domingo, 26 de agosto de 2012

Los Hell-Fire Clubs del siglo XVIII y la Francmasonería. Parte II.


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Próxima entrada de La Imprenta de Benjamín, el jueves 6 de septiembre.
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La Imprenta de Benjamín ha recibido una gran cantidad de visitas motivadas por el artículo del Hell-Fire Club, y su relación con la masonería de las primeras épocas de los Modernos.
Para completar ese primer artículo, se presenta ahora el extracto de un libro de Daniel Willens, titulado justamente “The Hell-Fire Club: Sexo, política y religión en la Inglaterra del siglo XVIII”, con mas precisiones acerca de la vida y obra del fundador del Hell- Fire Club, en su segunda época, Sir Francis Dashwood, uno de los Modernos, donde propone en una interpretación algo diferente, que el Hell-Fire bien pudo haber sido la contracara de grupos de francmasones jacobitas.

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Extractado de:
THE HELL-FIRE CLUB
Sex, Politics, and Religion in Eighteenth-Century England
by Daniel Willens
GNOSIS Magazine, SUMMER 1992
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“ Dadme un grano de verdad,  lo mezclaré con una gran masa de falsedad, y ningún químico será capaz de separarlas”. John Wilkes.

En las noches iluminadas por la luna, en Inglaterra, durante el reinado del Rey George III, miembros del gobierno de Su Majestad, inmensamente poderosos, importantes intelectuales e influyentes artistas podían en ocasiones ser vistos viajando a través del rio Támesis en góndola, hasta una arruinada abadía cercana a West Wycombe.
Allí, al sonoro toque de una desacralizada campana, se vestían con túnicas monacales para después entregarse a toda clase de depravaciones, culminando en una misa negra celebrada sobre el cuerpo desnudo de una libertina mujer de la nobleza, todo presidido por el muy notorio francmasón Sir Francis Dashwood. Una vez concluida la diabólica devoción, el círculo interior debía retornar para seguir trazando el rumbo del Imperio Británico.
La abadía

Esta “sociedad non sancta”, se llamaba a sí misma, en un adecuado estilo gótico,  Los frailes de San Francisco de Medmenham”, aunque han quedado inmortalizados por el epíteto popular de “ The Hell-Fire Club”. ( Club del fuego infernal).
Por esos tiempos chismosos, se despertó una gran especulación acerca de las actividades infernales de la sociedad, y en 1765, Charles Johnstone publicó una novela titulada Chrysal or the adventures of a Guinea (Crisálida, o las aventuras de una Guinea) y fue creencia popular que en ella se revelaban los secretos de los “Monjes de Medmenham”.
Desafortunadamente para aquellos cuyas preferencias lascivas se temperan con una dosis de erudición crítica, el Hell Fire Club no estaba a la altura de su reputación.
Muchos de los escritores contemporáneos que aluden a “San Francisco” y su “Hermandad” en la Abadía de Menmenham tenían, no una pluma sino un hacha para demoler y los Monjes quedaron tan en secreto que algunos historiadores modernos han concluido en que la mayor parte del relato es mera ficción (1)

Pero, quizás ahora, dos siglos mas tarde, podamos intentar situar al Hell- Fire Club contra el trasfondo de su época, penetrando tentativamente en las enigmáticas características de su sumo sacerdote putativo, Sir Francis Dashwood, Baron Le Despencer.

Los precursores

Aunque los Monjes de Medmenham son la banda mas famosa dignificada con ese apelativo, ciertamente no eran el Hell- Fire Club original. La primera mitad del siglo vio el establecimiento de varios círculos de libertinos a través de las Islas Británicas, y muchas de sus actividades han sido atribuidas al grupo de Dashwood.(2)

Para nuestro propósito, servirá saber que el precursor mas importante es el Hell- Fire Club que fundó hacia 1719, en Londres, Philip, Duque de Wharton ( 1698-1731) (3)
Wharton fue un eminente político whig, francmasón y ateo que creía poner en ridículo a la religión presidiendo públicamente fiestas con tramas “ satánicas”. Tales reuniones frecuentemente tenían lugar en la taberna cercana a St. James Square, donde una academia de equitación era obligada a prestar sus servicios en esos días para que pudieran asistir damas de buena reputación de las que no podía esperarse, que por decencia, fuesen vistas en una taberna pública.

De los miembros femeninos, hay uno en particular que sobresale: Lady Mary Wortley Montagu, aristócrata inglesa,  amante de Wharton y notable figura por derecho. Lady Mary era una tenaz individualista que no se contentaba con la vida rutinaria de una mujer casada. Viajó intensivamente por el continente sin escolta y se rumoraba que se había infiltrado en el harem del sultán de Constantinopla para descubrir el secreto de la vacuna contra la viruela (4)
El destino final del grupo de Wharton es interesante. En 1720, el Parlamento promulgó el South Sea Bill ( Edicto del Mar del Sur), dudosa pieza de legislación que permitía a la South Sea Company asumir la deuda nacional total con cargo a su propio beneficio. Este bizarro intento de privatización resultó en un desastre financiero a corto plazo.
Miles de personas perdieron su fortuna, incluyendo al Duque de Wharton;este, que se había opuesto al esquema desde el comienzo, pronto se halló a la cabeza de una vacilante coalición opositora de algunos whigs disidentes y tories, que se unificaron solo por su afán de oponerse al gobierno que encabezaba Lord Sunderland.
Con ese dudoso respaldo, Wharton y sus “Grumbletonian “whigs, ( quejosos) se convirtieron en una fuerza política a tener en cuenta (5).
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La mayoría whig desató un contraataque brillante. Para distraer la atención pública del asunto South Sea Bubble ( Burbuja Mar del Sur) y minar la credibilidad política de Wharton, Sunderland y Sir Robert Walpole denunciaron las actividades del Hell- Fire Club de Wharton ante el Parlamento. Esos cargos de inmoralidad escandalizaron por igual a los conservadores tories y a los moderados whigs que rompieron su alianza y terminaron con el poder de Wharton.

