domingo, 1 de abril de 2012

NOTAS ACERCA DEL JURAMENTO MASÓNICO.Parte I.

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Próxima entrada de La Imprenta de Benjamín, el jueves 12 de abril.
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Traemos hoy este artículo con autorización del blog: Les Amis Provencaux de Renaissance Traditionnelle. 
Se trata de la reseña de uno escrito por el investigador francés René Guilly, que firmaba con su nombre simbólico René Desaguliers, publicado en 1970 en la Revista Renaissance Traditionnelle.
Título original: Note sur le serment du premier grade, de René Guilly ( Désaguliers), Renaissance Traditionnelle Num 1. janvier 1970.p3.
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 Grabado del Duncan Masonic Monitor.

Los textos escoceses. 
Existen tres textos antiguos que tratan del ritual masónico, todos de origen escocés: el manuscrito de los Archivos de Edimburgo (1696), el manuscrito de Chetwode Crawley ( 1700) y el manuscrito Kewan ( 1714-1720). 
Esos textos son idénticos en el fondo puesto que provienen de un original común y hay pocas divergencias atribuibles a errores de traducción. A partir de esos textos, se estableció un juramento común practicado en Escocia durante el período de 1696-1714. 
Sin embargo, René Désaguliers precisa que existe otro documento, adoptado en Inglaterra en 1663 con un juramento de origen operativo que puede encontrarse en las antiguas constituciones de 1722 y que publicó J. Roberts. Debe notarse que tal juramento sería producto de un movimiento por fuera de la dinámica de la reforma Andersoniana. 
Por otra parte, el juramento se pronuncia sobre la Biblia, en nombre de Dios y de San Juan, pero igualmente sobre las herramientas de la Francmasonería. Si lo traicionara, el ingresante deberá responder ante Dios, el día del juicio final.
Para René Désaguliers, el juramento determina la condición preliminar indispensable para la comunicación de los secretos. En efecto, nada será revelado bajo cualquier forma que sea, bajo la pena de castigos corporales abominables. De tal forma, ese secreto no podrá ser compartido mas que con otros masones ingresados. Por consecuencia  uno de los elementos heredados por el juramento del siglo XVIII son las palabras de aquel que viene de ser recibido.
En 1745, en “Le sceau rompu” el jóven recipiendario debe responder a eso que le permitirá ser reconocido en tanto que masón, a saber: sus signos, marcas y el punto perfecto de su ingreso aunque esa última expresión se hace difícil de entender e interpretar.
Por lo demás, en esa época, dentro de la segunda parte del juramento, estaba el hecho de que debía guardar las claves de logia sobre su honor y defenderlas para jamás revelarlas, pues si lo hacía, su garganta sería cortada hasta la raíz. El joven aprendiz promete igualmente estar al servicio de su maestro y de todos sus hermanos permaneciendo disponible desde el lunes a la mañana hasta el sábado a la tarde. Al pronunciarse ese compromiso es el conjunto de la logia quien le da la palabra al aprendiz ingresado
Al analizar esa última parte del texto, aparecen dos aspectos bien diferenciados y fundamentales para la francmasonería especulativa del siglo XVIII. A saber: una primera parte heredada de la masonería operativa  desde que la noción de aprendiz induce una profesionalización al ponerse al servicio de su corporación sin importar el día.
El segundo punto es la noción de la importancia del compromiso y del juramento, en virtud del cual si lo traiciona aparece una noción de castigo. De este modo surge la importancia de la comunicación y la transmisión de la palabra y de ese “secreto” mayor, puesto que le permite el aprendizaje al joven masón y por lo tanto su progreso y acceso a la palabra del Compañero con otros secretos.
Y en fin, que ese documento permite hacer resaltar la importancia de no revelar nada, ni escrito ni oral de los secretos transmitidos.
La interdicción de traicionar su palabra revelando la palabra de aprendiz es anterior a la escritura desde que esta se difundió tardíamente.
Por el resto, Rene Desaguliers precisa que es normal hallar una modificación del juramento precisando que nada debería revelarse por escrito, mostrando una evolución de la sociedad, sobretodo entre los obreros.
De todas formas, la palabra permanece simbólica en su amenaza de suplicio, desde que es a través de ella que se llega a arrancar la lengua de raiz y tronchar la garganta del traidor. Es la descripción de que se encuentra por ejemplo en “El Misterio de la Francmasonería” de 1730.
Esos elementos que han evolucionado en el tiempo son relativamente distintos de los originales, pero se hallan en la instrucción del aprendiz en las logias francesas para finales del siglo XVIII y actualmente son presentadas en los rituales ingleses.
También, la confirmación de ese castigo se encuentra en las instrucciones de aprendiz dentro de los 3 textos escoceses. En efecto, la llave de la logia es la metáfora de la lengua del masón que le permite las palabras y los signos de reconocimiento que a la vez le abren la logia y le dan el reconocimiento de la fraternidad en tanto que tal, pero también la inmediata solidaridad.
Eso es lo que se encuentra en el marco del compromiso del joven aprendiz cuando pronuncia su juramento. Esa promesa confirma la interdicción absoluta de revelar esos secretos bajo cualquier forma que sea, en especial las palabras. Es de todos modos interesante notar que los medios que pudieran ser usados para revelar los secretos son relativamente recientes y de ilustraciones “folklóricas”.
René Désaguliers insiste en la certidumbre de que esa herencia proviene de la francmasonería operativa. Mas aún, este estudio concierne únicamente al jóven ingresado que finalmente no conoce mas que una sola parte de la palabra y nada de los demás secretos. En efecto, si conociera la totalidad de la palabra, accedería algún día sin duda, a los otros secretos, profesionales o no.

La evolución del juramento según los archivos conocidos
El manuscrito Sloane (1700), de origen inglés, menciona imperativamente no revelar nada por escrito, directa o indirectamente y de guardar el secreto de todo eso que los masones y en especial los Vigilantes le hubieran revelado, no pudiendo compartir tal confidencia mas que entre hermanos.
Ese documento subraya igualmente el respeto a las obligaciones de las Constituciones, y bien entendido, de guardar los secretos fielmente bajo pena de que se le corte la lengua de raíz. Por esto, promete sobre el libro sagrado y sobre las herramientas, y espera que Dios venga en su ayuda y le auxilie para mantener su compromiso.
El texto testimonia una tradición común con los textos escoceses, que es siempre de actualidad en nuestra época. Así es que el análisis del documento permite poner de manifiesto la expansión del secreto y especialmente de la palabra del masón. En efecto, se aplica a todo lo que los maestros estimen que no deba ser revelado, tal idea no existía en los textos estudiados anteriormente. Mas aún, hay obligación a referirse a la Constitución, especialmente a los Antiguos Deberes, desde que son leídos en las recepciones.
Desde 1723, en dos textos “El Gran Misterio de los Francmasones revelado”( 1724 y “ la Institución de los Francmasones” (1725) emerge una nueva condición que parece ser un concepto inédito. Se trata de la solidaridad entre todos los hermanos en función de nuestros medios y posibilidades y en nombre de la cual fue transmitida por la antigua y noble ciencia.
..........................................................................Continuará.

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