Próxima entrada de la Imprenta de Benjamín, el
jueves 29 de noviembre.
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Extracto de un artículo publicado en el blog GADLU.info y reproducido aquí con su autorización.
Título original:
L'indépendance américaine et la loge parisienne Les Neuf
Soeurs.
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El verdadero fundador “ en idea” de la logia, fue Claude Adrien Helvetius ( 1715-1771) uno de los
filósofos franceses que trabajaron en la Enciclopedia.
En 1758 publicó en forma anónima “ De l´esprit” ( del espíritu), que
provocó un gran escándalo pero marcó profundamente el pensamiento francés del siglo 18.
En ese escrito Helvetius exponía un sistema materialista y
antirreligioso.
Consideraba la creencia en Dios y en el alma como resultado de nuestra incapacidad en comprender el
funcionamiento de la naturaleza y veía a las religiones, en especial a la
católica, como un despotismo que no tenía otro fin que mantener en la
ignorancia a los hombres para explotarlos mejor.
En París, concibió la idea de fundar una logia dedicada a la cultura de las ciencias , las
artes y las letras, juzgando que la mayoría de las logias solo se ocupaban de
cosas absurdas.
Murió en 1771 y no pudo ver
concluido su proyecto, pero fue su viuda, Anne Catherine, la famosa
madame Helvetius, quien tendrá un importante papel en el nacimiento de esa
logia.
La Logia de las Nueve hermanas, las musas, contaba
entre sus miembros a los enciclopedistas, y personajes famosos como Danton,
Mirabeau, Franklin y Guillotin, por nombrar solo algunos.
“ La verdad es como una antorcha que brilla en la niebla sin disiparla”,
escribió.
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Pocas logias masónicas han
conocido un esplendor semejante al de la logia de las “Nueve
Hermanas”.
Pocas logias se han beneficiado
en el medio masónico y en el mundo profano de un renombre tal y es necesario
que sea algo excepcional como para que el boletín de “ La Cohorte”
órgano muy oficial de los titulares de la Legión de Honor, en su último número, le
consagraran diez páginas con múltiples reproducciones de documentos masónicos.
Puede decirse que la logia de las
Nueve hermanas ha encontrado hoy día un justo lugar en la historia debido al
rol que pudo jugar tanto por la personalidad excepcional de los hombres que la
componían como por la influencia que ejerció sobre la sociedad de su época.
El bicentenario de esa logia
coincide con el bicentenario de la independencia de los Estados Unidos y
ciertamente se pueden ligar las dos celebraciones.
Se trata en realidad del
bicentenario de la creación oficial en 1776, pues quien debía ser el fundador
de la logia: el matemático Lalande,
preparaba su creación desde años atrás, con Madame Helvetius que por su
parte realizó el deseo que su marido no pudo cumplir antes de su muerte en
1771.
Lalande se ocupaba de la
reorganización general de la francmasonería a veces prohibida, con frecuencia
mal tolerada, siempre desordenada, no logrando su fin, hasta que en 1776, ya el
cuadro de logia que se enriquecería considerablemente, contaba además del gran
matemático, con el hermano De Merlay, presidente de la Cámara de Hacienda, al
abate Rémy, abogado en el Parlamento, De la Dixmerie, el conde Persan, el marqués de
Ouarville, De Alayrac, guardia del rey, los abates Humbert, Matagrin, Robin, Du
Rozeau y Cordier, profesor de equitación de Mme. De Artois, que había luchado
por la realización del taller durante todos esos años desde 1770 a 1776.
Pero esto solo era el marco de lo
que uniría a los nombres mas prestigiosos de la época y para no citar mas que
algunos- numerosos abogados del Parlamento de entre los cuales De Seze tuvo una
difícil tarea en la defensa de Luis XVI, De Beaumon, De Chamfort, Greuze, de la Academia de Pintura y
Vernet, pintor del Rey, Houdon, el Doctor Guillotin, Condorcet, que se dedicó
con su hermano mas nuevo de las “Nueve
Hermanas”, Legrand de Laleu a la defensa de tres desgraciadas víctimas de
un error judicial. Esa clase de acción de beneficencia formaba parte de las
obligaciones contraídas por los hermanos de las “ Nueve Hermanas”, obligación novedosa para la época donde la
sistematización era un fenómeno único.
