jueves, 6 de septiembre de 2012

Los Hell-Fire Clubs del siglo XVIII y la Francmasonería. Parte III y última.


Próxima entrada de La Imprenta de Benjamín, el domingo 16 de septiembre.
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aquí la parte final incluyendo las notas:


 Sir Francis Dashwood
 Dashwood contrajo matrimonio con Sarah Gould en 1745, pero en una época en que la prostitución era un medio seguro para que una mujer avanzara en la sociedad y el destino de una nación podría quedar determinado por la sífilis que engendraba la locura, hubiera sido antinatural para los monjes de Medmenham no aparentar algun aura sexual sobre ellos.
La leyenda presenta a los monjes como entregándose a orgias sadomasoquistas, pero considerando que allí estaba Lady Mary Wortley Montagu y el Divan Club, podría uno maravillarse si en todo esto no habría existido algo de magia sexual oriental.
Ciertamente, los monjes participaban de bromas obscenas. Uno de sus miembros, seguramente el satírico George Selwyn, elogió al Conde de Sándwich por sus proezas sexuales en un pasquín anglosajón que ridiculizaba a los papas, y su Ensayo sobre el Hombre.
John Wilkes imprimió una edición privada de doce copias de otro “ Ensayo sobre la Mujer”, para ser distribuido a sus compinches de Medmenham ( 27)

El Hell-Fire Club no parece haber tenido una composición política unificada. Aunque la mayoría de sus miembros eran Whigs, el Conde de Sándwich, que llegó a ser Primer Lord del Almirantazgo, tenía inocultables inclinaciones Tory,( conservadoras) y John Wilkes. eventualmente llegó a ser el mas popular radical desde Wat Tyler.
Teniendo en cuanta la divisa Rabelesiana del club, seguramente que compartían una visión común de la capacidad humana para gobernarse a sí misma sin la imposición de un cuerpo de ley.
Dashwood mismo, era políticamente independiente, creyendo que lo mas importante era votar de acuerdo a su conciencia en cada ocasión antes que seguir la línea de su partido.
Durante su larga y controvertida carrera, ocupó asientos en las dos Cámaras del Parlamento y sirvió como Canciller del Ministerio de Hacienda y Director General de Correos. Dedicó mucha energía a las obras públicas y la legislación para socorro de la pobreza, continuamente invocando además a la formación de una milicia nacional, que aboliría la necesidad de sostener un ejército y tropas mercenarias alemanas, minando implícitamente así, al poder real.
Dashwood estaba en la órbita del príncipe Frederick, aparente heredero del rey George II, un  francmasón que llevó a muchos jacobitas a su círculo. Dashwood llegó a convertirse en el confidente del “Principe Fritz”, y fue un duro revés político para Dashwood, la muerte del príncipe en 1751 ( 28)

Cuando el “Bonnie Prince Charlie” ( Estuardo) se enbarcó en su fallido intento de invadir Inglaterra y retornar al trono con apoyo franco-escocés, en 1744, la Cámara de los Comunes fue sacudida por un frenesí patriótico. Una “ directiva de lealtad” al rey George, se volvió obligatoria; Dashwood propuso una enmienda que advertía al soberano no infrigir la libertad de sus súbditos. Pero estos esfuerzos solo lograron que fuera tildado de jacobita.
En 1770, Dashwood y su hermano masón Benjamín Franklin propusieron un plan de reconciliación entre Gran Bretaña y la creciente rebelión de Norte América. El plan fue ignorado, con las consecuencia bien conocidas.

Pero de toda la fraternidad Medmenham, fue el “falso hermano” (29) John Wilkes quien logró el mas alto perfil político.  Cuando fue apartado de su cargo gubernamental, Wilkes publicó un semanario satírico llamado “ The North Briton” donde daba rienda suelta a su inquina contra el primer ministro.


John Wilkes
 El estandarte de “ Libertad” ondeando, en el número 45 de esta revista, precipitó una serie de revueltas populares de las cuales fue culpado Wilkes con el cargo de sedición en 1763.
Su “ Ensayo acerca de la Mujer” fue leído ante la escandalizada Cámara de los Lores. Los compinches de Wilkes en Medmenham desertaron y se le adicionó el cargo de difamador.
Sin inmutarse por haber sido acusado de pornógrafo, Wilkes se presentó a la reelección en los Comunes y ganó, presentándose en la King´s Bar Prison ( prisión del rey) tan pronto tuvo los resultados.
A esto siguió una crisis constitucional cuando el Parlamento declaró que el prisionero no podía ocupar un sitio en sus filas y anuló el resultado de la elección, causando mas revueltas y maquinaciones políticas. Wilkes eventualmente fue elegido Lord Mayor de Londres, lo que dio lugar a una serie de confrontaciones que definen la relación entre la corona y el gobierno de la ciudad.
Aunque frecuentemente criticado como oportunista, Wilkes hizo mucho para establecer el derecho a la libertad de prensa, obligando a Inglaterra a revisar sus leyes de sufragio, lo que inspiró a los colonos americanos en su demanda de libertad (30)