El Hell- Fire Club fue disuelto y Wharton pasó a convertirse en el Gran Maestre de los Masones de la Gran Logia de Londres en 1722. Durante la ceremonia de instalación, la orquesta interpretó “ Dejad que el Rey disfrute nuevamente de su propiedad ”, un tema jacobita. Esto equivalía a una peligrosa declaración de pertenencia política.
 El duque de Wharton
Los jacobitas favorecían al reclamo por el trono británico de la Casa católica de los Estuardo, por sobre la protestante pero muy germana casa de los Hanover.
Había muchas razones por las que se podía apoyar la causa jacobita, desde las simpatías católicas y un sentido místico de la realeza hasta la xenofobia y la aversión por el carácter del Hanoveriano rey George I( quien reinó desde 1714 a 1727), un arrogante “extranjero” que jamás se molestó en aprender inglés).
Sean cuales fueren las motivaciones de Wharton, el quedó inmerso en la causa jacobita, galardonado con la Estrella y la Jarretera por el Pretendiente, Jacobo Estuardo y murió en la indigencia a la edad de treinta y dos años.
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Nota del T.
Puede leerse un trabajo mucho mas completo de las andanzas del Duque de Wharton en el artículo publicado en el blog Masonería Siglo XXI. Wharton, una mitomanía masónica. (http://www.victorguerra.net/2011/07/duque-de-warthon-una-mitomania-masonica_07.html)
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Los libertinos

Francis Dashwood nació en 1708 en un ilustre linaje de “Turkey merchants” o sea de los que comerciaban con el imperio otomano (6) que había ido ascendiendo en los rangos de la aristocracia por una combinación de trabajo duro, habilidad política y estrategias matrimoniales.  Su madre murió cuando contaba con dos años de edad y pronto fue internado en Eton para ser educado. Al enterarse de la muerte de su padre, en 1724, se encerró a si mismo en una bodega para emborracharse durante una semana.

En 1726, el joven libertino dejó Inglaterra para un viaje por el continente. Para crédito de Dashwood, debe decirse que este viaje estaba inspirado por mucho más que la admiración por el vino fino y las cortesanas.
Mientras residió en Florencia, trabó relación con el Abate católico jacobita y francmasón Nicolini, quien le recibió en la logia inglesa que funcionaba en ese lugar.
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Nota del T. En la Imprenta de Benjamín del 10 febrero 2011  se publicó un artículo relacionado. ((http://masonerialaimprentadebenjamin.blogspot.com.ar/2011/02/1737-intriga-y-espionaje-en-florencia.html)
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Cuando el Conde de Middlesex llegó a ser el Maestro de esa logia, unos años mas tarde, se acuñó una medalla para conmemorar ese evento.
Tenía una imagen del dios egipcio Harpócrates, símbolo del eón nuevamente nacido, un niño cuyo dedo toca los labios como exhortando silencio (7)
Durante este viaje, Dashwood quedó enamorado del arte clásico y la arquitectura y a su retoro a Inglaterra fundó la Society of Dilettante. Este grupo de convivencia se reunía para discutir entre cenas y vino acerca de los clásicos, alentando el crecimiento del estilo Palladio de arquitectura británica, y además patrocinando una expedición arqueológica al Asia menor
A su retorno, no permaneció largo tiempo en Inglaterra. Después de la fundación de la Sociedad, partió con George, Lord Forbes a San Petesburgo, donde supuestamente habría seducido a la emperatriz Ana de Rusia caracterizado como el Rey Carlos XII de Suecia ( quien realmente ya había fallecido para ese momento) (8)
A finales de los 1730s, Dashwood viajó a través de Grecia y Asia menor, encontrando en su camino a John Montagu, Conde de Sándwich.
Los dos hombres compartían un interés por el esoterismo del oriente, que les llevó a fundar el “Divan Club”, otro grupo de convivencia dedicado a imitar las costumbres turcas. (9).
Para 1739, Dashwood, ya estaba en la parte final del viaje de regreso. En su camino, se detuvo en Florencia para ver al Abate Nicolini, y fue allí que se encontró con Lady Mary Wortley Montagu, la amante del último Duque de Wharton, quien con el tiempo se uniría a Dashwood y Montagu en el Divan Club y la tradición sugiere que ella fue una devota de la Abadía Medmenham. (10)
En Italia estaban sucediendo hechos nada favorables a la Francmasonería. El papa Clemente XII había emitido recientemente la bula In Eminenti Apotalatus Specula, enviando a la Inquisición contra las logias ( 11).
El pontífice falleció hacia 1740 y Dashwood pudo entrar a Roma cuando se realizó el cónclave para elegir un nuevo papa.
Allí asumió en broma la identidad de Cardenal Ottiboni, uno de los jefes de la persecución a los masones y lo ridiculizó públicamente en un simulacro de ritual en mofa.(12)
La siguiente broma de Dashwood tuvo consecuencias mucho mas graves, y contribuyó en mucho a su infame reputación.
Existía la costumbre de que los penitentes se flagelasen los viernes santos en la Capilla Sextina. Ya sea que se inspirara en el erotismo de la escena o la furia por la persecución de sus hermanos masones, Dashwood, animado por la bebida, probó la fe de los devotos azotándolos con su fusta de caballo inglesa. (13).
Como puede imaginarse esto causó no poco revuelo y sin duda que convenció a los penitentes de la realidad del demonio.
Sir Francis Dashwood

