jueves, 12 de abril de 2012

Notas acerca del juramento masónico.Parte II.

Próxima entrada de La Imprenta de Benjamín: domingo 22 de abril
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Esta es la parte final del artículo:


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En fin, en el “Manuscrito Graham.” ( 1726), se encuentran todos los puntos del juramento y las antiguas obligaciones de los textos precedentes como guardar y ocultar los secretos. Pero es sobretodo la solidaridad que se expande a un deber de fraternidad, de amor y auxilio a sus hermanos pero también para su prójimo en función de sus posibilidades y sin comprometer los intereses de quien así actúa. Y así es porque el ingresante se abstendrá de mentir o cometer adulterio…
Será a partir de 1726, que encontramos en los archivos, que aparece una disminución del aspecto operativo de los juramentos, pero además un cambio en su formulación.
Así aparece en ese sentido, en el “Manuscrito Wilkimson” (1727), en El Misterio de la Francmasonería”(1730) y en “La masonería Disecada”(1730) que son documentos relativamente similares, pero donde cada uno conserva algo de los textos preexistentes y se nota la aparición del primer estadío del juramento masónico especulativo.
Además puede constatarse que la palabra masón no se utiliza mas, pero que se conserva el término “secretos”. Por otra parte, surge un  nuevo punto, puesto que desaparecida la especificidad operativa ya no existe mas ninguna referencia a los antiguos deberes.
Así, en los escritos de Samuel Prichard, la referencia a los Antiguos Deberes está bien ocultada. De todos modos, se continúa obviamente con la promesa de respetar su juramento en presencia de Dios y de la Venerable Asamblea. Aparece igualmente esa noción de no revelar jamás los secretos y misterios de la Francmasonería y de los masones, bajo ninguna forma, salvo a un hermano. Y también que si esos secretos se revelaran el castigo sería tan terrible como el de los antiguos textos.
Al analizar el período, después de la publicación de ese juramento, se comprueba en los manuscritos ingleses tales como “Dialogo entre Simón y Felipe” (1740) y “ Joachin et  Boaz” ( 1762) que poco evolucionaron  sin aportar variaciones notables. Por el contrario, en Francia, en los textos mas antiguos sí se opera una evolución que es interesante en muchos aspectos y no debe descuidarse.
En efecto, el aspecto fundamental que se observa en una primera aproximación es la evolución de tomar a Dios como testigo, que era una de las características inglesas, permitiendo ahora respetar su promesa sobre su fe de gentilhombre con la ayuda y en nombre del Gran Arquitecto del Universo que es Dios. Se constata además, en otras referencias literarias tales como “ Le Sceau Rompu” de 1745 o Le Macon Demasqué de 1751 o aún en el ritual de 1758 “Element de la maconnerie”.
Sin embargo, en 1765 aparece en el juramento de un manuscrito aparentemente de mano de Jean-Baptiste Willermoz, esta simple frase: “.. prometo ante el Gran Arquitecto del Universo”. Eso será recuperado por el GODF en 1801 que lo usará en la edición de su primer ritual, que será “ Le Regulateur Macon”. Será pronunciada en esa obediencia hasta que una modificación en el contenido del rito la elimine a partir de 1877.
Es así que desde 1765 esa frase estará mas que presente en los rituales y notablemente en los primeros rituales del Rito Rectificado redactados por Monsieur Thibault en 1781, después del Convento de las Galias y en el Rito Escocés Antiguo y Aceptado, lo que se puede leer en “ Le Guide des Macons Ecossais” de 1830.
Por otra parte, será interesante subrayar y de comparar al menos dos aspectos de ese juramento que son: La Biblia y los Evangelios con la evolución propia del RER.
En efecto, en Escocia y en Inglaterra, la Biblia sigue siendo uno de los motivos indisociables de la orquestación del juramento. De allí, que en todos los manuscritos cuando se  trata el compromiso, se presta juramento “con la ayuda de Dios y de la Biblia que nos sostendrán en esa tarea”.
Eso es lo que puede leerse en el Manuscrito Sloane: el juramento se pronuncia por el contenido de ese libro, pero a veces la fórmula varía de manera ligeramente diferente, así en “ Le Grand Mystere des Francs-Macons Révélé” de 1724 se lee en la frase del ritual esta pequeña modificación: “por el contenido de la Santa Escritura, o aun mencionando a la santa Biblia como en “ Le Grand Mystere ouvert á tous” de 1726, la “ Confesión du Macon” de 1727 o “ La masonería Disecada” de 1730.
Por el contrario, en el siglo XVIII, en las primeras fuentes francesas tales como “ La Divulgation du Prefét de Police Herault” de 1738, el “Secret des Franc-macons” de 1744… el compromiso se pronuncia con la ayuda de Dios y sobre los Evangelios, la mayor parte del tiempo identificados con el de San Juan.
Con todo, hay también algunas excepciones: en efecto, el evangelio no es mencionado forzosamente, lo que puede observarse en “Le Sceau Rompu” que no hace referencia mas que a la Biblia o en otro ejemplo: “Les Instruction d´Honoré Renard” donde las palabras se vuelven evasivas y no se habla mas que del Libro de la Ley.
Además, en “Le Regulateur Macon” del GODF, 1801, se constata la ausencia de la Biblia y del Evangelio, puesto que no estaban en uso. De todos modos esa no es la generalidad puesto que por ejemplo en la logia Jeanne dÁrc á l´Orient d´Orleans, el aprendiz presta juramento sobre el Evangelio, el compás y la escuadra.
Para terminar con ese primer punto referentes a la Biblia y los evangelios, ciertos rituales franceses como “Le Guide des Macons Écossais” de 1830, se inspira en la tradición del otro lado de la Mancha,  o sea la Biblia y el evangelio, por tal causa estarán ausentes.
Desde el punto de vista totalmente propio de la evolución del RER, ( Rito Escocés Rectificado), los rituales de 1780 mencionan la promesa de no revelar jamás los secretos de la francmasonería, siempre con la ayuda de Dios.
De todas formas esa parte tiene un lugar menos importante en el compromiso de mantener el secreto a comparación con otros puntos mucho mas citados. Por otra pare, el hecho de obedecer las leyes del Estado no es innovador desde que ya en “ Le Grand Mystere des Franc-Macons Révélé” de 1724, se especifica la fidelidad al rey, pero aparece un elemento precursor en los rituales que se traduce por la desaparición pura y simple de toda represalia bajo la forma que sea.