Religión

En 1773, Dashwood y Benjamín Franklin revisaron el Libro Común de Oración ( Book of Common Prayer)- extraña actividad para un supuesto satánico.
Posiblemente los dos francmasones trataban de alinear a la Iglesia Anglicana con el deísmo masónico.
En la introducción a este trabajo, Dashwood, destacaba la utilidad de la iglesia para la comunidad y afirmaba las enseñanzas de Jesucristo en una forma que su adhesión a la Iglesia de Inglaterra era por lo menos equívoca.
Muchos de los cambios propuestos incluían eliminar toda referencia al Antiguo Testamento y las repeticiones donde fuese posible. Esta liturgia es todavía empleada por algunas sectas protestantes de América (31)
Toda la cuestión religiosa es central en la fascinación que continúa ejerciendo Dashwood.
Uno puede simplemente aceptar la creencia popular de que fue satánico y quedarnos en eso, pero una interpretación mas sofisticada podría tomar forma sobre los rumores de magia sexual, los libros cabalísticos de la abadía, la recurrente imagen de Harpócrates, la tenue conexión de Dashwood con la Orden Masónica del Temple y por supuesto el lema de Teléma en la abadía de Medmenham, para concluir que el Hel-Fire Club era una manifestación primitiva de una cierto “Crowleyanismo”
Un enfoque mas sobrio apuntaría a los contactos masónicos de Dashwood para concluir, en lo probablemente mas correcto: que la “sala capitular,” no era sino un templo masónico.
Además puede ser significativo que la mayoría de los asociados masónicos de Dashwood eran católicos jacobitas.
Como un par recién creado, Dashwood pudo haber tomado conciencia de su escaso linaje y ser atraido al “ glamour” caballeresco de las órdenes “ templarias” jacobitas.
Teniendo esto en mente, podemos volver a reconsiderar la “ conversión religiosa” de Dashwood en Roma. Wilkes menciona “ celebraciones en mofa de los ritos mas ridiculos…… de la Iglesia de Roma (32)

¿Sería posible que Wilkes se hubiera equivocado en todo?
Los católicos no podían ejercer su oficio público en Inglaterra hasta fines del siglo 18.
Lo que Wilkes veía como una parodia de los sacramentos, una “misa negra”, ¿ no podría haber sido realmente una misa romana?
Desde que Enrique VIII había usurpado la autoridad espiritual de Roma sobre sus súbditos, el catolicismo había sido “demonizado“ en Inglaterra.
El monje satánico se había convertido en una figura del repertorio de los “romances góticos” de la época.
A los ojos ingleses cualquier “papista” podría ser un satánico. La Biblia latina, la hagiografía, el ojo empastado de Enrique VIII, el equívoco en el Libro Común de Oracion-  con todo esto,  ¿ no sería posible que Sir Francis Dashwood, el notorio satánico, haya sido un jacobita francmasón y hasta un católico romano en secreto?