Existe una tradición de este incidente que afirma que el instigador, por esto, sufrió una conversión.
En efecto, según el escritor Daniel P. Manis, quien no cita fuentes, Dashwood se retiró a sus aposentos en un estado de ebriedad y estupor quedándose dormido. Fue despertado al amanecer por un ser inhumano del que observó los ojos verdes brillando en la oscuridad a través de la ventana.
Convencido de haber sido visitado por un demonio del infierno, repentinamente arrepentido de su sacrilegio, abrazó la la fe católica.
Comenzó a asistir regularmente a misa y sin desprenderse jamás de un rosario. Ese comportamiento antinatural continuó hasta que sus compañeros de viaje, enterados de su visión, le explicaron a Dashwood que lo que había visto no era sino un par de gatos en celo copulando cerca de su ventana. Esto le llevó a una des-conversión que galvanizó en Dashwood su anticatolicismo y lo colocó en el camino del satanismo (14)

Aunque reconsideráramos la verdad de esta historia, lo que está claro es que aunque no flirteaba con al catolicismo, sí lo hacía con la causa jacobita, como lo había hecho el propio Wharton.
Fue presentado al príncipe Carlos Eduardo Estuardo, “Bonnie”, que mantenía entonces su corte en Roma,
Para desgracia de los aficionados a las conspiraciones, Dashwood se perdió de reunirse con el tutor del príncipe, el caballero Andrew Michael Ramsay, un francmasón católico y padrino del Rito Escocés.
En esa época Ramsay estaba en París, promulgando su creencia en que la francmasonería descendía de las ordenes de caballeros cruzados y del que la Casa de Estuardo era su legítimo campeón.(16)
Dashwood quedó favorablemente impresionado con el joven Pretendiente, de quien se rumoreaba que era el misterioso Caballero de la Pluma Roja, el “Superior Desconocido” de la Orden Masónica del Temple (17)

Cuando Dashwood, finalmente regresó a Inglaterra, en 1741, su tio, el Conde de Westmoreland lo persuadió de ingresar a la política., pero Dashwood hallaba que la política inglesa era muy sombría, el electorado estaba retraído y la corrupción en avance.
Sir Robert Walpole, ahora “ primer ministro” del rey George II ( que había sucedido a George I en 1727), había capeado el escándalo South Sea con aplomo y usaba el soborno y las relaciones para montarse en una posición de poder incuestionable y forjar ese oficio de primer ministro.
Entretanto el rey estaba felizmente financiando sus ejércitos alemanes con impuestos británicos  ( aún retenía sus dominios familiares en Hanover), enredos extranjeros que desembocarían en la Guerra de los Siete Años ( 1756-63).
Dashwood, descubrió en ese tiempo que la ley de brujería se había derogado en 1736.

Según el libro Nocturnal Revels, publicado en 1779, Dashwood había realizado un extenso viaje tomando contacto con seminarios religiosos y “ encontrando que había una directa contradicción con la Nauraleza y la Razón, a su regreso a Inglaterra, (el) pensó que una sociedad burlesca con el nombre de St. Francis podía destacar lo absurdo de aquellas instituciones y que en lugar de austeridades y abstinencias que practicaban, podían ser sustituidas por cordial alegria, hilaridad sin freno y felicidad social.”
Los Hell-Fire Clubs

La tradición afirma que el Hell-Fire Club original se reunía en Londres en la taberna George and Vulture (19).
Es posible que Dashwood  y sus amigos también se reunieran en un lugar público para disfrutar de la libertad ahora implícitamente garantizada a las brujas, resucitando el Hell-Fire de Wharton en un espíritu de burla.

Por otra parte, en los principios del siglo 18, las tabernas eran los lugares de reunión de las logias masónicas, así que es muy posible que el naciente Hell-Fire Club de Wharton de libertinos no fuera sino una camarilla de masones jacobitas, o puede que haya sido ambas cosas.

En 1750, Dashwood alquiló la Abadía Medmenham y procedió a su “restauración” durante el año siguiente.
La “Restauración” sin embargo puede que fuese un juego equivoco de palabras en un contexto político.
La abadía original databa del siglo 13, y se había agregado a otra del período Tudor. Dashwood le adicionó una ruinosa torre y un claustro para aparentar una atmósfera gótica.
Sobre la entrada ( deliberadamente) crujiente se habían emblasonado las palabras del filósofo satírico del siglo 16, Francois Rabelais ( Fay ce que voudras” ( haz lo que desees).
Esta locura se convirtió en el nuevo asiento del club de Dashwood, y sus eruditos familiarizados con la “Abadía de Telema” de Gargantúa y Pantagruel (20)
De la biblioteca de la abadía, se decía que contenía una envidiable colección de  libros e imágenes de erotismo, aunque los únicos volúmenes de que se sabe, eran una Biblia en Latín publicada en 1714, una hagiografía y una copia de la Conjetura Cabalística. Las paredes de un salón estaban decoradas con retratos de los reyes ingleses; los ojos de Enrique VIII, pegados con papel. El buen Harpócrates, dedos a los labios, presidía sobre el refectorio (21).
La “sala capitular” sería la clave para comprender las actividades de estos “ monjes”. No conocemos de su amoblamiento y por tanto su uso sigue en el misterio. Autores sensacionalistas suponen que era un santuario satánico aunque parece mas razonable concluir es que se empleara para ceremonias masónicas.

