logias, espacios o “laboratorios” de ecumenismo y cosmopolitismo, introduciendo lo universal de su época donde las disensiones entre confesiones se mantenían muy fuertes- circunstancias que rápidamente arruinarían las primeras esperanzas alimentadas en una solidaridad masónica supraconfesional, que se alcanzaría solo mucho mas adelante.
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Texto integral.
1.
La Francmasonería especulativa nació y se expandió por Europa en el contexto de la crisis de conciencia europea de los años 1680-1715 estudiada por Paul Hazard en una obra que hizo época (1).
Sus mitos y relatos de fundación pusieron el acento sobre la necesidad de reabrir la Torre de Babel y de hacerla el símbolo de la armonía entre los hombres.
La pérdida de sentido, la palabra perdida, la imposibilidad de comunicarse con un extranjero y de transmitirle su saber, eran las obsesiones de los hermanos.
La leyenda de Hiram, los hallazgos míticos en Egipto y en China de los vestigios del Arte Real, pero también la arqueología de la memoria masónica a la que se entregaban los francmasones anticuarios de la Gran Logia de Londres de los primeros decenios del siglo, lo atestiguan.
El templo del Gran Arquitecto del Universo es Babel, pero una Babel enderezada. Si bien la arrogancia de los hombres había precipitado su caída, dispersado a los obreros que se volvieron incapaces de comunicarse entre sí y de acordar, los obreros del Arte Real vuelven a elevar una nueva Babel, un templo a la concordia y a la armonía, donde la comunicación entre los obreros será restaurada por la práctica de una verdadera  “Koiné,” aquella lengua de signos y toques masónicos- el “lenguaje universal” que evoca el abate Prevost en el verano de 1737, y permite a dos francmasones reconocerse como hermanos.

2.
En esa Europa en curso de secularización- el proceso es lento y no lineal- pero aun traumatizada por los enfrentamientos confesionales de los dos siglos precedentes, el proyecto toma una relevancia muy particular.
La mitad de los que prevalecen en la Gran Logia para la redacción de las Constituciones de 1723 están muy ligados a la Royal Society newtoniana y a los latitudinarios favorables a la apertura hacia los “disidentes” protestantes que habían participado en la lucha contra Jacobo II Estuardo y sus partidarios de una monarquía absoluta y papista.
Como ha escrito Jerome Rousseau-Lacordaire, “no había en Inglaterra un único protestantismo, sino protestantismos atravesados por una corriente de fondo: La “New o Experimental Philosophy”(2)
Recordemos que el coordinador de la redacción de las Constituciones, el pastor  James Anderson que pertenecía a la Iglesia oficial en Escocia, la poderosa Kirk presbiteriana, era un disidente para Inglaterra, donde la Iglesia anglicana era la oficial.
Las Constituciones mismas fueron inspiradas por Jean-Téophile Desaguliers, pastor anglicano de origen hugonote- su familia era de la Rochela- tercer Gran Maestre de la Gran Logia de Londres y líder del newtonianismo.
Una vez excluidos los ateos, los antitrinitarios-heréticos por excelencia-; los libertinos- en el sentido de deístas- y evidentemente los católicos, los templos masónicos pudieron permitir a los disidentes de participar en la vida social y efectuar ese reencuentro de hombres que “de otro modo hubieran permanecido perpetuamente a distancia”. Las Constituciones traducen la influencia del latitudinarismo.

 “(Artículo primero de las Obligaciones). Concerniente a Dios y la Religión.
Un masón está por su compromiso, sujeto a obedecer la ley moral, y si comprende bien el Arte (real) no será jamás ni Ateo estúpido ni Libertino irreligioso. Aunque los masones de antiguos tiempos estaban obligados a ser en cada país de la religión de esa nación, sea cual fuere esta, se juzga hoy mas apropiado obligarlos a esa religión en la cual convienen todos los hombres, dejando a cada cual sus propias opiniones; es decir ser hombres de bien y sinceros, u hombres de honor y probidad, bajo las denominaciones o creencias que les pudieran distinguir; así la masonería se convertirá en el Centro de unión y el medio de fomentar una amistad fiel entre personas que de otro modo hubieran permanecido a perpetua distancia.”

3.
Los latitudinarios se apegaban a las Escrituras mas como forma de vida que como cuerpo dogmático y normativo; estimaban que el acuerdo acerca de lo esencial autorizaba el desacuerdo acerca de lo accesorio, estando la razón antes que el Espíritu, como primer intérprete de la Escritura. Numerosas figuras de prédica del latitudinarismo eran miembros de la Royal Society.
Por otra parte, los latitudinarios vieron recompensados por Guillermo II sus esfuerzos por apoyar a la Revolución Gloriosa: Edgard Stillingfleet  pasó a ser Obispo de Worcester, John Tillotson arzobispo de Canterbury, al igual que Thomas Tennison. En los sermones y escritos justificaban su tolerancia hacia aquellos a los que se acostumbraba denominar como no conformistas.
En 1686, ya John Tillotson escribía a William Penn: “Me he esforzado siempre  en mantener como principio de vida que no careceré de humanidad o caridad para los que profesen una opinión divergente de la mía”.(3)

El latitudinarismo propicia un acercamiento entre los diferentes protestantismos, mas allá del rigorismo presbiteriano, de esencia calvinista y del formalismo anglicano que emana claramente de la proximidad formal al catolicismo. Solo los unitarios, que rechazaban el dogma de la Santa Trinidad, estaban claramente estigmatizados como heréticos.
Por otra parte, en 1733, James Anderson los condenará sin apelación en su “Unity in Trnity and Trinity in Unity, being a dissertation against idolatrers, Modern  Jews and Antitrinitarians” por lo que había disidentes “malos y buenos”; la influencia del latitudinarismo y sus representantes dentro de la Royal Society se vuelve esencial para comprender el espíritu previo a la redacción de las Constituciones de la Gran Logia.
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