En la forma definitiva de 1785-1787, la estructura de ese ritual, a nivel de los deberes, sufre una evolución que es interesante considerar y estudiar. Se destaca por las modificaciones siguientes:
Aún antes mismo de prestar juramente y ser el garante de los secretos, se le exige al futuro masón ser creyente, aún practicante, como era el caso en esa época, y de guardar fidelidad mas particularmente a la cristiandad. Y reaparece igualmente en ese compromiso, una represión moral por el hecho de ser expulsado y no conservar su dignidad si faltara a la promesa. Además subrayar que el castigo físico fue eliminado tal como en Inglaterra. Pero esa ausencia no solo causa alguna dificultad en la comprensión del ritual sino también para el desempeño de cierta gestualidad.
Así es que para comprender mejor la desaparición del castigo físico se le induce en la ética de esos nuevos ritos, al referirse a los antiguos juramentos que le permitirán comprender los misterios de la Orden, y por eso es que en 1782, el Convento General de Wilhembad indica que deberán conservarse pero dentro de las instrucciones.
De tal forma, en la antigua fórmula del juramento del aprendiz, la existencia de un castigo físico conocido estaba bien presente. De allí la correspondencia en todos los puntos a lo que se halla en los documentos que describen el juramento. De todas maneras, René Désaguliers  precisa que ese antiguo texto no corresponde a los primeros rituales rectificados del Convento de las Galias de 1778. En efecto, el orígen de esa formula es imprecisa pero está en gran parte de la tradición especulativa.

CONCLUSIÓN RESPECTO AL ESTUDIO DEL JURAMENTO
Este estudio nos ha permitido poner en evidencia la importancia del secreto dentro del juramento de la Francmasonería operativa, especialmente ese de la palabra del aprendiz, aún si a veces esa perspectiva puede parecernos desconcertante y aún dificlmente comprensible. Además, el signo que le acompaña es sin duda procedente de una transmisión antigua, donde la visualización permite comprender las represalias que le corresponden.
De tal hecho nace la certidumbre que sin compromiso no hay término en la lógica de las cosas, ni de masón ni de recepción. Y por eso el juramento es y sigue siendo un elemento indispensable y fundamental de toda iniciación. A veces, y dependiendo del contexto, puede existir juramentos sin ceremonia, pero, el contrario es un absurdo y va en contra de la tradición, aún de la transmisión.
A nivel individual, el juramento estará revestido con mas o menos importancia según los origenes y los paises donde será pronunciado. Así, entre los anglosajones se le asigna mucho valor y comparativamente casi no se puede prometer nada en los paises latinos donde es menos riguroso. De tal suerte que aquellos que los redactaron debieron poner atención en no dar una prueba de celo y autoridad.