John Wilkes, uno de los mas importantes miembros del círculo de Medmenham, y que solo se convirtió en francmasón después que abandonó el grupo, difama en un artículo a sus antiguos amigos:
“ Ningún ojo profano ha penetrado a los misterios Eleusinos ingleses de la sala capitular, donde los monjes se reunían en todas las ocasiones solemnes, los ritos mas secretos se llevaban a cabo y se derramaban libaciones en honor a Bona Dea”.(22)

El escritor Michael Howard ha interpretado esa mención de Bona Dea ( o La Diosa de la bondad”) para significar que Dashwood practicaba ritos druídicos, y que por eso fue expulsado del grupo que en el siglo 18 había revivido a los druidas: An Uileach Druich Braithreachas, en 1743 ( 23) (grupo fundado por John Toland en el mismo año de 1717).
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Nota del T. John Toland, el autor del Panteisticon, apodado el Primer Librepensador, fundó en Holanda un “ club” llamado de “ Los Caballeros del Júbilo”, que igualmente fue tachado de libertino.
¿Sería a esta clase de libertinos a que se refería el pastor Anderson en su famoso cargo de las Constituciones de 1723: “… y si entiende bien el Arte, no será jamás un ateo estúpido ni un libertino irreligioso…”?
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Horacio, hijo de Sir Robert Walpole, uno de los enemigos de Dashwood y ciertamente un extraño de la abadía, se mofaba: “ Cualquiera sean sus doctrinas, la práctica es totalmente pagana: Baco y Venus, las deidades a quien sacrificaban públicamente; y las “ninfas” y las barricas que quedaban luego de los festivales de esta nueva iglesia, informaban suficientemente a sus vecinos de la tez de estos ermitaños. (24)
Por otra parte, la única actividad  que los profanos observaban realmente, eran los viajes ocasionales en bote por el Támesis (25)
No queda registro de miembros de los Monjes de Medmenham, si es que lo hubo(26),
pero los nombres mas confiablemente asociados al grupo incluyen al hermano de Dashwood, John Dashwood-King; John Montagu, Conde de Sándwich; John Wilkes; George Buba Dodington, Baron de Melcombe; Paul Whitehead, y un grupo de la nobleza menor local y profesionales, además de la mención del Caballero d´Eon, y el propio Benjamín Franklin.
Difícilmente fuera la “Cámara del Hell-Fire” ( fuego infernal) de la leyenda popular, sino un grupo de gentes lo suficientemente expuestos a la mirada pública como para crear el escándalo.
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Continúa.

jueves, 16 de agosto de 2012

Los Hell-Fire Clubs del siglo XVIII y la Francmasonería. Parte I.


Próxima entrada de La Imprenta de Benjamín, el domingo 26 de agosto. 


Grabado de William Hogarth ( miembro del club)

Existió una relación nítida de amor-odio entre la francmasonería y la plétora de clubes Hell-Fire que surgieron en las Islas Británicas en el siglo XVIII. 

Los Hell-Fire Clubs eran una extrapolación teatral y pseudo satánica de los clubes frecuentados por jóvenes de la aristocracia que se involucraban en frecuentes y violentas bromas asesinas contra víctimas infortunadas y total impunidad debida a su posición económica y rango social.

Bebida y prostitución eran las actividades corrientes en esos clubes y los Hell-Fire llevaron al libertinaje un paso mas allá agregando misas negras y otros ritos satánicos a su repertorio de depravaciones.
El contexto, durante el siglo XVII, en que se formaron los clubes es el mismo que vió la creación y surgimiento de la primera Gran Logia, órgano de coordinación a cuya sombra creció dramáticamente el número de logias masónicas, con lo que no debe sorprender que existiera pertenencia de miembros a las dos organizaciones a la vez.

Los clubes Hell-Fire tomaron su nombre genérico del primero en su tipo que fue fundado en 1719 por dos prominentes francmasones: el Duque de Wharton y el Conde de Lichtfield, que se reunía al principio en la Greyhound Tavern de Londres y mas adelante en otro sitio similar para bebedores, George and Vulture ( George y el buitre).
Otro francmasón y amigo íntimo de  Wharton, el Conde de Rosse, facilitó la instalación del Dublín Hell- Fire Club. A su tiempo, Rosse llegó a ocupar el cargo de Gran Maestre de los masones de Irlanda.
En 1722, el gobierno y la Gran Logia condenaron las actividades del Hell-Fire Club y otros similares, por sus acciones de perturbación, con lo que fue disuelto.
Sin embargo, a pesar de su conocida relación con el club, Wharton se aseguró la elección como Gran Maestre de la Gran Logia de Inglaterra y permaneció en ese puesto desde 1722 hasta 1723.
La administración de Wharton fue mediocre y se ganó la reputación de pasividad. Su interés por la francmasonería  continuó por varios años y su contribución mas importante fue quizás en 1728 con el establecimiento de una logia en Madrid. En ese mismo año Wharton, que evidentemente pasaba mucho de su tiempo en el continente llegó a ser el primer Gran Maestre de la francmasonería de Francia.

La relación de Wharton con la francmasonería parece haber sido alternativamente fría y cálida. Antes de convertirse en un “ misionero” masón  en España, Wharton con toda seguridad había o bien fundado o al menos ser miembro de una fraternidad rival conocida como la de los “ Gorgomons”.
Los Gorgomons eran abiertamente antimasónicos, parodiando a la masonería en sus actividades. Así como los francmasones tenían su leyenda, los Gorgomons pretendían haber sido fundados por el emperador de la China, aunque con toda probabilidad fueron creados en 1724.
Los francmasones que se unían a los Gorgomons debían quemar su mandil y los guantes inmediatamente antes de su iniciación Gorgomon. Los periódicos de la época reportaron que varios conocidos francmasones, entre ellos el propio Wharton, habían pasado por ese proceso.
Los Gorgomons se reunían en la Castle Tavern de Fleet Street, Londres, y decían contar al zar de Rusia entre sus iniciados, pero a pesar de la propaganda parecen haber sido poco mas que una broma antimasónica.

Así se estableció una suerte de patrón para los miembros de los clubes Hell-Fire ridiculizando a la francmasonería.
La relación amor –odio de Wharton para con ella no parece haberle perjudicado demasiado en los círculos de poder, puesto que en 1741 se convirtió en Caballero de la Orden de la Jarretera.

Los clubes Hell-Fire vivieron un resurgimiento.