Todo esto se presenta bajo una
numeración y se podría evocar la reunión de esos hombres citando algunos de los
mas conocidos, como Florian, Diderot y Danton, muy especialmente a Lacepede y
Voltaire bajo el registro número 104 y el que nos interesa mas especialmente,
el doctor Benjamín Franklin, bajo el número 106 del Cuadro de Logia.
Este último y muy célebre hermano
nos interesa especialmente por el papel que tuvo en la logia participando
activamente de sus trabajos no solo en el sentido en que lo entendemos hoy en
día, sino creando un estado de espíritu, verdadero animador, junto con
Lalande, de ese crisol del pensamiento
liberal, prerrevolucionario y universal.}
Se ha recordado en muchas
ocasiones que cada hermano ingresante a la logia de las Nueve hermanas, debía
presentar un trabajo nuevo acerca de su especialidad, el escritor un poema o
una obra filosófica, el músico una nueva pieza, el pintor, un cuadro. Ni la
tormenta revolucionaria ni las persecuciones nazis impidieron que llegara hasta
nosotros el trabajo, la “ plancha”,
como la llamamos, de Benjamín Franklin.
Fue no menos Venerable que
Lalande, es decir en 1779. Benjamín Franklin cosignatario y promotor de la
declaración de independencia de los Estados Unidos, era profundamente un
francmasón, y antes de ser iniciado había fundado en 1729 un club muy cercano a
las logias que conocemos hoy en día.
Amigos escogidos se reunían
semanalmente, y la discusión se efectuaba en el marco de
un reglamento muy riguroso del
cual escribió:
“ Nuestras discusiones deben ser sometidas a la dirección de un
presidente y no sentir mas que el deseo mas sincero de buscar la Verdad, sin que el placer
de la discusión o la vanidad de tener la razón puedan entrar en juego en
nuestras discusiones…”.
Rápidamente Benjamín Franklin
ingresó a la francmasonería; iniciado en 1731 fue el Venerable de la logia “ Saint John” de Filadelfia en 1733 y en
1749 el Gran Maestre Provincial de Pennsilvania.
El “ Doctor” Benjamín Franklin asistió en 1760 a la Asamblea General
de la Gran Logia
de Inglaterra en calidad de Gran Maestre Provincial, pero se contaba entre
aquellos británicos leales que veían sin inconveniente, habida cuenta del
desarrollo de América, transferir desde Londres a Filadelfia el asiento del muy
noble imperio británico!
Una idea que los londinenses co
compartían en absoluto!
Después de los incidentes tan
graves como insólitos surgidos de los problemas del sello, el primer Congreso
reunido en septiembre de 1744, con las 12 colonias, en Filadelfia, ciudad de
Benjamín Franklin y los 56 delegados, además del boicot a los productos
británicos, decidieron un proyecto de declaración de derechos.
Benjamín Franklin efectuó dos
misiones en Francia donde no podía dejar de encontrarse con Lalande como
miembro de la Academia
de Ciencias.
Sus objetivos, en niveles bien
diferentes, con comunes: era hacia una moral de Libertad, de Verdad y de
Felicidad que entendían dirigir sus esfuerzos.
Pero no es hasta octubre de 1776
que Benjamín Franklin es enciado por el Congreso con la misión de convencer a
Francia y mas especialmente a vergennes de tomar una parte definida.
“ El embajador particular” desembarcó en Auray y se dirigió a París y
después a Passy, una pequeña casa cerca de la de Mme. Helvetius por otra parte, asumiendo su personaje: gorro
de piel, vestimenta simple y medias de algodón, símbolo del americano.
Muy pronto asistió a la logia de
las “ Nueve hermanas”, siempre por intermedio de Lalande, y se ha pretendido que pidiera a Mme.
Helvetirus en matrimonio.
El hombre que a la vez había “capturado el rayo”, promovido la
declaración de independencia de los Estados Unidos e… inventado la harmónica,
fue durante esos nueve años el hombre de moda de París.