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NOTAS

(1) Betty Kemp, Sir Francis Dashwood: An Eighteenth Century
Independent (New York: St. Martin's Press, 1967) and Mark
Blackett-Ord, The Hell-Fire Duke (Windsor Forest, Berks.: The
Kensal Press, 1982).
(2) Montague Summers, Witchcraft and Black Magic (London: Rider &
Co., 1946) and Daniel P. Mannix, The Hell-Fire Club (New York:
Ballantine Books, 1959) son especialmente malos detractores en esta cuestión.  Otra fuente de confusión fue la obra  Chrysal” de Johnstone.
(3) Blackett-Ord es la fuente mas grande de información acerca de Wharton.
(4) Louis Kronenberger, The Extraordinary Mr. Wilkes (New York:
Doubleday, 1974), p. 228.  En efecto, ella supo de la vacuna mientras estaba en Constantinopla con su esposo el embajador Edward Wortley. Montagu; cf.  Blackett-Ord, p. 32.
(5).
La política británica del siglo 18 estuvo dominada por dos partidos cuyas bases se situan en el siglo anterior, aunque no llegaron a ser parte formal en el sentido moderno, sino hasta 1748.
La expresión “ Whig” y “Tory” son palabras gaélicas para “ Horse thieves” ( ladrones de caballos) y “ ( outlaws) ( fuera de la ley) que eran aplicadas por los partidarios a los adversarios del campo opuesto.
Los Tories siempre fueron conservadores opuestos a la tolerancia religiosa y “ a las intervenciones en el exterior”, sosteniendo la creencia en el derecho divino de los reyes.
Entre ellos se contaban miembros de la jerarquía anglicana y de la nobleza. Los Whighs por lejos, el partido mas numeroso, se componía de terratenientes aristocráticos y saludables burgueses que apoyaban una monarquía limitada constitucionalmente, expansión económica en el extranjero y “ liberty”, que en el sentido dado a la palabra en el siglo 18 tendría un paralelo con la actual palabra moderna “ desregulación”.
Así que los Whighs eran el partido “ progresista” y en consecuencia tendían a ser atacados por las facciones, especialmente en lo social, aparececiendo como los que oponían a los derechos económicos.
Los Whigs “ grumbletonian”, eran así llamados por su tendencia a protestar ante  las decisiones políticas.
(6) El término “ Turkey merchant”, ( comerciante turco) proviene del siglo 17 y se refería a quines comerciaban con el Imperio otomano.
(7) Eric Towers, Dashwood: The Man and the Myth (Wellington,
Northamptonshire: Aquarian Press, 1986), p. 151.  El conde de Midlesex era un asociado al Hell-Fire de Wharton al igual que otros miembros de la logia de Florencia.
(8) Horace Walpole, Memoirs and Portraits, ed. Matthew Hodgart (New
York: Macmillan, 1963), p. 128, sugiere que la conquista de Dashwood no fue el gran suceso que se creía. Desde la muerte del Rey era de conocimiento corriente, y esto solo puede asumirse si la historia de Dashwood fuese cierta, que la emperatriz, que no era físicamente de las mujeres mas atractivas, simplemente se hubiera sentido halagada de que un hombre de cierta condición pretendiese seducirla.
(9) Henry Blyth, The Rakes (New York: Dial Press, 1971), p, 86, and
Towers, pp. 63-64.
(10) Blyth, p. 120 and Mannix, p. 63.
(11) John J. Robinson, Born in Blood: The Lost Secrets of
Freemasonry (New York: M. Evans &. Co, 1989) p. 183.
(12) Towers, p. 76.
(13) Ibid., p. 77. The anecdote is universally repeated with embellishments.
(14) Mannix, pp. 9-13
(15) Towers, pp. 78-79, and Michael Baigent and Richard Leigh, The
Temple and the Lodge (New York: Lirtle, Brown, & Co., 1989), p.234.
(16) Robinson p. 182
(17) Ibid., p. 184 and Baigent & Leigh, p. 194.
(18) El soborno era parte aceptada del proceso. Pocas personas eran elegibles para votar, y fácilmente se podía comprar al electorado entero de una ciudad. Por ejemplo, Old Sarum tenía precisamente un votante, aunque contaba con dos asientos en el parlamento.
(19) E.g., Mannix, p. 19.
(20) En su obra de 1534,  Gargantúa y Pantagruel, Francois Rabelais describe una suerte de Abadía “ humanista” llamada Thelema, cuya única regla era “ haz lo que desees”,  “porque las personas libres, bien nacidas, bien criadas y en honesta compañía, tienen una inclinación natural y un instinto que les guía a las acciones virtuosas y les aparta del vicio, y a eso le llaman honor.
Cuando esos mismos hombres son sometidos y esclavizados por la fuerza vil, usarán esa noble cualidad que les impulsará libremente a la virtud, tumbando y rompiendo el yudo de la esclavitud. Pues siempre iremos detrás de las cosas prohibidas y codiciaremos lo que se nos niega”.
(Francois Rabelais, Gargantua and Pantagruel, trans.  J.M. Cohen: Harmondsworth: Penguin, 1955, p. 159).
Aunque obviamente presentado como una afirmación de la natural bondad de la humanidad, el lema de Thelema ha sido con frecuencia malinterpretado, y tomado como una prédica del libertinaje.
Al identificarse a sí mismo con los ideales humanistas de Rabelais, Dashwood estaba declarando sus raíces filosóficas aún bajo crítica de hedonista. Los ideales del grupo de Medmenham fueron severamente puestos a prueba cuando John Wilkes intentó extender este credo de “ libre, bien nacido, bien criado” a las clases  trabajadora, pobre y  mal educada.
(21) Towers, pp. 144-51.
(22) Ibid., p. 158.
(23) Michael Howard, The Occult Conspiracy: Secret Societies -
Their Influence and Power in World History (Rochester, Vt.: Destiny
Books, 1989), pp. 79-80. La afirmación de Howard es demasiado contradictoria como para tomarla seriamente.
 (24) Walpole, p. 129.
(25) Kemp, p. 132.
(26) Se supone que los registros del club fueron quemados.
(27) Kronenberger, p. 47ff.
(28) Towers, p. 115ff.; Baigent & Leigh, p. 205; and Kemp, p. 96n.
(29).Cf. Walpole, p. 129: “La política no se difundía entre esos anacoretas de rojo, y cuando apareció la controversia, surgió un falso hermano que divulgó los arcanos y lo expuso ante el buen prior con el propósito de ridiculizarle como Ministro de Finanzas”.La alusión a Wilkes y Dashwood es obvia. Esta afirmación de Walpole apoya la inferencia de que el club no tenía una preferencia política.
(30) Esta sinopsis hace poca justicia a la importancia de Wilkes en la historia angloamericana. Cf. Kronenberger.
(31) Kemp aporta mucha información acerca de tal proyecto
(32) Towers, p. 232.
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1 comentario:

  1. Q:.H:. un T:.A:.F:.
    Trabajando de nuevo en regularidad.

    El Demonio.

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