El que mas conocemos es el llamado de la Orden de San Francisco ( St. Francis), por el nombre de su fundador  Sir Francis Dashwood, miembro del Parlamento y francmasón.
Dashwood, junto a otros once, llamados colectivamente los Doce profanos,  fundaron el club para mediados de 1740 y comenzó su actividad en 1750 en una abadia cisterciense abandonada, en Medmenham junto al rio Támesis.
Las reuniones se iniciaban con una parodia de misa negra y finalizaban con orgias, al tiempo que otra variedad de dudosos entretenimientos en el medio.
Estos franciscanos de Dashwood habían reclutado a muchos miembros del establishment, incluyendo algunos ministros, canciller de hacienda e integrantes del Parlamento.
Al lado de Dashwood, entre quienes tenían membresía en la francmasonería, se contaban el político John Wilkes que tanta influencia tuvo en la independencia de las colonias americanas, su amigo Benjamín Franklin, el Caballero D´Eon y el grabador y artista William Hogarth.

El intrigante, espia y cortesano caballero D´Eon, era un andrógino que provocaba no poca curiosidad en Inglaterra y Francia.
D´Eón explotaba su reputación y como resultado podía moverse entre la alta aristocracia.
Este, sin embargo, era un juego peligroso, pues tal fue la curiosidad por saber cual era su naturaleza que enormes sumas de dinero eran apostadas, al punto que temiendo ser secuestrado por quienes desearían acabar con el juego, solicitó y obtuvo la protección del Gran Maestre de los masones de Inglaterra, Lord Ferrer, que ocupó ese puesto desde 1762 a 1764.
D´Eón realmente era un francmasón miembro de la logia francesa L´inmortalite de L´Ordre, y su afiliación a la sociedad de St. Francis parece haber sido marginal, pero como alguien que se burlaba de las convenciones sexuales, simplemente por ser quien era, siempre debe de haber sido un invitado bienvenido a las reuniones del Club.

Uno de los miembros menos privilegiados de la Orden de St. Francis fue Paul Whitehead, escritor satírico. En colaboración con Henry Carey ( virtualmente desconocido hoy aunque fue quien escribio la letra del himno nacional), Wnitehead organizó una procesión de mendigos y prostitutas, todos vistiendo insignias masónicas y siguiendo las mismas calles por las que desfilaría una auténtica procesión masónica e inmediatamente antes que ella.
El efecto que produjo esta procesión fue exactamente el buscado por Whitehead y Carey, cubriendo de ridículo a la Fraternidad en los medios, parodiando una procesión con los “ scalds and miserables masons” ( masones miserables y arruinados).
En los años siguientes se organizaron bromas de tenor semejante con resultados que pueden percibirse aún hoy día. En 1747, después de soportar años de escarnio, la Gran Logia decretó que ninguno de sus miembros podría desfilar sin autorización en público vistiendo la regalía masónica.
Irónicamente, esta medida protegió a la Fraternidad del ridículo pero solo sirvió para ocultarla tras las puertas de las logias desatando especulaciones aún mas negativas acerca de lo que realmente ocurría en su mundo secreto.
Un artículo publicado por la Gran Logia Unida de Inglaterra en ocasión de su 250th aniversario ( 1717-1967), explicaba a través de la transcripción de las Constituciones de 1784:
“…la explicación para esta prudente reglamentación fue que algunos hermanos infieles, descontentos en su expectativa de lograr altos  cargos y honores en la sociedad, se unieron a un cierto número de bufones de la época en un intento de exhibir una parodia de la procesión en ocasión de una Gran Fiesta…”
Esto podría implicar perfectamente que Whitehead hubiera sido también un francmasón, pues si hubiese sido uno de los descontentos en sus expectativas de un alto cargo dentro de la francmasonería, no le hubiese inquietado lo que sucedía dentro de la Orden de St. Francis.
Lo cierto es que, a pesar de la presencia de muchos francmasones en su orden, Daswhwood y sus asociados, aprobaron de todo corazón la broma de Whitehead invitándole a unirse a ellos y mas aún en poco tiempo se convirtió en su Secretario.
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domingo, 5 de agosto de 2012

Juramentos masónicos: las “penalidades” o castigos físicos.( Parte II y última)


Próxima entrada de La Imprenta de Benjamín, jueves 16 de agosto.
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Aquí está la segunda y última parte del artículo, incluyendo las Notas:
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Uno de los elementos simbólicos cruciales se halla en la idea de que el juramento debe ser tan duradero como la piedra, lo que toma un significado particular en una cultura en la cual ciertas piedras juegan un rol de garante, de manifestación de lo sagrado en lazo directo con lo numinoso.
Numerosas son las culturas que tienen una estatua o piedra en la cual se encarna el dios, o donde se manifiesta la energía divina, y la piedra se convierte en aquello ante lo cual se inclina y en la fuente de la Palabra que pasa a ser como un cable, una ligadura, el hombre y su obligación.
Un buen ejemplo del rol de la piedra garante estaba dado por el juramento en el propio Reino Unido de soberanos que juraban sobre la Piedra del Destino (31) que era la de los reyes de Escocia e Inglaterra.
Además que el juramento y las penalidades han jugado un rol importante en la historia de las relaciones de la FM y la Iglesia, cuando la FM se implantó en Francia, numeroso juramentos contienen manifiestas penalidades físicas y ciertas autoridades se han asombrado de la violencia contenida en esos textos ( 32).