Pero, siendo a la vez hombre de
virtud y moral, encontró una coincidencia entre las aspiraciones de su logia “Las Nueve Hermanas”, perfectamente
descriptas en su manifiesto ( y esa era la primera vez en Francia para una
logia masónica), y la declaración de independencia, texto de alto contenido
político donde había visto con gran pesar que el Congreso retirara un pasaje
suyo: el relativo a la trata de negros.
Esa declaración de independencia
donde Chateubriand veía nacer: “ una República
de una clase desconocida ( que) anunciaba un cambio en el espíritu humano”,
afirmaba claramente: “ Tenemos como
evidentes por si mismas las siguientes verdades: todos los hombres han sido creados
iguales. Están dotados por el creador con derechos inalienables, entre esos
derechos se encuentran la vida, la
Libertad y la búsqueda de la Felicidad. Los
gobernantes han sido establecidos por los hombres para garantizar esos
derechos”.
La “ Declaración de principios de Moral” propuesta a la respetable logia
de “ las Nueve hermanas” ( uno de los
raros textos elaborador en una época donde la francmasonería , repitámoslo, no
trabajaba sobre textos ni establecía puntos de referencia, tendía mucho menos a
la investigación que hoy en día), sistematiza bajo el ángulo moral esas mismas
ideas:
“ El hombre esta dotado de facultades, sometidos a necesidades… los
Derechos del Hombre consisten en el libre ejercicio de todas sus facultades, la
satisfacción completa de todas sus necesidades… de que todos los hombres tengan
las mismas facultades y las mismas necesidades, resulta que como tienen los
mismos derechos, ellos son perfectamente iguales…La sociedad debe garantizar a
todos sus miembros el ejrcicio de sus derechos”.
Y como para adherirse mas
estrechamente al pensamiento del Doctor Franklin, adjuntaba las trece virtudes
del hombre :
“Así es que todos los sacrificios que un hombre pueda hacer por el bien
de sus semejantes, son voluntarios, esos son actos virtuosos cuya práctica
consiste en la caridad”.
Si se hiciera la síntesis de esos
dos textos redactados para la misma época, por dos hombres de la misma
formación filosófica, es decir donde domina el espíritu de la francmasonería,
se concluye que en lo esencial se trata de la declaración de los Derechos del
Hombre”.
Pero se encuentra además, en el
mismo momento a ese otro gran francmasón la Fayette, que había hecho conocer en su Cámara la Declaración de
Independencia de los Estados Unidos y se exaltaba en su lectura.
Iniciado en 1775 con el Príncipe
de Broglie y el Duque de Choiseul, conocía bien las dificultades en América.
Había jugado un importante papel
la carta de recomendación de Benjamín Franklin a George Washington y a su
regreso a Francia acercará al propio Franklin un mensaje de Washington del 5 de
marzo de 1780 agradeciendo el haber enviado al joven La Fayette.
También en la acción mas directa,
en la guerra, se encuentra el rastro del “Doctor”, del Venerable de las Nueve
hermanas”.
Pero, qué lazo podía unir hombres
e ideas, franceses y americanos, generosidad y caridad y ¿como lo podríamos
llamar?
Reflexionando: no hay lugar para
la casualidad ni para ninguna coincidencia en el cruce de Lalande con su
incansable dedicación, con Franklin el intrépido y popular creador del “Nuevo Mundo”, con La Fayette con su fuego juvenil, o con Voltaire el “ Patriarca de la Libertad”!.
No es el juego de la historia lo
que les reúne; sino sus voluntades, su generosidad, su sensibilidad,
su amor a los demás hombres, haciendo historia, preparando los eventos,
destacando nuevos e imperecederos textos.
Esa voluntad única, ese ideal
común no tiene mas que una sola fuente: la francmasonería francesa del siglo
XVIII, y esa logia preciosa, luminosa
entre todas: la respetable logia de “ Las
Nueve hermanas”.
La Declaración de los
Derechos del Hombre, a los cuales algunos Estados de hoy día no se adhieren
fielmente, encuentra su origen, en el gran impulso generoso, voluntario y
concertado de algunos francmasones que se reunían regular y humildemente en una
logia francesa del siglo XVIII como francmasones de” las Nueve Hermanas”.
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es bueno que articulos como este, sea publicado por la red, gracias a colaboradores y buscadores sinceros de la verdad.
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