Con el correr del tiempo, el juramento ha sufrido transformaciones tanto en forma como en contenido y se constata que se ha permitido la emergencia de una cantidad de nuevas cláusulas. Así se aleja del sentido de la primer inicial que es el secreto de la palabra, para revertir en un sentido mas simbólico ligado a la francmasonería especulativa.
Así es que existen los landmarks que serían los garantes de una moral en la redacción de un juramento, ayudando a evitar todo abuso y claúsulas muy abusivas como se comprueba a veces en algunas obediencias, tanto en un plan masónico como en un plan profano. En tal sentido, para que un juramento sea respetado y aplicado debe ser lo menos restrictivo posible para evitar su devaluación.

LAS OBLIGACIONES FUNDAMENTALES Y COMPLEMENTARIAS DENTRO DEL RITO FRANCÉS TRADICIONAL.
En cuanto a la redacción de los rituales del Rito Francés tradicional, es de modo inevitable y espontáneo que haya sido redactado siguiendo esos estudios y reflexiones.
En lo que concierne a su estructura, los redactores de ese texto distinguieron dos necesidades. Una obligación fundamental que comporta la noción de guardar los secretos y no divulgarlos bajo la forma que sea, la divulgación ligada a un castigo, heredada de la tradición operativa, y una obligación complementaria que reencuentra la idea de fraternidad, pero también de no revelar la pertenencia de sus miembros, los estatutos y reglamentos. Así están ligados el uno al otro y son la base fundamental del juramento.

Para concluir, el resúmen del texto del juramento que se practica en el Rito Francés Tradicional:

A nivel de las obligaciones fundamentales:
El ingresante se compromete ante el Gran Arquitecto del Universo que es Dios y sobre el Evangelio de San Juan sobre el que está apoyada una espada, pero igualmente en presencia de la respetable logia. Ahora pronuncia de esa forma su compromiso por su honor y de su plena conformidad, de no revelar y no develar lo que le ha sido confiado o lo que le será dicho los secretos de la Francmasonería pasados o por venir. Esa obligación no puede ser compartida mas que con un hermano reconocido como tal. Además, el ingresante se compromete a no escribir jamás bajo ninguna forma, los secretos ni consentirá que otra persona lo haga. Velará porque sean respetados en la medida de sus capacidades. El recipiendario hace esa promesa sin doble intención, y si fuera rota, se atendrá a represalias indescriptibles.

A nivel de las obligaciones complementarias:
El futuro aprendiz se compromete, siempre bajo el evangelio, a amar a sus hermanos fraternalmente y a no divulgar sin su consentimiento la actividad masónica. Promete asimismo que durante su vida de masón respetará los estatutos, reglamentos de su obediencia e igualmente las reglas que rigen y las obligaciones para con su logia. Concluye invocando la ayuda de Dios y del Evangelio a fin de que su promesa y sus obligaciones no sean jamás traicionadas y que pueda aplicarlas.
Epílogo:

A través del estudio de la obra histórica de René Désaguliers, se puede subrayar que los juramentos anteriores y posteriores a la reforma Andersoniana fueron redactados tomando en cuenta las antiguas obligaciones.
Es importante notar que esos juramentos han evolucionado en contenido siguiendo la progresión de la sociedad, especialmente en aquello de “la democratización del alfabetismo” entre lo medios mas sencillos. Esos juramentos van a ser transmitidos y practicados sin sufrir modificaciones notables y es bajo esas formas que hoy dia se da la palabra, guardian de nuestro compromiso, cualquiera sea el rito.
Por tanto, el compromiso en Francia o del otro lado de la Mancha, va a conservar el valor del juramento y de la palabra dada, siempre con la idea de una creencia religiosa de origen judeocristiano, por lo que la promesa se hace según el origen de la nacionalidad, sobre la Biblia o sobre el Evangelio.
Así es que nuestro autor- nuestro hermano, considera que el juramento trasciende el tiempo y las fronteras. Es un vinculo invisible entre todos los masones puesto que se trata de una herencia común.
Mas aún, es igualmente un elemento indisociable e indispensable de toda recepción. Si no estuviera, la autenticidad que se acuerda a esas ceremonias no sería mas que una palida reproducción del valor que se le acuerda a la transmisión de los contenidos que incluye. Y por eso, tal compromiso es y debe permanecer siendo la clave de bóveda de la herencia universal de la transmisión masónica y de sus secretos. Solo de esa manera es que la transmisión se podrá efectuar naturalmente como siempre se ha hecho, para que esta fraternidad sobreviva a nuestro paso por la tierra.
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