¡Cómo sería de grande y amenazador para los poderes, el secreto revelado para que su divulgación fuera protegida por tales castigos!
Las penalidades constituyen una perfecta ilustración de la perdida de sentido de ciertos elementos masónicos al salir del Reino Unido hacia el continente y también una ilustración de las reinterpretaciones y aculturaciones continentales que se fueron operando.
Las relaciones entre la Iglesia y la FM continental constituye muy bien una de las ilustraciones del decalaje cultural en que el presente y el pasado se han fusionado hasta hoy día.
Aunque no es el momento y lugar para analizar precisamente la historia de las relaciones entre Iglesia y FM, por otra parte, el análisis del lugar del juramento aporta un cierto esclarecimiento sobre el punto.
Como se dijo antes, el juramento crea una obligación y se convierte en objeto de una sanción que asegura su cumplimiento y su fuerza.
Abandonemos aquí el juramento masónico en stricto sensu, para interesarnos en el contexto de los años 1720-1730 en Inglaterra (33), en especial en el pensamiento de Desaguliers formalizado notablemente en los primeros artículos de las Constituciones de Anderson.

Una de las teorias explicativas  (34) de las relaciones entre la Iglesia y la FM, enuncia que la FM de Desaguliers, hasta el 1723, estableció una teoría jurídica que denotaba una emancipación del derecho natural y la teología ( 35) pero también de la doctrina teocrática. (36).
Para Pierre Boutin, “ el proyecto (de Desaguliers) pretendía instaurar la soberanía de la confraternidad ( 37) (..-) los masones querían fundamentar la idea de la exclusión de los asuntos religiosos del lugar de la construcción jurídica libre de un individuo, creador y sujeto de derecho, un individuo apto a encontrar su dignidad en la administración de asuntos terrenales” (38)
El juramento y sus penalidades relacionan a la FM a ese movimiento de creación de un mundo de derecho separado (39)
La cuestión descansa en aquella del origen de la Palabra fundatriz, fundatriz del bien y del mal, fundatriz de símbolos y actos y de signos de autoridad transmitida en su nombre.
Desaguliers era un presbiteriano que entendía instituir un sistema de derecho en una sociedad secreta, derecho aplicable a sus miembros, eventualmente sancionado por una justicia interior, sociedad ella misma incluida en la sociedad global.
Las penalidades entonces podían ser idénticas a las del castigo de un crimen de lesa majestad, la preeminencia de un sistema de derecho sobre otro a causa de sus acciones internas y eso a pesar de la afirmación de respeto a las reglas del Estado por parte de un francmasón (40).
Esta teoría de la separación es abiertamente combatida por Patrick Negrier (41). Además, es cierto que se reencuentra aquí ese decalaje cultural anacrónico evocado antes, los masones ingleses  no tienen hoy día la misma percepción de las relaciones entre  fe institucional, francmasonería, derecho interno, derecho secular, juramento de obligación.
Pero, por la parte que nos ocupa, que es la fuerza de la inclusión de las penalidades en el juramento, importa poco volver al fondo de ese debate.

Mas bien será crucial tener en cuenta que Pierre Boutin es francés y con la visión continental de un pensador anglosajón, es un teólogo, diplomado en derecho canónico y que se ubica en el punto de vista del derecho canónico de la Iglesia católica romana.
Al respecto, proporciona los elementos constitutivos del pensamiento católico contemporáneo acerca de la FM con cierta filigrana en el rol histórico jugado por un juramento que contiene castigos físicos severos, creador para sus detractores de un universo de derecho separado, podría decirse de un mundo paralelo sometido a otra palabra fundatriz, que aquella de la Iglesia y la intermediación de sus clérigos (42).

Hoy en día practicamos un rito anglosajón profundamente impregnado de su cultura fundacional. El riesgo de no comprender verdaderamente y de mostrarnos incapaces de franquear el Canal( de la Mancha) cultural es grande para nosotros, francmasones continentales
Los castigos físicos constituyen un excelente tema para comprender los escritos, la letra y el espíritu de ese ritual para evitar la trampa de la extrapolación continental por una interpretación fundada sobre una incomprensión cultural.
La trampa es tan grande como la simple reproducción literal sin comprensión.
Integrar los fondos culturales constituye por tanto la primera etapa de una síntesis que tienda a liberar, yo no soy un FM inglés, para practicar mejor la síntesis que nos es personal.
¿Yo?, yo soy post moderno, y por tanto esquizofrénico… como ellos, aun si algunos prefieren ignorarlo.
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(1)   En 1960, y tal como en 1984, el debate estaba ligado a la aparición de obras de anti masonismo: Walton Ana “ Darkness Visible” ( Oscuridad visible), 1952 y Christian by degree ( cristiano por grados) 1954.
(2)   Jack the ripper, the final solution ( Jack el destripador, la solución final ) por Stephen Knight.
(3)   Pero este libro tuvo un suceso bastante menor en los Estados Unidos. El debate sobre el lugar de las penalidades físicas ha sido el resultado y la consecuencia de la decisión de la GLUI.
(4)   Como por ejemplo, la palabra Jabulon, palabra del Real Arco que hacía referencia al nombre de un antiguo demonio.
(5)   No debe olvidarse que los magistrados ingleses tienen la obligación de declarar su pertenencia a la francmasonería.
(6)   Es lo que da todo su sentido a los brindis ofrecidos en los ágapes: a los soberanos y Jefes de Estado que protegen a la FM.
(7)   Los “ proceedings” de la GLUI de enero de 1964 y AQC Num.77, 1964, pp.21-64 y la tenida de la GL. de diciembre de 1964 durante la cual la moción del Obispo Herbert, Gran Maestre provincial de Norfolk, fue adoptada por una muy grande mayoría.
(8)   Ars Quatuor Coronatorum
(9)   reemplazar las palabras “ bajo la pena no menor por la violación de alguno…” por las palabras “ manteniendo en mente la antigua penalidad por la violación de alguno..”-que da aproximadamente dos artículos distintos: uno decía “ juro solemnemente observarlos sin reserva… bajo la pena si violase alguno de tener…” reemplazado por: “ juro solemnemente observar sin reservas… y conservar constantemente el espíritu de la antigua penalidad que era el de tener…” y aún esa modificación no es obligatoria sino facultativa y dejada a la apreciación de las logias. ( para verificar)
(10)     Ver la transcripción de los debates de la Gran Logia Unida de Inglaterra en Renaissance Tradionnelle num. 69, enero de 1987 y los artículos de Luthais Mc Intyre, sociológicamente instructivos, y sobre todo a Colyn Dyer, Renaissance Traditionnelle num.66, abril de 1986.
(11)     Esto daría lugar a la admisión de masones “ateos”. Cómo dijo uno de los que intervinieron en el debate: para dar placer a los feministas, ¿ deberían dejar entrar a las mujeres?.
(12)     Uno de los participantes en el debate, favorable a la reubicación de las penalidades, explicó que en respuesta a las demandas de los masones mas jóvenes acerca de ese punto el tenía la impresión de estar eliminando la creencia en Papa Noel a los niños mas pequeños.
(13)     Juramento oficial del primer grado: “.. o bajo la pena mas efectiva de ser considerado un individuo voluntariamente perjuro, de ser estigmatizado como renuente a todo valor moral, totalmente indigno de ser admitido es esta respetable logia o en toda otra logia legítima y aún en toda reunión de hombres que estimen el honor y la virtud por encima de las apariencias exteriores de rango y fortuna”.
En el juramento de tercer grado, la mención de la pérdida del honor también está presente y caracteriza al traidor como vil y digno de olvido.
(14)     Los debates, según lo transcripto por la Gran Logia Unida de Inglaterra fueron amables, manifiestamente todo se desarrolló entre masones de buena compañía preocupados por el respeto a las reglas y al espíritu de sus modos de expresión. Pero la decisión inglesa tuvo repercusiones sobre las otras Grandes Logia y especialmente en los Estados Unidos donde en ciertas revistas se podría haber celebrado un debate un poco mas vivo:  en un intercambio de correos masónicos entre intermediarios, uno de los espadachines, desfavorable a toda modificación, aseguraba que se las verían aquí en conflicto con los antiguos, tales como él mismo y los modernos tales como sus interlocutores, que intentaban convertir a la masonería en otra cosa, que no sería reconocible por los masones, una masonería “ para yuppies y puppies”. La respuesta vino en un articulo posterior diciendo que tales argumentos “ eran una porquería”.
(15)     ¿Habrá que hablar de penalidades “ tradicionales” o de penalidades “ antiguas”?
(16)     Existía un crimen por traición “ ( una traición importante)” ( muerte de un amo por su servidor, de un hombre por su esposa, y las muertes por reto en una causa de orden social , derecho de propiedad y jerarquía social), los hombres eran colgados y las mujeres quemadas.
(17)     El término significa “ estirado” y las discusiones que existen entre hisoriadores y lingüistas para saber si el término designaba la acción de estirar al condenado ( por un caballo)  o eviscerado.
(18)     En 4 piezas, cinco con la cabeza. De todas formas ese castigo solo concernían a los hombres pues las mujeres eran quemadas por razones de decencia.
(19)      Newscastle ; Berwick, Stirling y Perth.
(20)     Court of Admiralty ( Corte del Almirantazgo), de la época de Enrique VI. Ante  la corte reunida se dirigía el almirante del Humber ( desde 1451 por el Alcalde de Hull) en los siguientes términos:

« You masters of the quest, if you or any of you, discover or disclose anything of the King's secret couseul, or of you fellows (for the present you are admitted to be the King's counsellors) you are to be and shall be, had down to the lower-water mark, where must be made three times. O Yes! For the King and then and there this punischement,by the law prescripted, shall be executed upon them : that is their hands and feet bound, their throats cut, their tongues pulled out, and their bodies thrown into the sea. » citado en  AQC ,volume 77, año 1964, pagina 31.
(21) Puede encontrarse un paralelo con la muerte de Juana de Arco, quemada por tres veces: el cardenal de Winchester había ordenado tres cremaciones sucesivas. Después de la muerte por asfixia, los restos quemados fueron calcinados por una nueva cremación, no restando mas que cenizas y fragmentos de huesos. Esos fueron a continuación dispersados en el Sena a fin de que no pudieran fabricarse reliquias.
Se creía que para poder ser resucitado, el cuerpo debía estar entero.
(22)AQC, Volumen 77, artículo “ The masonic penalties”-Discusión p.37.
(23) Así, por ejemplo, el manuscrito Dumfries Kilwinning de 1710 contiene 4 penalidades:
“ una cuerda… para colgarme si traicionara mi confianza.
… el corazón será sacado en vida
… la cabeza cortada
….el cuerpo enterrado en la “bajamar” y no en el sitio donde son sepultados los cristianos”.
(24) Y por lo tanto no cubiertos por el mismo landmak definido en 1929: “ 8) que los principios de los Antiguos Landmarks, usos y costumbres de la Fraternidad sea estrictamente observados”, que fue reformado en 1989: 7) debe adherir a los principios establecidos ( los Antiguos Landmarks) y a las costumbres del Oficio e insistir para que sean observados en el seno de sus logias”.
(25) En el manuscrito Harleian de 1670: “ yo… en presencia de Dios Todopoderoso, de mis pares Compañeros y de mis hermanos, aquí presentes, prometo y declaro que en ningún momento en el futuro, cualquiera sean los actos o circunstancias, no publicaré, revelaré o divulgaré directa ni indirectamente, los secretos privilegios o consejos de la Fraternidad o Compañía de masones libres, que en ese instante o en algun momento por venir, me sean conocidos, que venga a mí la ayuda de Dios y el santo cotenido de ese libro”.
« I, …., doe in the présence of the Almighty God and my fellows and my Brethren, here present, promise and declare, that I will not at any time hereafter, by any Act or
circumstances whatsoever, directly or indirectly, publish discover, reveale or make knowne any of the secret, priviledges, or Cousells, of the fraternity or fellowship of freemasonry ,
which at this time, or any time hereafter, shalbee made knowne unto mee, soe helpe me God and the holy contents of this book.
(26) AQC Volume 77, article The masonic penalties - Discussion p 33.
(27) Pero el debate no ha hecho mas que comenzar para ciertas Grandes Logias de la masonería anglosajona, tal como las americanas, ver por ejemplo “ Masonic Bulletin of the Grand Lodge of British Columbia and Yukon”, enero de 2004.
(28) La decisión de la Gran Logia Unida de Inglaterra de enviar las penalidades a otra parte del ritual ha tenido un asentimiento abrumador sobre su zona de influencia masónica y en las grandes logias americanas, aunque otras lo mantuvieron como opción, tal como las Grandes Logias de Escocia o Irlanda.
(29) Existe al menos una logia citada en los debates de AQC que no practica el juramento sino una declaración sellada con un apretón de mano
(30) Al establecer un vínculo entre los individuos, participa de la agregación al “ entre nosotros” y de la distancia a “ los demás” y y aún por la creación de un tiempo sagrado, de tiempo fuera del tiempo en cada tenida y, en su seno, de cada grado.
(31) Conocida también bajo el nombre de Pierre de Scone, se supone ser la piedra utilizada por Jacob como almohada. Era la piedra de coronación primero de los reyes escoceses y después de los reyes del Reino Unido.
(32) “ El secreto de los Francmasones, después de diciembre de 1737 era el secreto de Polichinela, conocido no solo por la policía y el gobierno, sino también del público por la divulgación de Herault, aunque es cierto que no revela los medios de reconocimiento y la materialidad del ceremonial. Pero se explicaba mal que un secreto tan infantil fuera protegido por un juramento solemne prestado sobre el Evangelio y que su violación lo haría punible de los mas terribles castigos; que todo permanecía en el ámbito teórico pero el público nada sabía” G:H: Luquet “« La maçonnerie et l'État en France au 18ème siècle ».
Ver también “ Los Archivos secretos del vaticano y de la Francmasonería”, Jose A. Ferrer Benimelli, pagina 69. Cita de los États Généraux d'Amsterdam, publicado el 30 de noviembre de 1735 “ Ellos ( los hermanos) se obligan de la manera mas rigurosa a guardar los secretos …. –bajo la garantía de un juramento, que comprende penas muy duras que ninguna persona puede instituir sino es la Autoridad Suprema”, y página 76: “ una vez mas, ese fue el secreto y el juramento, que inquietaba a las autoridades de Ginebra, que habían puesto bajo su cuidado los de Holanda”.
(33) y mas precisamente en las Constituciones de Anderson publicadas en 1723 donde Théophile Désaguliers fue el redactor de los dos primeros artículos.
(34) Patrick Boutin, « La Franc-maçonnerie, l'Église et la modernité ».
(35) Et pour cet auteur, s’opérait aussi une exclusion aussidu droit civil ce qui est remis en cause par Patrick Négrier. Cf Patrick Négrier « Art Royal et régularité dans la tradition de 1723 – 1730. »
(36) Ibid, Pagina 52. Solo la Iglesia y el Estado poseen un derecho propio y las sociedades masónicas se encuentran fuera de ese canon y del derecho civil, “ la autonomía de la institución masónica y la idea de un individuo sujeto y creador de su propia dignidad (…) se fundan en la filosofía natural y excluye cualquier recurso al derecho divino.”
(37) El proyecto ( de Désaguliers) pretendía instaurar la soberanía de la confraternidad. Con la marginación del creador de los lugares de legitimación del saber en la filosofía natural, los constitucionalistas masones entendían fundar la idea de exclusión de los asuntos religiosos del lugar de la construcción jurídica de un individuo de libre determinación, creador y sujeto de derecho, un individuo apto para hallar su dignidad en la administración de los asuntos terrenales.
(38) Ibid página 69 , además en las motivaciones de ese rechazo, es fundamental incluir el lugar asignado a la Geometría y al rol de la experimentación científica para el conocimiento del mundo. “ la experimentación y la exclusión de la teología de los lugares donde se forja la legitimad del saber científico”, representaban un peligro identificado de mucho antes por la Iglesia. Ibid. Página 122.
(39) Ibid pagina 9. Al hacerlo se fundamentó el “ estatus separado de las relaciones instauradas por la confraternidad con respecto a Dios y las Iglesias”.
Nota: separado de Dios en razón de la posibilidad de no tener a un clérigo de intermediario.
(40) Es bueno recordar como prueba ciertos argumentos del debate acerca de la mixticidad en el GODF, uno de los argumentos rechazando la entrada de mujeres a nombre de las características específicas y del sistema de derecho derogatorio propio de la francmasonería. También el rechazo de ciertos francmasones a los litigios ante la jurisdicción civil constituye un signo d esa construcción mental.
(41) para él, un masón no estaba separado de Dios, de la Iglesia o de las instancias civiles, aún si se admite que se pueda hablar de una separación entre masonería especulativa y las Iglesias “ porque Desaguliers  presentaba la religión natural como la base moral de los masones especulativos y que al no tener ni ritos ni clérigos ni templo, la religión natural separa lógicamente a los masones especulativos (…) enfrentando a las Iglesias conforme a eso que Jesús de Nazareth decía acerca del carácter no ritualista, no mediatizado, utópico, es decir no eclesiástico, de culto del espíritu y la verdad ( Jn 4, 24-24)
Patrick Negrier “ Art Royal et regularité”. Por otra parte Patrick Negrier rechaza la idea de una emancipación entre filosofía natural y derecho divino.
 (42). Y en consecuencia en desacuerdo con la representación de la Iglesia en la Ciudad Perfecta de San Agustín.
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